Que no se vuelvan a presentar

Si finalmente, despu¨¦s de dos elecciones y de nueve meses en que la palabra de los pol¨ªticos se ha ido degradando progresivamente hasta alcanzar la irrelevancia, se tuviera que volver a las urnas, por respeto a la ciudadan¨ªa, y a los propios pol¨ªticos, deber¨ªa exigirse que ninguno de los cabezas de cartel que han sido incapaces de formar gobierno volviera a presentarse. Ellos, no los ciudadanos, habr¨ªan suspendido. Y en dos convocatorias. Si no son competentes para afrontar las responsabilidades que se les han delegado, que lo intenten otros. Ser¨ªa la m¨ªnima consideraci¨®n que merecen los ciudadanos. Y una cuesti¨®n de autoestima de los propios interesados.

?Por qu¨¦ nadie pone freno a la degradaci¨®n pol¨ªtica, mientras la segunda vuelta est¨¢ dejando unas sensaciones mucho peores que la primera? ?Por qu¨¦ la promesa de reforma y renovaci¨®n del r¨¦gimen pol¨ªtico, que fue la peque?a utop¨ªa de 2015, ha desaparecido y hemos entrado en fase de bloqueo y retroceso? Ser¨ªa superficial decir que el estilo Rajoy ¡ªel desd¨¦n y la inacci¨®n como modo de estar en el mundo¡ª ha tenido efectos contaminantes sobre los dem¨¢s partidos, aunque realmente el estado catat¨®nico en que est¨¢n instalados PSOE y Podemos alimentaria esta hip¨®tesis. Pero no todo es capricho y mal hacer de los actores pol¨ªticos. No es f¨¢cil en estos tiempos formar gobierno: la multiplicaci¨®n de grupos de intereses diversos y a menudo confrontados, en una sociedad fracturada por la crisis, en que las divisiones no son tan simples como en el pasado; la impotencia de la pol¨ªtica cada vez m¨¢s limitada en su capacidad de poner l¨ªmites al poder econ¨®mico y cada vez m¨¢s sometida a la tecnoburocracia de Bruselas; el miedo a la incertidumbre que hace que determinados sectores asuman acr¨ªticamente la corrupci¨®n y no duden en seguir votando a un partido estructuralmente corrupto como el PP; y la dificultad de construir proyectos pol¨ªticos realmente alternativos, que genera desconfianza en los nuevos cuando se acercan al poder y resta credibilidad a la socialdemocracia sospechosa de ser m¨¢s de lo mismo, configuran un panorama muy enrevesado.

Pero el bloqueo no es s¨®lo responsabilidad de los pol¨ªticos. Es importante la contribuci¨®n de la raz¨®n domesticada que emana de las hegemon¨ªas ideol¨®gicas del momento. Gran parte de los medios de comunicaci¨®n vienen insistiendo desde el 20-D en que hay que formar gobierno y que ser¨ªa un fracaso tener que repetir elecciones. Sin embargo, ya se han repetido una vez y no es descartable que lleguemos a unas terceras. Los t¨®picos que se han ido asentando en estas ¨²ltimas semanas son: Que tiene que gobernar el PP porque lleg¨® primero; que no hay otro candidato que Rajoy; que Ciudadanos tiene que darle el S¨ª; que el PSOE tiene que abstenerse por el bien del pa¨ªs en la medida en que no hay alternativa; que el PSOE no puede gobernar con el apoyo de Podemos; que nadie puede aceptar el voto de los partidos independentistas y que el No del PSOE le hace culpable de la repetici¨®n de elecciones. Este es el marco que gran parte de los editorialistas y comentaristas de los medios asumen como referencial. Y que el PSOE ha aceptado, al negarse a asumir que tarde o temprano tendr¨¢ que entenderse con Podemos si alg¨²n d¨ªa quiere volver a gobernar. Como siempre la derecha se agrupa con m¨¢s facilidad que la izquierda, presa de sus psicopatolog¨ªas de vecindario. Si Rajoy fracasa y, si el PSOE no se mueve de su posici¨®n, fracasar¨¢, ?por qu¨¦ no lo puede intentar S¨¢nchez? Negar la posibilidad obliga a preguntar si el marco referencial descrito es una hoja de ruta para que haya gobierno o para ir a las elecciones. ?Cu¨¢l es el objetivo: investir presidente ya o recuperar lo m¨¢s pronto posible el status quo que se siente amenazado? ?En que coinciden PP y PSOE? En sus mezquinos c¨¢lculos partidistas ambos creen que unas nuevas elecciones castigar¨ªan a Ciudadanos y Podemos, y todo volver¨ªa a su agotado cauce. Nos acercamos al escenario posterior al 20-D, entonces Podemos y el PP no dejaron gobernar al PSOE, esta vez PSOE y Podemos no dejan gobernar al PP. Pero, populares y socialistas, ?est¨¢n realmente seguros de que la ciudadan¨ªa les seguir¨ªa a ciegas en unas terceras elecciones convertidas en maniobra de barrido de los nuevos partidos?<TB>