Narrar tu propia enfermedad
Jos¨¦ Morillo es autor de un filme sobre la esclerosis m¨²ltiple que padece
Jos¨¦ Morillo es un joven a quien le han diagnosticado esclerosis m¨²ltiple. El mes pasado, el cortometraje que ha realizado recibi¨® el primer premio Sol¨¦ Tura para obras audiovisuales sobre el alzh¨¦imer y otras enfermedades neurodegenerativas. Estuve en la gala de los premios en la Filmoteca y vi como recib¨ªa el premio. Parec¨ªa una persona de pocas palabras, no hizo un parlamento precisamente kilom¨¦trico. Lo que no hab¨ªa visto todav¨ªa era su cortometraje. El t¨ªtulo, Semiotizaci¨®n m¨²ltiple, casi asusta. Alude, lo explica la pel¨ªcula, a una m¨¢quina abstracta audiovisual que se utiliza para la aceptaci¨®n de la enfermedad, un modulador de la emoci¨®n. Su propio filme. A partir de ah¨ª, Morillo construye un relato sobre su enfermedad, le¨ªdo lentamente, sobriamente, sin subidones dram¨¢ticos, sobre unas im¨¢genes que no buscan la ilustraci¨®n redundante de lo que oyes. Un relato sin regalos sentimentales, abierto a la lucidez y al desasosiego. Brutal. V¨¦anlo en el Facebook del premio o en YouTube.
Hay momentos que te llevan a la Susan Sontag que habl¨® de la relaci¨®n metaf¨®rica con nuestras enfermedades y las ajenas. En Morillo no hay pretensiones acad¨¦micas. Se trata de construir un relato para explicarse a s¨ª mismo, que le ayuda y nos ayude. Empieza contando como le atraviesan los enunciados sociales que rodean al enfermo, como se va rompiendo buscando consuelo en la pena social que desprende. ¡°Esclavo de tus patolog¨ªas, t¨² ya no eres t¨², eres tu enfermedad, sus miedos, la medicaci¨®n y sus resacas..¡±. ¡°Es una enfermedad sin im¨¢genes en sus primeras etapas, por eso te disfrazas de ti mismo¡±, prosigue. Cuenta en el filme que puedes estar riendo, pero lloras, ¡°vives en el autoenga?o, no sabes a qu¨¦ punto llegar¨¢ tu degradaci¨®n f¨ªsica¡±. Pero Morillo combate el discurso de la pena. ¡°No luches contra la esclerosis m¨²ltiple, lucha con ella¡±. Para el autor, su documental es una resistencia ante el fascismo de la enfermedad, una terapia para aceptar la enfermedad como potencia ¡°que me ata a la vida en un juego a ciegas con el azar¡±. Enunciado en segunda persona, en la elaborada memoria universitaria del proyecto (el filme es un trabajo de fin de grado), el autor escribe que pone ciertas distancias ¡°en el estudio de m¨ª mismo y lo que ello implica. Soy sujeto de estudio y el sujeto que estudia¡±.
Morillo estudi¨® Comunicaci¨®n audiovisual y ha abierto un estudio en Ja¨¦n dedicado al dise?o gr¨¢fico y la producci¨®n audiovisual. Desde que empez¨® las lecturas preparatorias (Sontag, Foucault y Deleuze, incluidos) pasaron dos a?os. ¡°Inicialmente el documental iba a ser una amalgama de conceptos te¨®ricos¡±, pero en el proceso de reflexi¨®n lleg¨® a la conclusi¨®n de que si ten¨ªa que aceptar la enfermedad deb¨ªa exponerse ¨¦l mismo, ¡°para bien y para mal¡±. El proceso emocional, comenta, es complicado. ¡°Al principio aceptas el discurso de la pena, pones la enfermedad como escudo hasta que llega un momento que intentas encajarla en tu vida¡±. Los discursos sociales sobre el enfermo pesan m¨¢s de lo que parece. ¡°Te sit¨²an en un espectro de la sociedad del que es dif¨ªcil salir. Cuesta luchar contra el encasillamiento, no hacerle caso¡±. La propia creaci¨®n del filme, complicado y gratificante, explica, le ha servido para aceptar lo que es. ¡°Coger las riendas de mi vida y que no sea la enfermedad la que te gu¨ªa¡±. Morillo no se plantea planes a muy largo plazo y en el filme uno de los temas inevitables es el de la degradaci¨®n f¨ªsica y mental. En el filme hay m¨¢s de una imagen de ruinas arquitect¨®nicas como met¨¢fora visual de la finitud del cuerpo y la mente en el devenir de la enfermedad.?
Al principio aceptas el discurso de la pena hasta que llega un momento que intentas encajar la enfermedad en tu vida
El premio est¨¢ patrocinado por la fundaciones Uszheimer y Pasqual Maragall (que hace poco ha inaugurado una nueva sede para cobijar la investigaci¨®n sobre el alzh¨¦imer) y Minimal Films. Albert Sol¨¦ es su inspirador. Sol¨¦ es el autor de otra pieza descomunal en la filmograf¨ªa sobre la enfermedad. Bucarest, la memoria perdida (2008). El relato de como el alzh¨¦imer fue borrando a su padre, Jordi Sol¨¦ Tura.
En la gala del premio tambi¨¦n se proyect¨® el documental My Beautiful Broken Brain. La autobiograf¨ªa de Lotje Sodderland, una chica que padeci¨® un ictus severo y, con el tel¨¦fono m¨®vil, film¨® su propia, y parcial, recuperaci¨®n. Por ejemplo, la tarea del reaprendizaje de la lectura o la escritura o habituarse a una distorsi¨®n visual. Empez¨® sola y luego la acompa?¨® una amiga cineasta. Lotje fue enviando sus v¨ªdeos a un cineasta que admiraba, David Lynch que, al final, se convirti¨® en productor del filme que tiene distribuci¨®n desde Netflix.
Son dos casos en los que el propio enfermo se convierte en narrador de sus padecimientos y luchas. ¡°Lo habitual¡±, subraya Sol¨¦, ¡°es que sea un cineasta quien organiza la mirada sobre el enfermo¡±. Aqu¨ª, es el enfermo quien se adue?a del discurso sobre su propia dolencia.
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