Taquicardia emocional
El grupo burgal¨¦s enardece la Joy Eslava, llena hasta el ¨²ltimo rinc¨®n, en el primero de sus tres conciertos sucesivos

Qu¨¦ alboroto. Graban los chicos de La Maravillosa Orquesta del Alcohol disco en directo y la Joy Eslava era anoche un hervidero desde las primeras notas de 'Nubes negras', el tema inaugural. No hay hallazgos sustanciales en la m¨²sica de estos burgaleses j¨®venes, combativos, de poes¨ªa volc¨¢nica, pero s¨ª grandes pu?ados de sinceridad. Siete tipos en camisetas de tirantes, tal que reci¨¦n salidos del cuarto de estar, que se proponen acariciar los cielos sin que sus pies pierdan el contacto con las calles. Se acaba agradeciendo mucho esa legitimidad luchadora, corajuda y de pulsaci¨®n acelerada; esa taquicardia r¨ªtmica y emocional que se expande por toda la pista como un virus imparable. Quiz¨¢ frases como "Marineros del destierro, no dej¨¦is de navegar" ayuden a que la complicidad se expanda en todas las direcciones.
La propuesta no es solo efectista, sino, en ¨²ltimo extremo, adictiva. Se supone que el p¨²blico de este jueves ser¨ªa el menos implicado de las tres noche consecutivas, pues fue la ¨²ltima fecha en salir a la venta. Si damos por buena esa hip¨®tesis, prep¨¢rense para un viernes y s¨¢bado de ebullici¨®n fulminante. Y todo gracias a un sonido cat¨¢rtico, arrollador, salido de las v¨ªsceras. Apuntalado para la ocasi¨®n por un tr¨ªo de metales (con camisa y corbata, para distinguir) que aporta a¨²n m¨¢s empaque a un cancionero pensado para que no quede un alma sin desga?itarse.
Los pelos enmara?ados por el sudor de Alvar de Pablo, el infatigable saxofonista del septeto, terminan convirti¨¦ndose en un emblema visual, igual que la viserita del acordeonista Joselito Maravillas o el braceo implacable del bajista Juan Mariscal y el bater¨ªa Caleb Melguizo, una secci¨®n r¨ªtmica concebida para afrontar cuantas curvas acechen en el camino. Pero nada resulta tan valioso y representativo como la voz de lija de David Ruiz, un tipo que canta tal que si en cada frase las am¨ªgdalas le fueran a sangrar. Ah¨ª radica, seguramente, el epicentro de la catarsis de La MODA. Y el principio activo de su medicina.
No hubo grandes sorpresas en esta noche de gala respecto a lo que ha venido siendo la gira de 'La primavera del invierno', el segundo LP de los muchachos. De hecho, la fiesta se prolong¨® durante 75 recatados minutos, quiz¨¢ porque se precisan energ¨ªas en la reserva para lo que se avecina. Una emotiva versi¨®n desnuda de 'Ojal¨¢' (Silvio Rodr¨ªguez), otra mucho m¨¢s cal¨®rica de 'Historia triste' (Eskorbuto) o la t¨ªmida aportaci¨®n de la cantante Iseo a la emblem¨¢tica 'Vasos vac¨ªos' y la algo mitinera 'Hay un fuego' constituyeron los principales aditivos. Pero la f¨®rmula, que bebe de The Pogues u Oyster Band y supera con creces a Celtas Cortos, alienta siempre los flujos de la empat¨ªa.
La MODA son esos rebeldes que han asumido a rega?adientes su pertenencia al reba?o ('PRVMR') pero preferir¨ªan brindar por la tempestad ('Catedral'). Ahora, abocados a un par¨¦ntesis tras cinco a?os agotadores, podr¨¢n poner en orden las ideas y enriquecer con nuevos sabores un men¨² que, de lo contrario, podr¨ªa volverse redundante. Pero estos cimientos de folk c¨®mplice y solidario son realmente s¨®lidos. Bien orgullosos pueden sentirse, a estas alturas, de haberlos erigido.
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