M¨¢s del 40% de los vigilantes de parqu¨ªmetros denuncia agresiones

Puede empezar con el insulto o la amenaza, pasar por el empuj¨®n o el escupitajo y acabar con disparos en la cabeza desde un balc¨®n con una escopeta de aire comprimido. Las personas que vigilan los parqu¨ªmetros de la zona azul y verde de Barcelona viven al a?o una media de 117 agresiones. Eso supone que un 35% de la plantilla desde 2009 sufre ataques f¨ªsicos o verbales cuando hace su trabajo, seg¨²n un informe pericial encargado por Barcelona Serveis Municipals (B:SM) el a?o pasado. En 2014, el 41% de los trabajadores (134 de 329 personas) notific¨® a sus superiores que padeci¨® una situaci¨®n de violencia en la calle.

El comit¨¦ de empresa pide que se reconozca a estos trabajadores la categor¨ªa de autoridad como auxiliares de la Guardia Urbana. Eso les garantizar¨ªa una mayor protecci¨®n legal as¨ª como un aumento de la consideraci¨®n social de las personas que controlan las zonas de estacionamiento regulado en la ciudad, con m¨¢s de 112.000 plazas a su cargo entre zona azul, zona verde, zona verde exclusiva, plazas de carga y descarga y estacionamiento para motocicletas. Tambi¨¦n pide que el patrullaje sea en pareja ¡ªalgo que ya se da en algunas ¨¢reas de zona verde exclusiva y otras alejadas del centro¡ª, lo que les permtir¨ªa mayor protecci¨®n en situaciones de riesgo.

De todas las agresiones, 20 pasaron por la m¨²tua de accidentes de trabajo el a?o pasado, seg¨²n los datos que facilita B:SM. Seg¨²n esas mismas cifras, seis fueron agresiones f¨ªsicas, cuatro verbales, y otras 10 incidentes que acabaron en los juzgados. De media desde el a?o 2009, un 7% de los trabajadores agredidos necesita la baja m¨¦dica, recoge el informe de los peritos judiciales.

C. T. no olvida la tarde de diciembre, en plena campa?a de Navidad, cuando una pareja la emprendi¨® a golpes con ella y su compa?era. C. T. vio un veh¨ªculo que hab¨ªa pagado 50 c¨¦ntimos, y hac¨ªa ya m¨¢s de una hora que sobrepasaba el tiempo de estacionamiento. Se dispuso a denunciarlos cuando apareci¨® la pareja cargada con juguetes. Le pidieron que retirase la denuncia, que pod¨ªan anular al momento pagando seis euros, a lo que ella se neg¨®. Despu¨¦s de que les insultasen, y al ver que el ambiente se caldeaba, ella y su compa?era decidieron irse.

¡°Camin¨¢bamos ya por Mallorca, a la altura de la calle Independencia, o¨ªmos unos pasos, fue girarnos, y mi compa?era recibi¨® una patada en el est¨®mago y qued¨® doblada. Empezaron a darnos pu?etazos¡±, explica por tel¨¦fono C. T. Al final, pidieron ayuda por el walkie. Despu¨¦s de un largo trasiego judicial, acabaron condenando a la pareja.

De las 705 agresiones notificadas desde 2009, solo un 21% han acabado en los juzgados. El motivo, seg¨²n critican los sindicatos, es que durante el proceso se conoce la identidad de los agentes, lo que les genera indefensi¨®n. Cuando se interpone se hace constar el nombre, el apellido y el DNI de la persona.

B:SM recomienda que como domicilio se facilite la direcci¨®n de la compa?¨ªa. ¡°Hay compa?eros que no quieren denunciar porque al no ser considerados agentes de la autoridad, est¨¢n todos sus datos a la vista de cualquiera, incluso del agresor. Muchas veces se tiene miedo. Pedimos al menos tener seguridad jur¨ªdica cuando se vaya a juicio, que solo conste el n¨²mero de placa¡±, reclama, como ocurre con la polic¨ªa, Jos¨¦ Luis Aznar, representante de UGT en el comit¨¦ de empresa.

B:SM est¨¢ sensibilizada con los casos de agresiones a los trabajadores, a los que da cursos de formaci¨®n y prevenci¨®n. En la actualidad estudia la posibilidad de incluir un bot¨®n de p¨¢nico en los walkies y prev¨¦ incorporar en 2017 una PDA con GPS para saber en qu¨¦ lugar est¨¢n los trabajadores. Aunque recuerda que la decisi¨®n de que los vigilantes sean autoridad requiere cambios legislativos.

El comit¨¦ de empresa de B:SM ha llevado el caso a la S¨ªndica de Greuges de Barcelona, que ha pedido al Ayuntamiento que elabore un informe sobre la posibilidad de considerar a los vigilantes agentes de la autoridad. La s¨ªndica solicita tambi¨¦n que consulte a la Direcci¨®n General de Funci¨®n P¨²blica la posibilidad de reconocerlos como trabajadores p¨²blicos. ¡°Se deber¨ªa informar de que pegar a un vigilante no es gratuito¡±, reclama C. T.. Y recuerda que a pesar de lo que pueda parecer, su tarea no es ¨²nicamente sancionadora: ¡°Pasamos incidencias, aver¨ªas, roturas de baldosas¡­ Informamos de si no funciona un sem¨¢foro, de si alguien se pierde o se cae. No solo denunciamos, muchas veces ayudamos, e incluso salvamos vidas de personas¡±.

¡°Hoy en d¨ªa una agresi¨®n sale muy barata. Si fu¨¦semos considerados autoridad en el ejercicio de las funciones ser¨ªa distinto, no se quedar¨ªa en una mera falta¡±, lamenta Aznar. Y se?ala que los insultos ya ¡°resultan normales¡±.

Dos de cada diez agresiones notificadas son f¨ªsicas; el resto, un 80%, son verbales. ¡°Os estoy grabando y lo voy a colgar en YouTube para que la gente vea lo malas que sois porque me est¨¢is denunciando cuando estoy sacando el comprobante de pago¡±, recoge una denuncia presentada en 2014.

Que el individuo le hizo una foto, se puso a su lado y le dijo: si recibo una denuncia tengo medios y formas para cobr¨¢rmela, s¨¦ d¨®nde est¨¢is, t¨² siempre est¨¢s en la misma zona, y tengo medios para cobr¨¢rmela. Acu¨¦rdate, no se te olvide lo que te he dicho¡±, es otro ejemplo. ¡°Te voy a joder la vida, eres un vigilante que no vale para nada, te vas a quedar sin trabajo, mi hijo es un urbano, le voy a llamar para que te echen en cuanto llegues a la oficina¡±, recoge la declaraci¨®n de otro trabajador.