Mar¨ªa Jo?o Pires, m¨¢s all¨¢ de la m¨²sica
Massimo Spadano demuestra desde el podio de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia su solvencia como director
Despu¨¦s de muchos a?os, la pianista Mar¨ªa Jo?o Pires (Lisboa, 1944) volvi¨® al Palacio de la ?pera de A Coru?a. Vino con su equipaje cargado de esas razones que hacen que su presencia trascienda muy por encima de su excelencia musical: su inquietud permanente en la b¨²squeda de nuevas v¨ªas de rentabilizaci¨®n de la m¨²sica como instrumento social. Un camino que se inici¨® hacia a finales del siglo pasado en la Quinta Belgais (Escalos de Cima, Castelo Branco, Portugal) hasta que un cambio de partido en el Gobierno de su pa¨ªs propici¨® el impago de los fondos comprometidos por el anterior, lo que supuso el declive y posterior desaparici¨®n del proyecto.
Luego, el patrocinio de la Fundaci¨®n Caja Duero permiti¨® la creaci¨®n en Salamanca de un festival, un coro infantil y una orquesta joven, cuya prevista continuidad y desarrollo trunc¨® la crisis de las cajas de ahorro espa?olas. Actualmente, estas inquietudes de Pires son canalizadas a trav¨¦s del Proyecto Partitura, creado con la Chapelle Musicale Reine Elisabeth, de Bruselas, de la que Pires es profesora.
El proyecto se desarrolla a trav¨¦s de diferentes actividades, como la creaci¨®n de coros para ni?os desfavorecidos ¨Cpiedra angular en todos los proyectos de la gran humanista lisboeta-, complementada en este caso con la creaci¨®n de talleres art¨ªsticos en hospitales, psiqui¨¢tricos y prisiones; la evaluaci¨®n de estos proyectos por neurocient¨ªficos y psic¨®logos; la creaci¨®n de v¨ªnculos entre artes y ciencias y la aplicaci¨®n de nuevos enfoques al acto del concierto, visitando diferentes tipos de salas, colaboraci¨®n entre distintas artes y actuaci¨®n conjunta de m¨²sicos de diferentes generaciones.
En este ¨²ltimo punto se enmarcan los conciertos de viernes y s¨¢bado con la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia (OSG), en los que tambi¨¦n actu¨® el pianista Julien Brocal (Arl¨¦s, Francia, 1987). La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia iba a ser dirigida por el gran clavecinista y director Trevor Pinock (Canterbury, 1946); pero un problema de salud sufrido por el director ingl¨¦s durante los ensayos le hizo cancelar su presencia en el podio. Fue sustituido por Massimo Spadano (Lanciano, Italia, 1968), concertino de la OSG, que mostr¨® una gran solvencia con la batuta, reconocida a lo largo del concierto por el p¨²blico coru?¨¦s.
Su direcci¨®n de la obertura de Las criaturas de Prometeo mostr¨® al m¨²sico incisivo y lleno de energ¨ªa que es, con sonido y fraseo bien beethovenianos, un buen control del sonido y una gran musicalidad. Su acompa?amiento en los conciertos de Fryderyk Chopin refrend¨® su capacidad como director; su adaptaci¨®n a las caracter¨ªsticas de cada int¨¦rprete fue id¨®nea: mimo para un Brocal necesitado de una din¨¢mica muy contenida y mayor expresividad orquestal para acompa?ar el gran vuelo musical de Pires.
En el concierto del viernes, Brocal mostr¨® muy buena t¨¦cnica pero se qued¨® algo corto de musicalidad y nervio. A lo largo de su interpretaci¨®n del Concierto n? 1 para piano de Chopin tuvo una expresi¨®n algo plana, en una especie de alejada equidistancia de la bravura y del lirismo del polaco. Fue notable una carencia casi absoluta de un elemento expresivo tan chopiniano como el rubato.
Pires llevaba mucho tiempo sin actuar en A Coru?a y bastante sin hacerlo en Galicia. Su ¨²ltimo concierto por estas tierras fue otra manifestaci¨®n de su gran categor¨ªa musical y humana compartiendo escenario en un bis con m¨²sicos de la Real Filharmon¨ªa. En el concierto del viernes fue otra vez la gran maestra: su versi¨®n del Concierto n¨²mero 1 de Chopin fue realmente magistral, llena de matices, con un dominio estil¨ªstico absoluto y una gran riqueza de sentimiento, lo que hizo que la ovaci¨®n del p¨²blico fuera de las que se hacen recordar.
Pires correspondi¨® con otro Chopin verdaderamente ejemplar. Su versi¨®n del Vals en do sostenido menor,op. 64 n? 2 del polaco fue verdaderamente de referencia por el gran sentimiento que le imprimi¨® y por sus tempi: cautiv¨® el inicio en tempo giusto, fue electrizante su cambio en el piu mosso del comp¨¢s 33 y aplic¨® magistralmente el resto de cambios). Al final, a muchos les dol¨ªan las manos: por la fuerza de los aplausos y por la envidia; que las manos tambi¨¦n tienen su corazoncito.
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