?Menudo septiembre!
Se amontonan los desprop¨®sitos del PP y no es extra?o que muchos catalanes quieran irse de esta Espa?a en la que la corrupci¨®n y la mentira son moneda de cambio
Septiembre ha empezado sin argumentos que permitan alimentar esperanzas de nuevo rumbo pol¨ªtico. A la eternizaci¨®n de Mariano Rajoy al frente del Gobierno en funciones hay que sumar el caso del ex ministro de Industria Jos¨¦ Manuel Soria ¡ªilustrativo de la mentira sist¨¦mica del PP¡ª, la continuidad del titular en funciones del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, ¡ªutilizador torticero de los resortes del Estado contra el independentismo¡ª y la cuenta atr¨¢s de un calendario judicial aterrador sobre corrupci¨®n (G¨¹rtel, Rato, etc¨¦tera). Hay que tener la fe del carbonero para que resulten cre¨ªbles los pactos presuntamente regeneracionistas que el PP ha establecido con Ciudadanos para esta legislatura. Cada d¨ªa que pasa es m¨¢s dif¨ªcil que los populares puedan afrontar el futuro sin una catarsis que, por lo menos, liquide a buena parte de la direcci¨®n.
La mala praxis pol¨ªtica va pareja a una lamentable situaci¨®n socio-econ¨®mica. El pasado 31 de agosto se bati¨® el r¨¦cord de ser el d¨ªa en que m¨¢s empleo se ha destruido en la reciente historia de Espa?a. En una sola jornada desaparecieron 236.687 puestos de trabajo en t¨¦rminos netos. El n¨²mero de parados que no perciben ayudas roza ya los 1,7 millones de personas. Mientras, desde la reuni¨®n del G-20 de Hangzou todo un presidente del Gobierno y un ilustrado y pluriling¨¹e ministro de Econom¨ªa sal¨ªan en defensa sindicada del funcionario Soria y justificaban con mentiras oficiosas la elecci¨®n para representar a Espa?a como director ejecutivo del Banco Mundial.
Para alentar algo m¨¢s al contribuyente sin empresas familiares en Jersey, el Banco de Espa?a se sumaba a la fiesta con la noticia de que de la reestructuraci¨®n del sector bancario, que ha exigido al Estado inyectar directamente 51.303 millones de euros, solo se han recuperado 2.686 millones. Un funeral de lujo para las palabras de Rajoy, de Guindos o Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, asegurando, en 2012, con aplomo de predicador que el rescate no iba a costar ¡°un solo euro¡± a los espa?oles. ¡°Es un cr¨¦dito a la banca que va a pagar la propia banca¡±, sentenciaba entonces un categ¨®rico Rajoy.
Si las mentiras resultan hirientes, tampoco tranquilizan los silencios del Ejecutivo de Rajoy sobre los problemas que tiene planteados Espa?a. Con estos mimbres no es de extra?ar que en asuntos enconados y candentes como el catal¨¢n, se carezca de otra iniciativa que el inmovilismo y el garrotazo, lo que acompa?ado de la locuacidad de Consuelo Madrigal, fiscal general del Estado, sobre la mano dura que va a emplear contra el independentismo no hace m¨¢s que espolear a los ciudadanos catalanes indecisos a participar en la manifestaci¨®n soberanista de la Diada.
Los separadores siguen brindando oportunidades en bandeja a los separatistas, que dir¨ªa Castelao. Y en este sentido es de destacar la gran labor del Ministerio del Interior con el veto a la inscripci¨®n del Partit Dem¨°crata Catal¨¤, la vieja Converg¨¨ncia. Interior aduce, en primer lugar, que el nombre del nuevo partido de Artur Mas se parece mucho al de Dem¨°crates de Catalunya, los escindidos de Uni¨® Democr¨¤tica y socios de los convergentes. Y en segundo lugar, el ministerio considera no ajustado a la ley de Partidos ¡ªal no respetar los principios constitucionales¡ª que el PDC declare en sus estatutos que no renuncia a ¡°la v¨ªa unilateral para alcanzar el objetivo [la independencia]¡± .
No deja de ser simp¨¢tico que una ley con ribetes autoritarios, que se pens¨® para ilegalizar a Batasuna y que fue votada por la vieja Converg¨¨ncia, haya acabado siendo aplicada al nuevo PDC. Y tambi¨¦n resulta curioso, fruto de un s¨²bito absceso izquierdista, que un partido confiese en los estatutos que pretenden su legalizaci¨®n que entre sus fines figura vulnerar la legalidad. Pero que nadie se enga?e. En otras circunstancias, la legalizaci¨®n hubiera sido de oficio, aunque ahora cada uno lo aproveche para compactar a sus respectivas parroquias patri¨®ticas. Unos han desempolvado el uniforme de m¨¢rtires, lo que ser¨ªa rid¨ªculo si, previamente, otro no se hubiera enfundado el de Ner¨®n.
Este mes de septiembre se amontonan los desprop¨®sitos del PP y no es extra?o que muchos ciudadanos de Catalu?a quieran irse de esta Espa?a en la que la corrupci¨®n a gran escala y la mentira se han convertido, desgraciadamente, en moneda corriente.
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