Mi abuela hace teatro de vanguardia

?C¨®mo encaja este elenco tan inusual en uno de los festivales m¨¢s innovadores de la escena espa?ola? ¡°La historia del teatro est¨¢ marcada por esos grandes autores como Ch¨¦jov, que intentaban atrapar la vida que pasa por debajo de lo que ocurre. Pero tambi¨¦n es interesante la vida que pasa por delante. Ah¨ª est¨¢ la posmodernidad¡±, pregunta Roc¨ªo Bello, directora del laboratorio del Frinje en el que se ha gestado este experimento, bautizado como P¨ªcnic. ¡°Los actores no profesionales a veces juegan m¨¢s porque no tienen tan presente al espectador. Son m¨¢s libres. Y eso es tambi¨¦n muy vanguardista¡±, a?ade.

Durante dos semanas este heterog¨¦neo grupo de madres, abuelas, hijos, hermanos y primas ha compartido recuerdos de comidas campestres, fotograf¨ªas de infancia, recetas, an¨¦cdotas, secretos... ¡°Al poner en com¨²n esas vivencias, que hemos hecho aflorar con ejercicios y t¨¦cnicas de improvisaci¨®n esc¨¦nicas, se han generado situaciones y di¨¢logos inesperados. Y con eso hemos construido una obra teatral sobre el tema de la familia¡±, explica la directora. Una ficci¨®n basada en escenas reales interpretadas por los propios personajes protagonistas. ?Qu¨¦ hay m¨¢s posmoderno?

Esa obra teatral se representar¨¢ en una ¨²nica funci¨®n este domingo en Matadero. Pero que nadie espere ah¨ª grandes disertaciones conceptuales: se discute sobre si la tortilla de patatas est¨¢ mejor con o sin cebolla, se cuentan chistes malos, se desvelan secretos y se tararean canciones pachangueras. ¡°Son situaciones cotidianas, pero cargadas de emoci¨®n. Ese es precisamente el mayor valor art¨ªstico de este tipo de trabajos: que son emocionantes porque se trabaja con materiales muy personales¡±, asegura Bello.

Experimentos como este prueban que el teatro m¨¢s vanguardista no tiene por qu¨¦ ser un reducto de minor¨ªas. Y que dentro de ese concepto cabe de todo. Mientras la abuela Pilar cuenta a sus compa?eros c¨®mo transcurren las barbacoas en su familia, una gur¨² del teatro latinoamericano, la brasile?a Cibele Forjaz, intenta en otro laboratorio del Frinje concretar en un escenario el concepto de amor l¨ªquido del soci¨®logo Zygmunt Bauman. En una nave contigua, mientras tanto, un grupo de 30 personas de diferentes edades y formaci¨®n intenta encontrar su manera de bailar m¨¢s personal en un taller llamado Entonces baila. Y en otra sala m¨¢s all¨¢ otro pope internacional, el dramaturgo brit¨¢nico Mark Ravenhill, invita a autores espa?oles a buscar al fascista que todo hombre lleva dentro partiendo de un texto de Georges Bataille.

En paralelo, en diversos escenarios del Matadero, el Frinje ha programado espect¨¢culos de compa?¨ªas reconocidas por su transgresi¨®n como la italiana Teatro Sotterraneo, la colombiana Mapa Teatro y la catalana Agrupaci¨®n Sr. Serrano?(ganadora del Le¨®n de Plata de la Bienal de Venecia de 2015).

Solo un festival tan ecl¨¦ctico y osado como el Frinje es capaz de mezclar sin complejos a personajes tan dispares. Y propiciar relaciones entre ellos que, quiz¨¢, enciendan la chispa de un nuevo proyecto teatral. ¡°Nunca sabemos qu¨¦ puede salir de cada laboratorio. A veces nacen proyectos como Dios K, de Antonio Rojano, que naci¨® en un primer seminario en 2014, se desarroll¨® en la edici¨®n de 2015 y finalmente se estren¨® este a?o dentro de la programaci¨®n del Teatro Espa?ol. Y otras veces no surje nada concreto, simplemente se plantan semillas o ideas que luego pueden o no materializarse en un escenario¡±, explica Jos¨¦ Manuel Mora, coordinador art¨ªstico del certamen.