No hay vuelta atr¨¢s
Catalu?a vive ya en el postautonomismo, y esta Diada muestra una reconfiguraci¨®n de los espacios pol¨ªticos soberanistas tras la constataci¨®n de los l¨ªmites del resultado de las elecciones del 27S
Esta Diada del 2016 se celebra en un momento especialmente tenso, pero al mismo tiempo muy revelador de la conflictiva configuraci¨®n de los distintos escenarios pol¨ªticos, europeo, estatal y catal¨¢n. En Europa, la confusi¨®n es superior a la habitual. El Brexit ha dejado al desnudo las grietas de la construcci¨®n europea, y ello se est¨¢ tratando de compensar aumentando la capacidad de gobierno comunitario, como muestran las disposiciones en materia fiscal o la decisi¨®n de cerrar sine die las negociaciones con Estados Unidos para el acuerdo de comercio. Pero, ese mayor activismo no compensa el d¨¦ficit de credibilidad y legitimidad que arrastra la Uni¨®n Europea y cada uno de los pa¨ªses que la componen. En Italia, Renzi ha anunciado para noviembre un refer¨¦ndum en clave interna, e iniciativas parecidas est¨¢n sobre la mesa, en distintos pa¨ªses, como por ejemplo Hungr¨ªa o Polonia. Esa fiebre plebiscitaria muestra la necesidad de buscar apoyos directos ante decisiones pol¨¦micas que no pueden abordarse con la mochila estrictamente electoral y las fr¨¢giles mayor¨ªas parlamentarias.
La situaci¨®n en Espa?a, tras el derrumbe de los equilibrios surgidos de la transici¨®n, es preocupante. Los grandes partidos tratan de apuntalar sus posiciones, que son lo bastante s¨®lidas para mantener sus posiciones de veto, pero demasiado d¨¦biles como para imponer su criterio como anta?o. Los nuevos partidos, se han afianzado tanto territorial como pol¨ªticamente, pero han perdido parte del atractivo rompedor de que dispon¨ªan. En el caso de Ciudadanos, su pretensi¨®n de convertirse en comod¨ªn o bisagra de los dos grandes, puede acabar perjudicando sus posibilidades de consolidaci¨®n. Podemos, ha quedado m¨¢s aislado, pero mantiene su capacidad de conectar con las iniciativas m¨¢s innovadoras en aquellos espacios territoriales donde, su aceptaci¨®n (cada vez m¨¢s asentada) de la plurinacionalidad del estado y su flexibilidad en los formatos organizativos de cada confluencia, le est¨¢ permitiendo mantener vivacidad y capacidad de impacto. Las elecciones de final de mes en Galicia y Pa¨ªs Vasco pueden ser una nueva prueba de ello.
Catalu?a vive ya en el postautonomismo, y esta Diada muestra una reconfiguraci¨®n de los espacios pol¨ªticos soberanistas tras la constataci¨®n de los l¨ªmites del resultado de las elecciones del 27S. No hay nada que esperar del PP ni de Ciudadanos, tras la nueva muestra de centralismo rancio y retr¨®grado al estilo LOAPA con el que redactaron su fallido acuerdo de gobierno. El PSC est¨¢ internamente dividido entre quienes no quieren separarse de la ortodoxia marcada por Madrid y Andaluc¨ªa y aquellos, como N¨²ria Parl¨®n, que tratan de recomponer puentes con el espacio favorable al derecho a decidir. El debate m¨¢s intenso se juega en campo soberanista entre independentistas conscientes de los l¨ªmites de avanzar sin mayor¨ªas m¨¢s s¨®lidas y aquellos que quieren una nueva demostraci¨®n de fuerza al margen de los l¨ªmites de la legalidad constitucional. Y en ese debate el papel de los ¡°comunes¡± puede ser clave, ya que siendo soberanistas, pero sin formar parte del independentismo, expresan mejor que otros grupos la pluralidad de posiciones que existe en la gran mayor¨ªa social que en Catalu?a defiende la plurinacionalidad y la necesidad del refer¨¦ndum.
En todos estos escenarios lo inimaginable es volver atr¨¢s. Ni en Europa es posible desmontar la estructura comunitaria, ni en Espa?a es posible mantener el statu quo surgido de la transici¨®n, ni en Catalu?a sirve una reforma constitucional que no implique que el pa¨ªs vea reconocida su condici¨®n de naci¨®n y su capacidad para decidir su futuro de manera libre. En apenas dos meses sabremos que ha sucedido en Galicia y el Pa¨ªs Vasco, como se recompone la mayor¨ªa parlamentaria en Catalu?a y si finalmente hay nuevas elecciones en Espa?a o se consigue formar gobierno. Lo que es irreversible es la mayor complejidad del sistema de partidos y el agotamiento del modelo auton¨®mico. M¨¢s pluralidad pol¨ªtica, m¨¢s pluralidad territorial. El conglomerado PP-C¡¯s ha optado por negar la segunda e incrustar soberan¨ªa nacional ¨²nica con mercado ¨²nico. En el otro extremo, Podemos y las confluencias han incorporado estructuralmente ambas pluralidades en su forma de funcionar. Falta ver si el PSOE es capaz de entender el nuevo escenario pol¨ªtico y se abre a reconfiguraciones profundas internas e institucionales. Lo que parece indudable es que en Catalu?a la situaci¨®n exige romper ya con el caducado sistema actual.?
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.