Rajoy, de entrada no
Si una parte del electorado del PSOE evolucionaba en forma de Podemos, era casi l¨®gico que la otra se echase en manos de la derecha
Hasta el pasado 1 de octubre hab¨ªamos asistido, a?o tras a?o, a la obra con m¨¢s funciones y reposiciones de la historia de Espa?a, una obra en un solo acto para dos actores, PP y PSOE. El primer actor, Felipe Gonz¨¢lez, lleg¨® a la media parte. Y no tuvimos tiempo de darnos cuenta que el segundo lleg¨® reclamando su sitio en la historia, chillando: ¡°v¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez¡±. Era una ¨¦poca pendular, de mayor¨ªas absolutas que cambiaban de lado millones de votos, ahora a la izquierda, ahora a la derecha. Todav¨ªa estaban vivos los recuerdos de la Guerra Civil, lo suficientemente presentes para poder decir que, de alguna manera, se gobern¨® sobre la gesti¨®n de esos recuerdos. Tras la capitulaci¨®n del PSOE, entendimos que la Transici¨®n se llamaba as¨ª por algo. Era una transici¨®n, no necesariamente una transformaci¨®n.
Poco a poco, el p¨¦ndulo perdi¨® fuerza. Parec¨ªa que las pol¨ªticas de igualdad y de reajuste de Zapatero dejar¨ªan algo tras de s¨ª. Pero fue una ilusi¨®n, el teatro tiene esas cosas. A la primera crisis seria la escenograf¨ªa cay¨® hecha trizas. Rajoy, el actor inm¨®vil en plasma, tomaba las riendas del no espect¨¢culo. El p¨¦ndulo se iba quedando en el lugar exacto del poder, el ?bex incluso lleg¨® a materializar su amenaza de crear un Podemos de derechas. Para demostrar que todo estaba atado, ?qu¨¦ mejor que utilizar un partido ya creado, Ciudadanos, que hab¨ªa sido creado para acabar con una de las diferencias que agitaba el p¨¦ndulo, Catalu?a? ?Si serv¨ªa para frenar su desarrollo, tambi¨¦n deber¨ªa servir para frenar el de Espa?a! Era el refuerzo perfecto, pactaba con los unos y pocos meses despu¨¦s, pactaba con los otros sin que haya acabado importando ni para los primeros, ni para los segundos ni, al fin, para la ciudadan¨ªa.
El pasado uno de octubre se baj¨® el tel¨®n. Una de las partes ha fagocitado la totalidad de una manera tan despiadada que cuesta recordar una humillaci¨®n pol¨ªtica como la que se ha autoinflingido el PSOE. Lo que queda de ¨¦l, vamos, que tampoco es tanto. Quiz¨¢s la explicaci¨®n resida en eso, que ya era poco partido, que era casi nada.
Se acab¨® la funci¨®n. El PSOE no solo se ha fundido sino que lo ha hecho para darle el poder a quien se supon¨ªa que era su mayor adversario. El 1 de octubre de 2016 pasar¨¢ a la historia como el d¨ªa que el Estado se solidific¨®. Instituciones, entes, medios y, sobre todo, las grandes empresas decidieron desenchufar un PSOE que todav¨ªa simula no saber que ha dejado de ser relevante, cuarenta a?os despu¨¦s de la muerte del dictador y ochenta a?os despu¨¦s del inicio de la Guerra Civil. El ministro del Interior, Fern¨¢ndez D¨ªaz, por boca de quien habla del Estado lo dijo bien claro, ¡°los hay que pretenden ganar la guerra cuarenta a?os despu¨¦s¡±. Cautivo y desarmado, el PSOE ha pasado a ser una mera sectorial del PP.
Bueno, tampoco es un mal final para un partido que lleva planeando su futuro de esta manera. Si una parte de su electorado evolucionaba en forma de Podemos, era casi l¨®gico que la otra se echase en manos de la derecha, as¨ª el panorama queda centrado por todas partes. Lo centran los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; lo centran los medios y lo centra el ?bex. Y lo deja la mar de mono. Arriba tenemos al PNV, el Partido Nacionalista del Norte y un r¨¦gimen heredero del siglo XIX que incluso a la izquierda revolucionaria le parece bien. En medio, un Partido Nacionalista del Centro que se lo lleva todo sin tan siquiera esforzarse, que lo mismo te monta una G¨¹rtel que te gana tres elecciones en un a?o, la ¨²ltima en Ferraz. Abajo, el PSOE transformado en Partido Nacionalista del Sur, la gestor¨ªa.
En Podemos, pobres, claman que se acab¨® el bipartidismo. Todos los j¨®venes vienen a llevarse la vida por delante antes de saber que va en serio. En la pen¨ªnsula Ib¨¦xica nos hemos quedado con el unipartidismo y ellos est¨¢n a punto de romperse. Golpe a golpe, la obra va a continuar sin versos ni florituras. Han pasado dos ciclos hist¨®ricos de cuarenta a?os cada uno y a tenor de las declaraciones de los gestores del PSOE no parece que el argumento de la obra haya cambiado tanto. Y es que hay derrotas tan profundas que duran tanto, que no pueden dejar de repetirse. Lo escribo y no me lo creo, pero van a hacer presidente a Rajoy. Non plus ultra.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.