Sin nombre, sin ideas, sin plan
Artur Mas pudo ser Urkullu y decidi¨® ser Ibarretxe. Ahora su partido ni siquiera tiene nombre. Y tampoco sabe qu¨¦ hacer con la hoja de ruta soberanista
Pompeu Gener, un atrabiliario escritor catalanista, republicano y racista (aqu¨ª se puede ser de todo a la vez y te siguen publicando), afirmaba hace un siglo, seg¨²n testimonio del gran editor y humanista Jaume Vallcorba, lamentablemente fallecido hace dos a?os, que su estrategia pol¨ªtica se condensaba en la frase: ¡°Endavant, endavant, sense idea i sense plan¡±. He recordado alguna vez que esta consigna parec¨ªa cuadrarle al reciente independentismo catal¨¢n. Sin ideas y sin plan: exacto. Pero ahora hay que a?adirle algo inesperado: tambi¨¦n sin nombre. En efecto, CDC, el gran partido nacionalista liderado por Jordi Pujol, que s¨ª sab¨ªa hacia d¨®nde iba, se ha quedado sin nombre y la situaci¨®n est¨¢ alcanzando ribetes c¨®micos.
Habr¨¢ que estudiar un d¨ªa con detenimiento las repercusiones de la confesi¨®n de Pujol sobre su dinero oculto en el extranjero. Mi impresi¨®n es que ha resultado un hecho decisivo para entender lo que pasa: la antigua Converg¨¨ncia (ya no s¨¦ como nombrarla) ha quedado no s¨®lo descabezada sino tambi¨¦n descerebrada. All¨ª todo es confusi¨®n.
Artur Mas pudo ser Urkullu y decidi¨® ser Ibarretxe. Error may¨²sculo. Pero no ha ido durante una temporada a una universidad americana como el ex-lendakari vasco sino que vaga por ah¨ª como un fantasma en pena, como una reina madre que todav¨ªa no sabe cu¨¢l es su lugar. Lo dem¨¢s, en el partido sin nombre, es amateurismo, indecisi¨®n y contradicciones. Con Pujol en forma, no castigado al rinc¨®n de pensar, eso no hubiera ocurrido.
Pero volvamos a la cuesti¨®n del nombre porque tiene su miga. En el reciente congreso de refundaci¨®n ¡ªmalo cuando los partidos se refundan, ?cuidado amigos del PSC!¡ª la reina madre propuso nuevos nombres para el partido que no le fueron aceptados. En realidad no se le acept¨® casi nada. Ya se vio entonces que aquello, m¨¢s que una refundaci¨®n, era un enorme cacao sin rumbo.
Bien, improvisaron otro nombre. Pero con tan mala fortuna que era demasiado parecido ?al del partido que acaban de fundar los que hab¨ªan abandonado la Uni¨® de Duran Lleida por ser independentistas y formaban parte de la coalici¨®n Junts pel Si! He dicho mala fortuna y me he equivocado porque esto es mala suerte sino incompetencia, algo propio de aficionados a la pol¨ªtica, no de profesionales. Si lo fueran, sabr¨ªan que existe un Registro de Partidos que, entre otras funciones, vela para que no se confundan los nombres. Para colmo, ahora le quieren a?adir el t¨¦rmino Europeo y salen a protestar los Maragall porque Pasqual, en tiempos, registr¨® el nombre de Partido Dem¨®crata Europeo con la intenci¨®n de cambiar el del PSC. Y encima, un conocido columnista de La Vanguardia atribuye este jaleo a que Espa?a se parece cada vez m¨¢s a la Rusia de Putin. Los delirantes tambi¨¦n opinan.
Total: el partido del Presidente de la Generalitat a¨²n no tiene nombre. Refundado pero sin nombre. ?Tiene, al menos, ideas o alg¨²n plan? Es dif¨ªcil averiguar si tiene ideas aunque la impresi¨®n es que muy pocas. Pero plan no tiene: unos quieren que se cumpla la hoja de ruta acordada hace un a?o en el Parlamento (lo de las estructuras de Estado y el proceso constituyente), otros quieren un refer¨¦ndum. El cacao, no me lo nieguen.
En el entretanto, Ra¨¹l Romeva, consejero de Asuntos Exteriores de la Generalitat viaja a Estados Unidos (?para qu¨¦?) y concede el pasado d¨ªa 24 una entrevista a la CNN en la que no saca a relucir la palabra independencia. Es m¨¢s, la niega. Dice as¨ª Romeva: ¡°Nosotros nunca hablamos de separaci¨®n, hablamos de normalizaci¨®n de una situaci¨®n (¡) Tarde o temprano la realidad se va a imponer y va a descubrir que ni hay una voluntad secesionista, sino al rev¨¦s, de aumentar todav¨ªa mucho m¨¢s la interconexi¨®n, ni hay una voluntad de conflicto, al rev¨¦s, hay una voluntad de entendimiento y de di¨¢logo, y el primer actor con el que nos queremos entender es con el Estado espa?ol¡±. M¨¢s cacao.
Estas sorprendentes declaraciones no las ha difundido, seg¨²n creo, el servicio de comunicaci¨®n de la Generalitat sino que las he podido leer en el digital Cr¨®nica Global, que tan bien informa de pol¨ªtica catalana. Quiz¨¢s se le podr¨ªa preguntar hoy a Puigdemont si est¨¢ de acuerdo con ellas. Adem¨¢s de preguntarle por el nombre de su partido, sus ideas y, sobre todo, su plan. Ah! Y si quiere derribar la estatua de Col¨®n.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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