Una de cada cinco catalanas padece depresi¨®n o ansiedad

La mala salud de los catalanes pivota sobre las desigualdades sociales. A m¨¢s riesgo de pobreza y menos estudios, mayor es la posibilidad de sufrir problemas de salud, como el sobrepeso o los trastornos mentales. La ¨²ltima Encuesta de Salud de Catalu?a (ESCA) de 2015, el informe que radiograf¨ªa el estado de salud de los catalanes, ha constatado que las desigualdades sociales agudizan los problemas de salud. Ejemplo de ello es que una de cada cinco mujeres mayores de 15 a?os padecen depresi¨®n o ansiedad en Catalu?a, una cifra que alcanza el 25% y el 37% si se trata de catalanas de clases desfavorecidas y mujeres con estudios b¨¢sicos, respectivamente.?

La ESCA se?ala que, de media, la prevalencia de las personas con ansiedad y depresi¨®n sigue una tendencia a la baja desde 2006, pero el consejero de Salud, Toni Com¨ªn, ha alertado del efecto de las desigualdades sociales en la salud mental. "La salud mental ha empeorado, lo que nos confirma que es donde m¨¢s influyen los determinantes de la salud [el 80% de los determinantes de la salud est¨¢n fueran del sistema sanitario]", ha indicado Com¨ªn. El informe sobre los efectos de la crisis econ¨®mica en la salud, que se elabor¨® con los datos de la ESCA del a?o anterior, corrobor¨® que la poblaci¨®n parada presenta peores resultados que la poblaci¨®n ocupada.

En su conjunto, la ESCA cristaliza una mejora de los h¨¢bitos de vida saludables, como el consumo en alza de la dieta mediterr¨¢nea (el 70% de la poblaci¨®n) o el registro m¨¢s bajo de tabaquismo (23,7%). Sin embargo, los resultados empeoran a medida que se profundiza en la situaci¨®n socioecon¨®mica de los catalanes. "Existen diferencias sociales en el consumo frecuente de productos hipercal¨®ricos en la poblaci¨®n infantil", apunta el informe. De media, el 27% de los ni?os consumen tres o m¨¢s veces a la semana comida con alto contenido cal¨®rico (pizzas, hamburguesas, bebidas azucaradas). Sin embargo, si se mira el nivel socioecon¨®mico del menor, el informe detecta que el porcentaje de ni?os desfavorecidos que tienen este h¨¢bito duplica al de los ni?os cuyos padres tienen estudios universitarios, por ejemplo.

Lo mismo ocurre con el consumo de riesgo de alcohol, m¨¢s elevado en adultos de clases desfavorecidas o con estudios primarios, y con el exceso de peso de la poblaci¨®n infantil. El sobrepeso y la obesidad afecta al 35% de los ni?os desfavorecidos y al 23% de los menores con una situaci¨®n socioecon¨®mica m¨¢s estable.?