El incierto futuro del pasado industrial del Raval
Barcelona intenta blindar antiguas casas-f¨¢brica en medio del escepticismo del barrio
El Ayuntamiento de Barcelona quiere conservar los ¨²ltimos rescoldos del pasado manufacturero del Raval. El Consistorio suspendi¨® a principios de julio la posibilidad de obtener licencias de obras e 38 edificios catalogados como ¡°casas-f¨¢brica¡±, que datan del siglo XVIII y XIX, con la idea de proteger en lo posible el patrimonio que queda. Entre ellas, est¨¢ la conocida ¡°Can Seixanta¡±, sostenida por colectivos de artistas que luchan contra la compra del inmueble por un fondo de inversi¨®n que pretende hacer viviendas de lujo en el inmueble. Otras, sin embargo, son casas de pisos donde a los vecinos la protecci¨®n patrimonial les pilla por sorpresa.
Se trata de parcelas que albergaron talleres ¡ªsalvo alguna f¨¢brica m¨¢s grande, en el Raval abundaron las peque?as manufacturas¡ª con viviendas para las trabajadores. En alg¨²n caso, como la casa Erasme de G¨°nima, que ocupa desde el n¨²mero 106 al 116 del carrer del Carme, tambi¨¦n conten¨ªan la vivienda del propietario. Actualmente tienen protecci¨®n de car¨¢cter D, que implica la posibilidad de derribarlos pero con la obligaci¨®n de hacer inventario de su dise?o. El Consistorio aspira a poderles modificar la catalogaci¨®n a categor¨ªas m¨¢s restrictivas como las B y C. Mientras, proh¨ªbe cualquier licencia de obra para hacer estudios y averiguar si de verdad tienen algo que conservar. El Ayuntamiento se basa en un censo encargado al Museu d¡¯Hist¨°ria de Barcelona y realizado por los arquitectos e historiadores Jaume Artigues, Francesc Caball¨¦ y Merc¨¨ Tatjer.
Pep Garcia, hist¨®rico l¨ªder vecinal, ve en la medida un anuncio propagand¨ªstico sin concretar. ¡°El Raval siempre ha sido un barrio al servicio de la ciudad¡±, se queja. El presidente de la asociaci¨®n de vecinos cree que el blindaje llega tarde y no conseguir¨¢ el objetivo de proteger el pasado industrial, porque considera que ya se perdi¨® completamente durante las d¨¦cadas de gran especulaci¨®n urban¨ªstica de la etapa del alcalde franquista Jos¨¦ Mar¨ªa Porcioles. Su organizaci¨®n, dice, no rechaza frontalmente la medida pero s¨ª cuestiona su eficacia. ¡°?Qu¨¦ quieren conservar exactamente? ?Las fachadas? ?Qu¨¦ uso le van a dar?¡±, se pregunta. Garcia asegura que la prohibici¨®n afecta a fincas que est¨¢n en mal estado y en las que los vecinos ahora no pueden hacer obras para arreglarlas.
Los artistas de Can Seixanta luchan contra la especulaci¨®n con el edificio
El Ayuntamiento explic¨® que la moratoria tiene en realidad m¨¢s car¨¢cter de estudio que de protecci¨®n en s¨ª. ¡°Hay que conocer el valor patrimonial de la edificaci¨®n conservada y por eso se suspenden las licencias de obra que puedan malograr el aspecto o cualquier elemento que pueda ser valorado¡±, dijo en un comunicado. La mayor¨ªa de los inmuebles comparten la estructura: un local bajo con una gran puerta de entrada, donde originariamente hab¨ªa un taller o f¨¢brica de planta rectangular, y viviendas arriba, algunas en plantas a?adidas a posteriori. Casi todos los bajos han sido reutilizados como comercios, bares o tiendas, y en la actualidad no tienen vestigios industriales claros. Varios vecinos consultados, de hecho, aseguran desconocer que en el pasado hubieran albergado f¨¢brica alguna.
El propietario de otra de las casas m¨¢s significativas, la Marimon-Costa, en la calle de Guifr¨¦, 11, tambi¨¦n cuestiona la moratoria. El ilustrador y dise?ador Peret la tiene en venta en un portal inmobiliario de alta gama por cuatro millones de euros. Hasta julio ten¨ªa licencia para poder hacer reformas e incluso a?adir dos plantas. ?l hizo reformas en los a?os noventa, pero la fachada presenta un aspecto dejado a prop¨®sito. Actualmente, acoge talleres de fotograf¨ªa y su vivienda, pero por las estructuras del edificio pasaron varios negocios, un ateneo popular obrero, una sala de baile y hasta un gimnasio. ¡°No van a reconstruir donde no hay nada, ni van a encontrar nada de valor hist¨®rico ni econ¨®mico porque no hay¡±, defiende.
Algunos propietarios dudan de que quede patrimonio por conservar en la zona
Donde s¨ª hay un apoyo popular para catalogar y conservar es en Can Seixanta. El Ayuntamiento ide¨® de hecho el blindaje de las licencias pensando en este inmueble y est¨¢ mediando con los nuevos due?os pero, seg¨²n inform¨® La Vanguardia, el fondo de inversi¨®n consigui¨® dos d¨ªas antes de la prohibici¨®n de las licencias un certificado de aprovechamiento urban¨ªstico que le libera del veto hasta final de a?o. Asociaciones de vecinos y la cooperativa Sostre C¨ªvic, se agruparon bajo la plataforma Salvem Can Seixanta y llevan a?os en pie de guerra para evitar la p¨¦rdida del famoso edificio que acu?¨® el refr¨¢n que pronostic¨® su posible final: ¡°Aix¨° sembla Can Seixanta¡±. Es decir : ¡°Esto es un caos¡±.
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