Ant¨ªa encuentra a su padre 67 a?os despu¨¦s
Recuperados los restos de cuatro guerrilleros que murieron en 1949 durante un tiroteo con la Guardia Civil en Val do Dubra. Acude a la exhumaci¨®n la hija de uno de ellos, hu¨¦rfana desde los 17
El atrio de la Iglesia parroquial de Paramos ha confesado en voz alta la verdad que cuatro familias custodiaron en silencio durante 67 a?os. El d¨ªa de primeros de marzo de 1949 en que abrieron la enorme fosa para enterrar cuatro cuerpos de guerrilleros, el ayuntamiento se llamaba Bux¨¢n. Ahora que la tierra vuelve a abrir su boca para entregar los restos digeridos de aquellos hombres, esta esquina coru?esa del mundo ha cambiado de nombre y es Val do Dubra, gobernada hoy por Anova. En los l¨ªmites entre este municipio, A Ba?a y Santa Comba, tuvo lugar 10 a?os despu¨¦s de la guerra un encarnizado enfrentamiento entre la resistencia comunista y la Guardia Civil. En el tiroteo, que se prolong¨® de la ma?ana a la tarde, sali¨® herido un agente y cayeron casi todos los miembros del destacamento Eive-Carb¨®n (Ex¨¦rcito Guerrilleiro de Galicia). Ayer, descendientes de aquellos militantes que al morir llevaban la foto de la Pasionaria en la cartera acudieron al camposanto para volver a encontrarse con ellos. Ant¨ªa perdi¨® a su padre cuando ten¨ªa 17 a?os. Ahora, la hija de Vicente Pe?a Tarrasa, vecino de Nar¨®n nacido en Palma de Mallorca, tiene 84 y, aunque los huesos est¨¢n pr¨¢cticamente identificados, solo espera que las pruebas de laboratorio sean r¨¢pidas para no alargar tantas d¨¦cadas de agon¨ªa.
Ah¨ª est¨¢n todos en una fosa que permanec¨ªa oculta por la hierba y las margaritas silvestres: junto al muro de la iglesia, ordenados en la tierra, diferenciados entre s¨ª por el espacio que ocupaban unas cajas de pino de las que ya no queda m¨¢s que alguna punta. Vicente Pe?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Castelo (de I?¨¢s, Oleiros), Manuela Teiga (de Zas, Negreira) y otro esqueleto m¨¢s que puede corresponder a dos personas distintas. En el acta de enterramiento elaborada tras la autopsia figura como "desconocido". Ten¨ªa aparatosas heridas en la cabeza causadas por una granada de mano. Pero durante la posterior instrucci¨®n judicial de los hechos, ese cad¨¢ver fue identificado como Manuel Pena Cami?o, nacido en Mes¨ªa, porque en el escenario de la masacre aparecieron una foto de su esposa y otra de una hija de este miembro de la guerrilla.
Sin embargo, hace unos meses, el historiador que lleva a?os reconstruyendo la lucha y muerte de este grupo de la resistencia, Manuel L¨®pez Tu?as, recibi¨® el testimonio de una familia de A Ba?a que asegura que el cuarto inhumado en Paramos es Erundino Vieito Ba?a. Erundino trabaj¨® como enlace de los guerrilleros despu¨¦s de desertar del ej¨¦rcito de Franco, pasarse al republicano, ser apresado e internado en un campo de concentraci¨®n, escapar y vivir escondido 11 a?os. Las pruebas que va a realizar en el campus de Ponferrada (Universidad de Le¨®n) la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica -que lleva a cabo la exhumaci¨®n con un equipo de voluntarios y el apoyo del consistorio- despejar¨¢n la inc¨®gnita.
Supuestamente, Erundino Vieito acab¨® envuelto en aquel fuego cruzado de ametralladoras porque se hab¨ªa citado ese fat¨ªdico 5 de marzo de 1949 con el grupo para un cambio de base de operaciones. Seg¨²n su familia, cuando los cad¨¢veres estaban expuestos en la caseta del cementerio de Santa Mar¨ªa de Paramos, un pariente se acerc¨® a merodear y comprob¨® que era ¨¦l, pero no reclam¨® el cuerpo por miedo a las represalias.
Horas antes de los enfrentamientos de la tarde en los que murieron todos los guerrilleros menos uno, tal y como explica L¨®pez Tu?as nada m¨¢s amanecer los agentes del r¨¦gimen los hicieron salir de la casa de Aro (Negreira) en la que se ocultaban hac¨ªa tiempo. All¨ª mismo muri¨® de dos disparos la primera guerrillera, Carmen Temprano Salorio (de I?¨¢s, Oleiros), en el momento en el que saltaba de la huerta de la vivienda al camino. Temprano fue enterrada en el cementerio de Aro, despu¨¦s de que sus compa?eros huyeran, dejando atr¨¢s su cad¨¢ver, en direcci¨®n Val do Dubra. Llevaban consigo sobre un caballo que consiguieron a Vicente Pe?a, que hab¨ªa resultado herido en el choque, y se les uni¨® en la escapada Manuela Teiga. La chica era sobrina de la due?a de la casa de Zas y tem¨ªa que la iban a matar si quedaba all¨ª. En el combate de la tarde, cuando volvi¨® a localizarlos la Guardia Civil, murieron todos los guerrilleros y la joven simpatizante. Del grupo, posiblemente, solo se salv¨® Manuel Ramiro Souto.
La exhumaci¨®n, una de las pocas que se llevan a cabo ahora en Galicia, con una Ley de la Memoria que hiberna carente de subvenciones y de impulso pol¨ªtico, durar¨¢ toda esta semana. El viernes los restos ser¨¢n depositados en cajas para ser trasladados a Ponferrada, antes de ser devueltos a las familias, que les dar¨¢n al fin una sepultura con nombre.
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