Las Brigadas antifascistas vuelven a Madrid

Tuvieron que pasar 80 a?os para que las Brigadas Internacionales tuvieran en Vic¨¢lvaro, un distrito de Madrid en el que se alojaron durante la Guerra Civil varias unidades de voluntarios que llegaron a Espa?a para combatir el fascismo, un reconocimiento oficial. El s¨¢bado el Ayuntamiento inaugur¨® el Jard¨ªn de las Brigadas Internacionales en un acto al que acudieron unas 200 personas portando banderas republicanas, pa?oletas del Batall¨®n Garibaldi, banderolas con lemas como Il voluntari della Spagna republicana o camisetas con la frase No pasar¨¢n ¡ªen recuerdo a las palabras de la dirigente comunista Dolores Ib¨¢rruri, que se convirtieron en un emblema de la determinaci¨®n republicana para defender Madrid del asedio fascista¡ª.¡°Hace 10 a?os que el PSOE [que junto al Consistorio de Ahora Madrid aprob¨® la creaci¨®n de este espacio] solicit¨® un lugar en honor a los brigadistas. Aprovecho para agradec¨¦rselo. Estamos felices de darle este nombre. No los olvidamos¡±, dijo Carlos S¨¢nchez Mato, concejal de Econom¨ªa y de Vic¨¢lvaro.

El acto, que coincide con el 80 aniversario de la creaci¨®n de las Brigadas Internacionales ¡ªel 13 de octubre de 1936 empezaron a llegar los primeros voluntarios a Albacete¡ª, cont¨® con la presencia de Josep Almud¨¦ver, uno de los cuatro brigadistas que todav¨ªa viven. Almud¨¦ver, que naci¨® en Marsella hace 97 a?os, lleg¨® trajeado, con camisa blanca y boina, y cuando cogi¨® el micr¨®fono record¨® algunos de los momentos decisivos de la Guerra Civil ¡ªdonde fue herido por un ob¨²s¡ª, como la firma del Comit¨¦ de No Intervenci¨®n, un pacto internacional que obligaba a los pa¨ªses fascistas y dem¨®cratas a ser neutrales con respecto a Espa?a, pero que de facto ayud¨® al r¨¦gimen franquista por las continuas violaciones de Alemania e Italia, que enviaron arsenal militar y soldados que fueron decisivos en el transcurso de la batalla.

De los m¨¢s de 50 pa¨ªses de los cuales proven¨ªan los brigadistas, hubo representantes de 14 nacionalidades distintas en la inauguraci¨®n del jard¨ªn. Vladimiro Vaia, uno de ellos, estaba feliz por recordar a tantos italianos que, como su padre ¡ªAlessandro Vaia fue uno de los comandantes del Batall¨®n Garibaldi, que entre otros frentes luch¨® en la batalla del Ebro¡ª, vinieron a Espa?a a combatir el totalitarismo: ¡°Pelearon por unos ideales de democracia y de justicia social. Es verdad que en la Italia de Mussolini hab¨ªa fascistas, pero tambi¨¦n muchos antifascistas que decidieron dejar su vida por la Segunda Rep¨²blica¡±.

El Jard¨ªn de las Brigadas Internacionales est¨¢ en la calle de San Cipriano, frente al Cuartel de Artiller¨ªa ¡ªen la actualidad es un campus universitario¡ª donde se acuartelaron el batall¨®n Dombrowski y la XI Brigada Internacional en 1936 durante semanas en la defensa de Madrid. En 1937, fue la XII divisi¨®n la que estuvo en Vic¨¢lvaro hasta que, junto con los batallones Garibaldi, Andr¨¦ Marty y Dombrowsky partieron hacia la zona del Jarama, donde los sublevados hab¨ªan lanzado una ofensiva.

Los voluntarios fueron alrededor de 50.000 desde el inicio de la Guerra Civil hasta su despedida en Barcelona por el avance de las tropas franquistas. Varios historiadores, como Paul Preston en su libro La guerra civil espa?ola, han explicado los efectos de los antifascistas que, en su mayor¨ªa, acudieron libremente a Espa?a a defender la democracia: militarmente no fueron tan importantes porque no contaban con las armas adecuadas, pero s¨ª tuvieron una relevancia emocional. Durante la tarde del s¨¢bado ¡ªsolo uno de los actos que la Asociaci¨®n Amigos de las Brigadas Internacionales est¨¢ celebrando este octubre¡ª, decenas de hijos, sobrinas y amigos de los brigadistas se concentraron en Atocha y en Gran V¨ªa, los mismos lugares por los que el 8 de noviembre de 1936 desfil¨® la XI Brigada para decirle a los madrile?os que no estaban solos contra el fascismo.