C¨¢rcel para un cartero por fisgonear la correspondencia
El hombre ten¨ªa m¨¢s de 500 misivas que descubrieron cuando lo desahuciaron
Una multa de 1.170 euros y una pena de c¨¢rcel de un a?o, que no deber¨¢ cumplir por carecer de antecedentes. Es la condena que ha impuesto la Audiencia Provincial de Tarragona a un cartero que durante a?os estuvo acumulando en su casa la correspondencia de los vecinos de Coma-ruga y El Vendrell. El hombre, que termin¨® aceptando su culpabilidad para ahorrarse tener que dar explicaciones ante el jurado popular que deb¨ªa juzgarle, fue declarado culpable de infidelidad en la custodia de documentos y de un delito de violaci¨®n de secretos.
El cartero, ya jubilado, trabajaba en el servicio de Correos del barrio mar¨ªtimo de Coma-ruga y viv¨ªa de alquiler en un piso situado justo encima de la oficina. Las cartas nunca fueron tan lentas como cuando viajaban en su zurr¨®n y, muchas veces, jam¨¢s alcanzaron el buz¨®n. El caso se destap¨® en julio de 2009 a partir de un litigio judicial instado por su arrendador. El juzgado de El Vendrell mand¨® desahuciar al cartero de la vivienda donde hab¨ªa residido en los ¨²ltimos a?os.
Durante el desalojamiento, la oficial del juzgado y el abogado del propietario del piso hallaron dentro del inmueble centenares de cartas y certificados pendientes de reparto. Correos despidi¨® al trabajador y ¨¦l, a su vez, present¨® una demanda contra la empresa. El hombre consideraba el cese improcedente y aleg¨® desconocer que en su casa ten¨ªa sacas de cartas sin repartir.
La sentencia recoge que el hombre ten¨ªa la obligaci¨®n de ¡°custodiar la correspondencia y entregarla a sus destinatarios¡±, pero solo cumpli¨® con la primera parte del encargo.
Un total de 541 cartas reposaban en distintos rincones del piso. Hab¨ªa facturas, paquetes, extractos bancarios y curriculums que nunca llegaron a su destino. Tambi¨¦n se encontraron avisos de llegada que el cartero hab¨ªa rellenado de su propio pu?o y letra.
138 sobres abiertos
Hasta 138 sobres de los que se hallaron en el que hasta 2009 hab¨ªa sido su domicilio estaban abiertos, pero el hombre aleg¨® que nunca fisgone¨® nada que no fuera suyo. El cartero aleg¨® que si guardaba tal cantidad de correspondencia ajena era porque a veces se demoraba en el reparto y, cuando finalizaba el turno, la oficina ya hab¨ªa bajado la persiana. Al vivir justo encima de la oficina de Correos, se llevaba el trabajo a casa, afirm¨®.
El almacenamiento postal se alarg¨® al menos desde finales de 2006 hasta pocas semanas antes de que lo echasen del piso.
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