La estatua de Franco aflora viejos y nuevos conflictos
Seis expertos analizan el valor que puede tener la pol¨¦mica sucedida en el Born para el estudio de la historia


La memoria de la dictadura est¨¢ a la orden del d¨ªa en la pol¨ªtica catalana. Su exponente ha sido la pol¨¦mica y el vandalismo en la exposici¨®n de las estatuas franquistas del Born. Expertos consultados por EL PA?S coinciden que lo sucedido tiene valor porque muestra traumas no superados. ¡°De la interacci¨®n de la gente con la escultura extraemos que esta sociedad todav¨ªa tiene muchos problemas que resolver con ese pasado. La manera de solucionarlo es expres¨¢ndolo. Lo que ha pasado es sano¡±, valora Emilio Silva, presidente de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH).
El presidente de la ARMH no entiende la oposici¨®n que recibi¨® la exposici¨®n: ¡°Me parece buena idea todo lo que sea explicar el pasado, es una de las funciones de un museo. Soy nieto de un desaparecido y alg¨²n partido ha dicho que la exposici¨®n es un insulto a las v¨ªctimas. Lo que es un insulto es que la escultura ecuestre de Franco estuviera hasta 2008 en el mismo lugar donde fusilaron a Llu¨ªs Companys, o que la escultura de la Victoria estuviera en Paseo de Gr¨¤cia hasta 2011¡±.
A Pl¨¤cid Garcia-Planas, director del Memorial Democr¨¤tic, no le ha sorprendido el desenlace vand¨¢lico y admite las dudas que le ha generado: ¡°La propuesta del Born puede ser interesante, pero es muy arriesgada. Convertir la memoria en un espect¨¢culo es carg¨¢rsela. La historia necesita consenso. Y sin un m¨ªnimo consenso no iremos a ninguna parte¡±. El artista Francesc Torres ha trabajado en proyectos vinculados con la memoria del franquismo y visit¨® las dos muestras, la de las esculturas y Esto me pas¨® a m¨ª, sobre las torturas durante la dictadura, dentro del Born Centro de Cultura y Memoria. Torres avisa de que lo sucedido va m¨¢s all¨¢ de ser un espect¨¢culo: ¡°Es sintom¨¢tico de muchas cosas que arrastramos de hace d¨¦cadas y que contin¨²an existiendo¡±. Torres explica que la primera imagen que vio de la escultura derribada se la mand¨® una profesora universitaria en Estados Unidos: ¡°La imagen me impact¨®, pero un impacto extra?o, porque era algo que ten¨ªa que haber pasado hace 40 a?os y parec¨ªa que lo hubiera visto en diferido. No es poca cosa ver un objeto como este por los suelos¡±.
Joan Maria Thom¨¤s es profesor de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad Rovira i Virgili y comisario de la exposici¨®n Franco Neutral?, del Memorial Democr¨¢tico. Thom¨¤s no vio la muestra de las estatuas del Born pero en general considera su exhibici¨®n ¡°una opci¨®n adecuada, en el exterior o en el interior del recinto expositivo. Como me lo parece la utilizaci¨®n de im¨¢genes o iconos de Hitler y Mussolini en exposiciones dedicadas a la historia de los respectivos reg¨ªmenes fascistas en sus pa¨ªses. No creo que sea cuesti¨®n de estatuas o iconos sino de contenidos de las exposiciones¡±. Thom¨¤s concluye que las exposiciones del Born pueden servir ¡°para suscitar un debate sobre qu¨¦ fue aquel r¨¦gimen, qui¨¦nes eran sus hombres aqu¨ª y qu¨¦ deberes le quedan pendientes hoy por hacer a nuestra (ya no tan joven) democracia. Estatuas o iconos aparte, la historiograf¨ªa sobre el franquismo ha avanzado mucho en los ¨²ltimos 25 a?os, pero esto no se acaba de transmitir a la ciudadan¨ªa. Las exposiciones son una de las v¨ªas para conseguirlo¡±.
Divisi¨®n antifranquista
Paola Lo Cascio, profesora de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de Barcelona (UB), admite que la muestra de las esculturas ¡°no ha se gestionado de la mejor manera¡± pero considera que ¡°las instituciones tienen la obligaci¨®n de poner en marcha elementos de recuperaci¨®n hist¨®rica¡±. Lo Cascio detecta una nueva problem¨¢tica sobre el consenso hist¨®rico que pide Garcia-Planas: ¡°En Catalu?a, el antifranquismo era un com¨²n denominador. Podemos discutir si hay actuaciones m¨¢s o menos logradas, m¨¢s o menos efectivas, pero se tienen que dar en un marco de valores compartidos. Esto en Catalu?a era m¨¢s o menos as¨ª. Hasta la eclosi¨®n del independentismo estaba muy claro qu¨¦ quer¨ªamos decir al hablar de memoria hist¨®rica. La ra¨ªz compartida por todo el sistema pol¨ªtico catal¨¢n era el antifranquismo¡±.
Lo Cascio considera que se ha producido un conflicto con el independentismo cuando este ha hecho suya la memoria de la Guerra de Sucesi¨®n: ¡°El drama es que hay un choque cuando no lo deber¨ªa haber. Ha habido por parte de sectores independentistas una reivindicaci¨®n sagrada del Born¡±. Otro acad¨¦mico de la UB, Jos¨¦ Manuel R¨²a, loa la exposici¨®n sobre las torturas ¡°porque liga con experiencias reales de personas que sufrieron la dictadura y se enfrentaron a ella; antifranquismo real, no las performances que hemos visto estos d¨ªas¡±. R¨²a se a?ade al parecer de Lo Cascio sobre el conflicto nacional: ¡°La idea de la exposici¨®n de las estatuas tiene valor porque muestra que todav¨ªa perdura la herencia franquista en el espacio p¨²blico. El problema es que colocar esto en un espacio casi sagrado del independentismo se ha convertido en un arma pol¨ªtica del proc¨¦s¡±.
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