Pasando cuentas con Sijena

En el conflicto que enfrenta a Arag¨®n y Catalu?a por el patrimonio del monasterio oscense de Villanueva de Sijena conservado en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) y el Museu de Lleida las cifras no cuadran en cuanto al n¨²mero de piezas que se depositaron y las que se han recuperado a lo largo de los a?os. Eso ha llevado a que desde Arag¨®n se haya dudado que el MNAC haya devuelto todas las piezas depositadas y guarde ¡°secuestradas¡± alguna m¨¢s. Y es que no todo est¨¢ claro en el caso Sijena, ya que pese a lo afirmado, el dep¨®sito realizado por las monjas sanjuanistas de Sijena tras su llegada a Barcelona en 1972 no fue el ¨²nico, hubo dos m¨¢s. Por el contrario, el pasado 26 de julio, en cumplimiento de la orden que dict¨® un juzgado de Huesca tras la sentencia que obliga a devolver los objetos comprados por la Generalitat y el MNAC no se devolvieron 53 piezas, como se ha explicado, sino 110, m¨¢s del doble.

Reconstruir el traj¨ªn de piezas es complejo porque desde que se produjo el primer dep¨®sito hasta hoy ha pasado casi medio siglo en el que toda ha cambiado: El monasterio ha dejado de pertenecer a la di¨®cesis de Lleida ¡ªque concedi¨® permiso a las monjas para trasladarse a Barcelona, depositar y vender las obras¡ª; las monjas de Sijena han fallecido todas en el exilio catal¨¢n y las que habitan el monasterio desde 1985 son de la orden de Bel¨¦n que nada tiene que ver con las anteriores. Para colmo, Virginia Calatayud, heredera de las monjas de Sijena (seg¨²n le reconoce el Vaticano), ha declarado ante el juez que desconoce ¡°todo, absolutamente todo, de Sijena¡±; que ¡°nunca hab¨ªa visitado las pinturas en el MNAC¡± y que ¡°muy pocas veces, poqu¨ªsimas, hab¨ªa visitado el monasterio de Sijena¡±, ya que Calatayud ha profesado en Gand¨ªa, Barcelona y ?lava, pero nunca en Sijena.

Los documentos permiten reconstruir el cambio de manos de las piezas de las monjas al museo y viceversa en diferentes momentos. El 10 de abril de 1972, el mismo d¨ªa que la priora Angelita Opi y tres monjas obtienen permiso para trasladarse de Sijena a Barcelona, se formaliza un dep¨®sito de gran parte de las piezas que hab¨ªan tra¨ªdo. En concreto 116 piezas seg¨²n consta en el documento que firm¨® Opi y Joan Ainaud, director de los museos de arte de Barcelona. Entre las piezas depositadas, 43 cruces de malta en oro de diferentes calidades que recib¨ªan las monjas al entrar a profesar, un cuna de pesebre, seis relicarios, dos c¨¢lices y tres portapaces, uno de ellos, una joya del g¨®tico internacional esmaltado con una imagen de Cristo en n¨¢car. Entre los acuerdos se estipulaba que ¡°en cualquier momento podr¨¢ retirarlos en todo o en parte mediante aviso verbal¡±. Y as¨ª lo hizo. Dos meses despu¨¦s, el 20 de junio de 1972, Opi reclam¨® uno de los c¨¢lices ¡°de plata ba?ada en oro con cabezas de ¨¢ngeles¡± para, aleg¨®, celebrar San Juan el d¨ªa 24, tal y como consta en los documentos conservados en la Junta de Museos.

El 20 de septiembre de ese mismo a?o se realiz¨® otro dep¨®sito. En concreto de 65 objetos, entre ellos una caja fuerte de hierro, un relicario con restos de San Luis Gonzaga, libros y ropa lit¨²rgica. Hasta el 9 de octubre de 1973 los objetos depositados eran pues 180. Ese d¨ªa las monjas reclamaron unas vinagreras de plata para contener el vino y el agua utilizadas celebrar la eucarist¨ªa, por lo que el dep¨®sito era de 179 piezas.

En junio de 1974 la priora Opi fallece en la casa rectoral de Valldoreix, donde estaba alojada toda la comunidad, las de Sijena y las de Barcelona, esperando que abriera el nuevo convento. El 14 de octubre, ya bajo el mandato de la nueva priora Pilar Sanjoaquin, se produce un doble traspaso. Por un lado se entregan en dep¨®sito 13 nuevas piezas, entre ellas las dos puertas del palacio prioral del siglo XIII, y, por otro, las monjas se llevan las 43 cruces que hab¨ªan entrado al museo dos a?os antes, por lo que quedaban 149 obras en el museo. El 7 de julio de 1975 se solicitan m¨¢s obras; en este caso cinco piezas de gran valor como son una corona del Ni?o Jes¨²s, una diadema de la Virgen, un c¨¢liz y dos sagrarios, todo de plata.

En 1976 las monjas venden al museo una pieza, el portapaz de oro esmaltado y n¨¢car que fue robado en 1991 y del que no se ha vuelto a saber nada. Y en 1982 una segunda: un frutero de plata del siglo XIV. Quedando 142 piezas. El ¨²ltimo movimiento de obras se produce en 1993, cuando las monjas reclaman 42 piezas que hab¨ªan sido depositadas 21 a?os antes, en 1972. Agrupadas en 23 lotes ¡ªcomo el que incluye 18 piezas de un pesebre del que tambi¨¦n forma parte la famosa cuna con baldaquino que fue retirada por los Mossos d¡¯Esquadra de una subasta en enero y que luego la polic¨ªa judicial sustrajo de la vivienda de los actuales due?os y se la llev¨® a Zaragoza¡ª, estas 42 piezas son las que la Generalitat catalog¨® antes de devolverlas, pasando a formar parte del Inventario del Patrimonio Catal¨¢n, algo que obliga a sus propietarias a informar de todo cambio. Desde 1993 no se ha tenido noticia de estas obras, por lo que las monjas sanjuanistas herederas de Sijena podr¨ªan ser multadas por la Generalitat con hasta 138.000 euros, seg¨²n establece la ley.

La ¨²ltima salida de obras del MNAC fueron los 53 objetos que el museo se entreg¨® el 26 de julio en cumplimiento de la ejecuci¨®n de la sentencia dictada en 2015 por la juez de Huesca que obliga a devolver un total de 97 objetos a Arag¨®n. Estas piezas se hab¨ªan comprado el 17 de diciembre de 1992, cuando las monjas enajenaron a la Generalitat ¡ªy por eso Arag¨®n y el Ayuntamiento de Sijena tambi¨¦n denunciaron a las religiosas¡ª 12 bienes que hab¨ªa en dep¨®sito y concedi¨® un derecho de compra al MNAC sobre 41 bienes m¨¢s que se ejecut¨® en 1994. Las obras se vendieron por un total de 39,8 millones de pesetas. Sin embargo el museo no devolvi¨® 53, sino 110 piezas, seg¨²n consta en el listado que se entreg¨® al gobierno de Arag¨®n.

En total se depositaron en las tres ocasiones 194 piezas y se devolvieron 202, produci¨¦ndose un desfase de ocho piezas (m¨¢s las dos compradas). ¡°Es normal, porque los inventarios no siempre coinciden y donde se registra una pieza luego son dos¡±, destacan desde el MNAC, que dejan claro que en sus almacenes no queda ninguna obras de Sijena objeto de litigio y que las compras se realizaron siempre de piezas que estaban depositadas en el museo, ¡°nunca con piezas que tuvieran las monjas en su poder¡±.