Banalizaciones
El turismo convierte a las ciudades en un juguete que se puede encapsular en una fotograf¨ªa, pero un buen gu¨ªa tur¨ªstico va algo m¨¢s all¨¢, construye un relato
Me apunt¨¦ a que me contaran el Paseo de Gr¨¤cia. Hace unas semanas la asociaci¨®n de gu¨ªas profesionales organiz¨® una protesta que consist¨ªa en ofrecer un paseo gratuito. La Aguicat se queja de que la Generalitat ha dejado de dar carnets de ¡°gu¨ªa habilitado¡±, que requer¨ªa un nivel de estudios y pasar un examen. Eso ha desparecido, cualquiera puede ser gu¨ªa tur¨ªstico: es una liberalizaci¨®n que impone la normativa europea. Europa dedica gran parte de su esfuerzo a defendernos como consumidores pero cada tanto se contradice con aperturas como ¨¦stas: un colegio profesional (tambi¨¦n liberalizados) o un carnet proporcionan ciertas garant¨ªas digamos deontol¨®gicas. Tambi¨¦n es verdad que la libertad de oferta ha generado una cantidad de tours tem¨¢ticos, a cual m¨¢s interesante si se tienen ganas; de la misma manera, con s¨®lo aguzar el o¨ªdo, se oyen explicaciones delirantes sobre cosas conoc¨ªdisimas. No es tan dif¨ªcil entender que la falta absoluta de regulaci¨®n es terreno abonado para excelencias y para fiascos. Y eso vale para los autos de Uber y para las habitaciones liberadas de impuestos.
En mi visita, guiada por Bego?a Blanco, presidenta de Aguicat, una veintena de personas comprobamos que incluso en un terreno tan trillado como el centro de Barcelona, y deteni¨¦ndonos en los edificios cl¨¢sicos, se pueden aprender cosas, detalles, signos que nos acercan a una ¨¦poca en la que parec¨ªa que todo era posible, y despu¨¦s no lo fue. El turismo banaliza las ciudades, las convierte en un juguete que se puede encapsular en una foto, pero un buen gu¨ªa va un poco m¨¢s all¨¢, relaciona contenidos, resalta intenciones, incluye una broma, retrocede en el tiempo, construye el relato. Me doy cuenta de que esto es vocacional. Es una forma de compartir. Hoy el turismo es una modalidad de consumo, se coleccionan viajes como antes se compraban cosas, de manera que el contenido no vale tanto como el hecho de haber estado. Al turista le importa tener algo que contar. La ciudad ha de saber modelar esa apetencia precisamente para defenderse del consumo banal. La Rambla es hoy consumo banal.
La banalidad, que es lo f¨¢cil, se combate con regulaciones. Con exigencia. Pero hay regulaciones que no se entienden: el conflicto de las terrazas de la Boqueria s¨®lo se explica con la teor¨ªa de la pica en Flandes. Habiendo terrazas abusivas en toda la ciudad, ?era preciso desmantelar esos negocios en plena temporada, sin avisar? No soy partidaria de los abusos ni de las excepciones, pero en un campo tan liberalizado ¡ªa la brava¡ª como el de las terrazas, val¨ªa la pena hacer las cosas bien. No nos acabamos de dar cuenta pero este Ayuntamiento s¨ª que quiere cambiar la textura de la ciudad, lo que pasa es que lo explica mal. Los puestos de trabajo de la hosteler¨ªa suelen ser una mierda pero son una soluci¨®n para mucha gente, sobre todo j¨®venes, sobre todo parados: hay cosas que se pueden dejar para setiembre.
Al mismo tiempo circula (nunca mejor dicho) un tema mucho m¨¢s grave: van a adaptar los sem¨¢foros de Barcelona al ritmo de peatones y bicis, que no es el mismo ritmo, pero bueno. Es una locura. Siendo como soy partidaria de reducir calzadas, de abrir carriles-bici, de suprimir aparcamiento de superficie e instaurar super-islas, es decir, de todo lo que vaya comprimiendo el coche a una proporci¨®n plausible, poner los sem¨¢foros a ritmo de peat¨®n ¡ª?de qu¨¦ edad?¡ªs, insisto, una locura. La ciudad es un sistema de movilidad. El ritmo de los sem¨¢foros est¨¢ pensado para que no haya atascos, porque son antiecon¨®micos y poco ecol¨®gicos: se pierde productividad y se contamina. Dejo de lado la afectaci¨®n sobre el humor colectivo. ?Los que caminan son los turistas! La ciudad del siglo XXI es un artefacto log¨ªstico que, y aqu¨ª est¨¢ la gracia, hay que engarzar con la ciudad dom¨¦stica, de intercambiar pepinos en el huerto y comprar al lado de casa. Los sem¨¢foros forman parte de los dos mundos: de los dos.
Los sem¨¢foros ralentizados son ideolog¨ªa, y eso es correcto, y se basan en la superioridad del no contaminante, y eso es negativo. Por m¨¢s que Ada Colau regule los sem¨¢foros, el Ministerio de Fomento no pondr¨¢ un duro en Rodalies, que es por donde hay que empezar. Y lo digo yo, que tengo el auto muri¨¦ndose de tedio en el aparcamiento subterr¨¢neo de casa. Cuidado con banalizar tambi¨¦n la sostenibilidad, los equilibrios y el h¨¢bitat econ¨®mico.
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