El Madrid de Franco
El historiador David Pallol publica 'Construyendo imperio', una gu¨ªa de la arquitectura franquista en una capital de posguerra
¡°En Madrid, el reino del cemento es la Gran V¨ªa. Y el cemento es atroz. Huele a socializar, a planes quinquenales, a novela bolchevique, a pel¨ªcula yanqui, a mujer libre, a miseria organizada, a disoluci¨®n de familia, a funcionarios numerados. Si hay material hostil para colgar un crucifijo, es el cemento¡±. Seguro que a ustedes la alegre Gran V¨ªa madrile?a no les provoca estos fervores, pero s¨ª se los provocaba a Ernesto Gim¨¦nez Caballero, principal te¨®rico del arte fascista en Espa?a. La cita la recoge el historiador David Pallol en su reciente libro Construyendo imperio (La Librer¨ªa), una gu¨ªa de la arquitectura franquista en el Madrid de posguerra.
Una arquitectura anacr¨®nica para su ¨¦poca, que beb¨ªa de los estilos neoherreriano, neobarroco y neocl¨¢sico, en la que el ladrillo rojo representaba al pueblo llano constre?ido por la piedra imperial y coronado de tejados de pizarra. ¡°Se buscaba un estilo nacional que se identifique con la Espa?a pura y eterna, imperial, conectado con la est¨¦tica fascista¡±, explica el autor, ¡°aunque la realidad era una Espa?a hecha jirones¡±.?
En efecto, zonas como la Ciudad Universitaria, Arg¨¹elles o barrios enteros como Carabanchel o Usera, donde se hab¨ªan producido intensas batallas, se encontraban devastadas. El autor propone rutas por algunas de estas ¨¢reas, donde se puede ver una buena muestra de esta arquitectura.?
El ministerio del Aire (hoy cuartel general del Ej¨¦rcito del Aire), obra de Luis Guti¨¦rrez Soto, es un enorme edificio inspirado en El Escorial. Guti¨¦rrez Soto hab¨ªan transitado por el estilo racionalista antes de la guerra (Cine Barcel¨®, cine Callao), pero con su estilo escurialense se convirti¨® en el inspirador y uno de los arquitectos m¨¢s prol¨ªficos de lo que se podr¨ªa denominar estilo franquista neoherreriano, con edificios como el que ahora ocupa la Fnac entre Callao y Preciados; el Hotel Richmond en Plaza Rep¨²blica Argentina; el edificio Rex (Gran V¨ªa, 43) y numerosas viviendas para la burgues¨ªa.?
Sin duda, el icono de la arquitectura franquista es el edificio Espa?a (de total actualidad) que, como otros de Gran V¨ªa, tienen un aire m¨¢s cosmopolita y que fue proyectado por los hermanos Juli¨¢n y Joaqu¨ªn Otamendi, otros habituales de la ¨¦poca. Un coloso con el que el R¨¦gimen pretend¨ªa sorprender al mundo en plena autarqu¨ªa. ¡°La dictadura sacaba pecho con este edificio, utiliz¨¢ndolo como eficaz medio de propaganda en momentos de boicot internacional¡±, escribe Pallol.
Otras muestras por la zona son la sede de la compa?¨ªa de seguros El Ocaso (Princesa, 21), de Juan Pan da Torre; el edificio Intercontinental (Gran V¨ªa con Reyes), de Jos¨¦ Mar¨ªa Plaja Tob¨ªa; el Hotel Emperador (Gran V¨ªa, 53-59), de los Otamendi; o el ministerio de Justicia (San Bernardo, 45), de Javier Barroso Ladr¨®n de Guevara. Otro imponente ejemplo de esta forma de construir es la antigua Casa Sindical (Paseo del Prado, 20), hoy ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, del falangista Francisco Cabrero y Rafael Aburto. Las muestras tambi¨¦n se extienden por otras zonas de la ciudad, como la Iglesia de San Agust¨ªn (Joaqu¨ªn Costa, 10), de Luis Moya, la del Esp¨ªritu Santo (Serrano, 125) y la sede del CSIC (Velazquez, 144), de Miguel Fisac, adem¨¢s de m¨²ltiples edificios en el Barrio de Salamanca, viviendas sociales y diferentes planes urban¨ªsticos.?
Aunque cambi¨® para siempre el aspecto de la capital, ¡°hoy en d¨ªa es un estilo no muy celebrado porque es despreciado por los arquitectos: fue anacr¨®nico e historicista en plena eclosi¨®n del Movimiento Moderno. A partir de los a?os cincuenta, las ideas modernas, como las de Le Corbusier, consiguieron penetrar de nuevo en la arquitectura espa?ola¡±, concluye Pallol.
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