Homenaje al arte antifascista de 1937
Obras de Picasso, Miro, Calder y Gonz¨¢lez recuerdan la participaci¨®n republicana en la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs
En 1937 la Rep¨²blica espa?ola se la jugaba todo dentro y fuera del campo de batalla. En pleno conflicto y en apenas seis meses, el gobierno leg¨ªtimo de Juan Negr¨ªn logr¨® inaugurar el 12 de julio el pabell¨®n espa?ol de la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs, casi dos meses despu¨¦s de abrir sus puertas. Proyectado por los arquitectos Luis Lacasa y Josep Lluis Sert, reivindicaba la compleja realidad cultural del pa¨ªs y la tragedia que se viv¨ªa entonces.
A la llamada de la Republica, un artista como Pablo Ruiz Picasso (por entonces director de El Prado) realiz¨® el Guernica, una obra denuncia en la que se representaban los efectos del bombardeo de esa localidad por los aviones alemanes el 26 de abril anterior; Joan Mir¨® elabor¨® in situ su obra El segador, que concluy¨® poco antes de la inauguraci¨®n del pabell¨®n, y Julio Gonz¨¢lez esculpi¨® su campesina Montserrat, ejemplo de las aguerridas y fuertes mujeres que sufr¨ªan la guerra. Por su parte, el norteamericano Alexander Calder no dud¨® en apoyar a sus amigos espa?oles creando su original Fuente de Mercurio como propaganda de este material extra¨ªdo en Almad¨¦n (Ciudad Real), que convert¨ªan a Espa?a en el principal proveedor.
El pabell¨®n, de tres plantas y 1.100 metros cuadrados, ha acabado siendo un hito de la presencia espa?ola en acontecimientos internacionales y las obras, convertidas en piezas claves del arte contempor¨¢neo pero tambi¨¦n en s¨ªmbolos antifascistas, en una de las mejores muestras de implicaci¨®n de la modernidad art¨ªstica con la realidad del momento.
Coincidiendo con el inicio de la conmemoraci¨®n del 80 aniversario de su construcci¨®n, la galer¨ªa Mayoral de Barcelona evoca el esp¨ªritu de aquella experiencia en la exposici¨®n Artistas revolucionarios. Homenaje al Pabell¨®n de la Rep¨²blica Espa?ola, 1937, inaugurada en Barcelona tras poder verse en la Biennale des Antiquaires de Par¨ªs con algunas variaciones.
La exposici¨®n, comisariada por Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes en Par¨ªs, recrea, de forma escenogr¨¢fica, parte de la estructura del pabell¨®n, sus columnas de acero, el techo y el suelo de baldosa de terracota y algunos de sus muebles, como las sillas de enea creadas por Josep Torres Clav¨¦, artista vinculado con el GATPAC, que combina la tradici¨®n artesanal local y la modernidad racionalista. ¡°Es un homenaje a los artistas valientes que se comprometieron con sus ideales y su pueblo, luchando desde la trinchera particular: la creaci¨®n art¨ªstica¡±, asegura Jordi Mayoral.
¡°Fue un momento excepcional, un encuentro entre el gobierno y el mundo del arte que no se hab¨ªa producido antes. Cada d¨ªa que pasa existe una mayor conciencia de que aquella exposici¨®n internacional fue un acontecimiento ¨²nico en el que se enfrentaban dos totalitarismos: la Alemania de Hitler y la URSS de Stalin, con dos pabellones justo uno enfrente de otro. Y muy cerca de ellos, el espa?ol¡±, explica Bonet.
Entre las sorpresas de la exposici¨®n est¨¢ una reproducci¨®n, a escala real y en blanco y negro, al no conservarse im¨¢genes en color, de El segador, de Mir¨®, que desapareci¨® poco despu¨¦s de desmontarse el edificio, se sospecha que durante su traslado a Valencia. ¡°Es algo extra?o, no sabemos qu¨¦ pas¨® y si alg¨²n d¨ªa aparecer¨¢¡±, explica el exdirector del Reina Sof¨ªa, sobre esta obra de cinco metros formada a partir de seis paneles de Celotex de diferentes medidas que formaban parte de la estructura del edificio. En algunas de las fotograf¨ªas se puede ver al artista en pleno proceso de producci¨®n.
Entre las obras expuestas en la galer¨ªa est¨¢ Painting (1977), de Mir¨®, que es la que recibe al visitante, adem¨¢s de otra obra excepcional suya de 1934. Al lado, la escultural m¨®vil La base roja (1969), de Calder, y, ya en el interior de la galer¨ªa, obras de Picasso, como la pintura Cabeza de mujer (1953) y Pierrot. Bust (1971), y de Gonz¨¢lez, una escultura del ciclo Montserrat gritando (1941) y Sharp mask (1929-39), entre otros elementos cedidos por instituciones como la Calder Foundation, la Fundaci¨®n Joan Mir¨®, el Reina Sof¨ªa o la Harvard Library. La biblioteca del Pabell¨®n de la Rep¨²blica de Barcelona, r¨¦plica del edificio llevada a cabo en 1992, ha cedido por su parte fotograf¨ªas, libros y media docena de enormes carteles relacionados con la guerra de los muchos que conserva, con lemas como No pasar¨¢n y La Cultura al servicio del pueblo.
De fondo de la exposici¨®n, de forma sutil, suenan las m¨²sicas y las canciones que se escuchaban por entonces para dar ¨¢nimo a los soldados del frente. Seguro que tambi¨¦n a los artistas comprometidos a favor de la Rep¨²blica.
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