Manzanares el Real, un lugar de cine

La fortaleza ya era una localizaci¨®n habitual de pel¨ªculas: La ca¨ªda del imperio romano, Alejandro Magno, El Cid Campeador... Y Manzanares, un pueblo que se revolucionaba cada vez que un equipo de cine llegaba para filmar en el afamado castillo y sus inmediaciones.

La poblaci¨®n se encuentra a 50 kil¨®metros de Madrid, y no solo por el cine es uno de los municipios con m¨¢s solera de la regi¨®n. Manzanares el Real est¨¢ ubicado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, integrado dentro de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera. Rodeado por el r¨ªo que da nombre al municipio y La Pedriza, sus 8.309 vecinos gozan de un paraje sembrado de monumentos hist¨®ricos y con la Sierra de Guadarrama a golpe de mirada. Y, como colof¨®n, el castillo de los Mendoza, que reina majestuoso sobre todos y todo. Este enclave hist¨®rico es una de las paradas preferidas de los turistas en la Comunidad. En la Oficina de Turismo del pueblo explican que cada vez m¨¢s asi¨¢ticos visitan Manzanares, junto a la capital, El Escorial y Alcal¨¢ de Henares.

La primera parada ha de ser la fortaleza, una de las muestras m¨¢s importantes de la arquitectura militar castellana del siglo XV y una de las ciudadelas medievales mejor conservadas de Espa?a. El alc¨¢zar, erigido sobre una ermita rom¨¢nico-mud¨¦jar en honor de Santa Mar¨ªa de la Nava, fue la residencia de una las familias m¨¢s poderosas de Castilla desde la Edad Media: Los Mendoza. La ciudadela, ubicada sobre una colina a los pies del r¨ªo, pertenece al duque del Infantado, que la cedi¨® a la Comunidad de Madrid para su administraci¨®n. El castillo es escenario durante todo el a?o de numerosas actividades culturales, como exposiciones, conciertos o actos promocionales.

Una vez que se baja de la colina se puede pasar por la iglesia de Nuestra Se?ora de las Nieves, fundada a principios del siglo XIV bajo la protecci¨®n del primer Marqu¨¦s de Santillana, desde la cual hay una gran panor¨¢mica de la Pedriza. La capilla sigue abierta al culto, y celebra misas de lunes a s¨¢bado.

Puente de pago

Otro punto ineludible es el puente de la Ca?ada Real Segoviana. Un paso que se remonta a la fundaci¨®n de la villa en el siglo XIII y que fue de obligado recorrido para desplazar el ganado por Espa?a. El impuesto que se cobraba por atravesarlo fue una fuente importante de ingresos para el pueblo.

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Conviene recorrer las calles y pasar por la plaza del Pueblo donde est¨¢ ubicado el Ayuntamiento. Desde all¨ª ir a la plaza de Adolfo. All¨ª los ancianos se sientan en hilera y charlan sobre una bancada de piedra. Varios cedros les cobijan del sol, que en verano aprieta fuerte, pese a que las temperaturas son siempre cinco o seis grados m¨¢s bajas que en Madrid. La plaza es fiel reflejo del sosiego que se respira en el pueblo. All¨ª tambi¨¦n hacen un alto vecinos que vienen con la bolsa de la compra. Charlan, se saludan: Todos se conocen.

A pocos metros est¨¢ el restaurante La Charca Verde, un local familiar de m¨¢s de 40 a?os, regentado por Pedro Carrero. Entre ca?a y ca?a la charla se anima entre unos vecinos, el restaurador y un concejal que hace las veces de juez y parte en los asuntos del pueblo. Todos defienden que Manzanares es merecedor de al menos una visita. Carrero sostiene que la necesidad de una gastronom¨ªa potente es lo que respalda el recuerdo de los turistas.

La Pedriza es la guinda del pastel. El nombre de este batolito gran¨ªtico, situado en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama, se debe a la irregular erosi¨®n de la roca, cuya formaci¨®n es de inter¨¦s geol¨®gico en el mundo. Escaladores, senderistas y amantes de la naturaleza encuentran all¨ª durante todo el a?o un refugio perfecto para escapar del ruido y la contaminaci¨®n de Madrid. Se calcula que hay en torno a 1.000 v¨ªas de escalada de todas las dificultades y diferentes alturas. Durante siglos, las pozas de La Pedriza han sido la piscina de los madrile?os, hasta que el pasado junio la Comunidad prohibi¨® el ba?o en las charcas del r¨ªo Manzanares con multas de hasta 3.000 euros. El acceso al parque ha quedado restringido a determinadas horas y se ha reducido el acceso a los coches.