La Fundaci¨®n Vila Casas, de lo ¡®cl¨¢sico¡¯ a lo ¨²ltimo

Del intimismo figurativo de corte m¨¢s cl¨¢sico, como podr¨ªa representar la obra de un Ramon Rogent, a los artistas m¨¢s iconoclastas o rompedores que, en buena medida, ellos mismos son los encargados de hacer aflorar gracias a sus premios. Con esa filosof¨ªa se plantea la temporada la Fundaci¨®n Vila Casas.

Con este planteamiento, los ganadores de los premios de escultura y pintura que materializan el apoyo de la fundaci¨®n a la creaci¨®n emergente son los encargados de inaugurar la temporada expositiva de Can Framis, la sede principal de la entidad privada, que acoge tambi¨¦n su colecci¨®n permanente.

Gerard Mas, ganador de la convocatoria de escultura 2015, dotada con 15.000 euros y una exposici¨®n, plasma ahora su premio en una selecci¨®n de obras que arropan la pieza vencedora, Nano, la enorme cabeza de un beb¨¦ tallada en cedro. La escala no es algo que preocupe Mas, como se nota tambi¨¦n en su propuesta de unos bustos renacentistas en alabastro, apenas un poco m¨¢s peque?os de lo normal, solo lo suficiente para aumentar la sensaci¨®n de extra?eza que provocan ya los detalles inquietantes y anacr¨®nicos, como la goma de mascar o los brackets que lucen dos de las damitas de regusto renacentista que expone.

Las dem¨¢s piezas que exhibe Mas son todas de distinta en madera, cedro, pino, roble, seg¨²n la veda que el artista est¨¦ buscando para dar forma a sus personajes on¨ªricos, como los ornit¨®logos con las urracas picoteando a su alrededor o una especie de centauro acu¨¢tico, fatalmente aprisionado en una piragua sin remos sobre un suelo de hormig¨®n.

A la espera de tener su muestra individual, Jordi D¨ªaz Alam¨¤, ganador del premio de pintura 2016, dotado con 12.000 euros, expone el enorme retrato de un hipster, de est¨¦tica modernista. Le acompa?an el bosque encantado de Ram¨®n Surinyac, que se hizo con el acc¨¦sit de 6.000 euros y las 32 obras finalistas, elegidas entre las 400 que se presentaron a la convocatoria. Ambas muestras retar¨¢n abiertas hasta el 18 de diciembre.

En el mismo periodo, las dos salas del Espai VolArt acogen un interesante di¨¢logo entre la pintura figurativa de Ramon Rogent (autor de las pinturas de la Sala del Treball del consistorio barcelon¨¦s) y Josep Roca-Sastre (de reminiscencias modernistas y ambientaci¨®n de interior del Eixample de la capital catalana) con las obras abstractas de Jo Milne, que buscan representar lo invisible. La investigaci¨®n de Milne (Edimburgo, 1966), escocesa afincada en Barcelona desde hace veinte a?os, se centra en dotar de apariencia f¨ªsica los elementos elementales del universo a trav¨¦s de obras pict¨®ricas y escult¨®ricas. Sus propuestas ponen en dificultad los programadores de las impresoras 3D del CitiLab de Cornell¨¤ porque plantean situaciones no contempladas por los protocolos y conciben el error como algo beneficioso.

Las esculturas se exhiben formando una personal cosmolog¨ªa junto con las pinturas, que evocan redes neuronales y sistemas nerviosos, realizadas con acr¨ªlico sobre mylar, un material pl¨¢stico que le otorga una textura parad¨®jicamente muy org¨¢nica.

Los mundos abstractos de Milne encuentran su contrapunto en el intimismo figurativo de Rogent (1920-1958), gran renovador del arte catal¨¢n de los a?os 40, y de su disc¨ªpulo Roca-Sastre (1928-1997), en un montaje de Gloria Bosch que busca, y logra, relaciones y analog¨ªas entre sus obras.