Ciudad blanca de alma negra

Bradley & His Extraordinaires?son una referencia fundamental entre los amantes del soul genuino y sin aditamentos, el que no recurre a productores de moda para modernizar el sonido y hacerlo accesible a p¨²blicos m¨¢s amplios. El de Florida no nos visitaba desde el extinto Primavera Club y ahora llega con un rutilante nuevo disco bajo el brazo, Changes, y el recuerdo a¨²n reciente de aquel documental, Soul of America, que desgranaba su vida convulsa y la m¨²sica como b¨¢lsamo redentor. ¡°Es un contador de historias asombroso¡±, certifica Jim¨¦nez. ¡°He asistido a conciertos en Estados Unidos en los que el p¨²blico sal¨ªa ba?ado en l¨¢grimas¡±.

James Hunter es la quintaescencia del brit¨¢nico blanqu¨ªsimo al que le bulle la negritud en las entra?as, un tesoro que no acab¨® de aflorar hasta que recibi¨® los parabienes del nunca efusivo Van Morrison. Y James Taylor -nada que ver con el m¨ªtico cantautor hom¨®nimo- esconde tras su apariencia hura?a a uno de los m¨¢s consumados especialistas mundiales con el ¨®rgano Hammond.

Al men¨² de grandes nombres puede a?adirse el de JC Brooks & The Uptown Sound, un tipo joven de Chicago, ecl¨¦ctico y abiertamente gay, que tan pronto puede recordar a James Brown como atreverse con una versi¨®n de Wilco. Y atenci¨®n a Blueperro, madrile?os muy experimentados en la onda del Josh Rouse de 1972; Sister Cookie, jovencita inglesa que bebe del rhythm & blues de los a?os cincuenta, o TT Syndicate, en¨¦sima demostraci¨®n de que nuestros vecinos portugueses atesoran una cultura musical abrumadora.

Sobre la ¡°burocracia administrativa elevada al cubo¡± en Cibeles habr¨¢ tiempo de hablar a partir del lunes. ¡°Lo malo es que sigue siendo imposible trabajar con el sector p¨²blico de esta ciudad aunque haya cambiado el signo pol¨ªtico¡±, concluye el m¨¢ximo responsable de Heart of Gold. ¡°Y eso, para un madrile?o progresista y de izquierdas, resulta doblemente doloroso¡±.