Ruta del ¡®bakalao¡¯: un viaje por la noche m¨¢s larga
Las fiestas interminables en torno a macrodiscotecas valencianas marcaron una ¨¦poca que algunos hoy reinvindican
Antes que el arquitecto Santiago Calatrava colocara Valencia en el mapa de la llamada arquitectura ic¨®nica, otra arquitectura, animada de f¨ªsica y qu¨ªmica, y con la m¨²sica de baile como tapiz sonoro, la convirti¨® durante unos a?os como el destino m¨¢s deseado. La Ruta del Bakalao o Ruta Destroy, el nombre con el que algunos de sus promotores m¨¢s ilustrados quisieron darle un ba?o de modernidad y vanguardia al fen¨®meno, convirti¨® un ¨¢rea de apenas 30 kil¨®metros en el mayor territorio de la m¨²sica de baile, el epicentro de la fiesta interminable.
Empez¨® como una prolongaci¨®n de los ¨²ltimos fuegos de la fiebre del s¨¢bado noche y acab¨® convirti¨¦ndose en el nuevo para¨ªso para viajeros insomnes de toda Espa?a. En el kit de fin de semana, unas imprescindibles gafas de sol y toda clase de provisiones para mantener el cuerpo en alerta en las siguientes 24 o 48 horas. En el horizonte, un parque de atracciones se?alado por inmersos aparcamientos a las afueras de las discotecas como prolongaci¨®n de la fiesta nocturna, donde noche y d¨ªa se encadenan viajando en una monta?a rusa, de una pista de baile a otra. De un tam-tam a otro.
El triunfo de una especie de Porompopero del dance, Exta s¨ª, exta no, marca el Everest del fen¨®meno
Entre los a?os ochenta y los noventa la Ruta de Bakalao, que arranca como fen¨®meno local para convertirse luego en una referencia medi¨¢tica y social, se?ala un tiempo de celebraci¨®n hedonista, m¨²sica, baile, sexo, drogas, que parece haber sellado definitivamente los a?os de penitencia del franquismo. El viejo lema de los a?os sesenta, todo est¨¢ permitido menos aburrirse, vuelve a ser de obligado cumplimiento. Espa?a acaba de entrar en la Uni¨®n Europea y los DJ se encargan de introducirla en la modernidad musical. De los himnos de los Nuevos Rom¨¢nticos y los sonidos inmortales del rock a las primeras pulsaciones de la m¨²sica electr¨®nica. El triunfo de una pegadiza canci¨®n (una especie de Porompopero del dance) promovida por Chimo Bayo, Exta s¨ª, exta no, marca el Everest del fen¨®meno y al mismo tiempo el inicio de su decadencia.
Discotecas protagonistas de la ruta del ¡®bakalao¡¯en Valencia
Elaborado por: David Alameda
Lo que se presum¨ªa como vanguardia musical ha dado paso a la m¨²sica m¨¢kina, machacona y acelerada. A falta de ser declarada fiesta de inter¨¦s nacional, la trilog¨ªa, fiesta, baile y drogas, es el nuevo reclamo tur¨ªstico. La masificaci¨®n del fen¨®meno dise?a los primeros signos de la crisis. Los empresarios despu¨¦s de los a?os de bonanza deciden echar el cierre. Ni ilustrados ni visionarios. Ni la promoci¨®n de un sonido Valencia y otras etiquetas consiguen reanimar el fermentado bakalao. En el futuro solo queda el Remember y la nostalgia como maquillaje. Y el mito de un tiempo y una ¨¦poca en el que los j¨®venes, como sus predecesores, creyeron que se pod¨ªan cambiar las reglas del juego y del tiempo. Hacer del d¨ªa la noche m¨¢s larga y deseada de sus vidas.
Nueve pistas para la Ruta
1. La discoteca pionera
2. Los reyes del ritmo
3. Moda valenciana
4. La iconograf¨ªa
5. Se extiende la leyenda
6. Los protagonistas
7. Convivencia de generaciones
8. Las 'drags'
9. Literatura, incluso
Ca?as y Barro fue la primera discoteca underground. Abri¨® a mediados de los a?os sesenta en un antiguo molino de arroz, en la misma carretera del Saler donde d¨¦cadas despu¨¦s aparecer¨¢n las grandes discos de la movida valenciana.
En la larga lista de DJ que dictan el ritmo de las noches y los d¨ªas de la Ruta: Juan Santamar¨ªa, Carlos Sim¨®n, Toni Vidal El Gitano, Jos¨¦ Conca, Kike Ja¨¦n, Frank Lenaers, Arturo Roger, Julio Nexus o Manolo El Pirata.
El dise?ador Francis Montesinos protagoniza muchas de las veladas y fiestas de aquellos a?os con desfiles y performances en los que fusiona moda, m¨²sica y baile. Su desfile-espect¨¢culo en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid en 1986 confirma la explosi¨®n del made in Valencia.
Los desaparecidos Paco Bascu?¨¢n y Quique Company, responsables del dise?o gr¨¢fico de salas como ACTV, marcan la iconograf¨ªa discotequera. Dibujantes como Daniel Torres o Ram¨®n Marcos colaboran dise?ando muchos de los carteles de las discotecas en plena eclosi¨®n del llamado c¨®mic de l¨ªnea clara.
La fama de la Ruta supera fronteras. Jim Kerr, el cantante del grupo Simple Minds, se declara un fan absoluto de la Ruta y se vuelve habitual de sus veladas.
Entre las figuras m¨¢s llamativas que animan el paisaje festivo de esos a?os sobresale el cantante y artista David Duplex, l¨ªder de uno de los grupos del punk valenciano, La Morgue, la core¨®grafa y bailarina Olga Poliakov o La Faraona, una drag-queen local que protagoniza algunas de las secuencias m¨¢s coloristas de las noches discotequeras.
Enfrente de la discoteca Spook, y solo separada por la carretera del Saler, la discoteca Canal re¨²ne un p¨²blico s¨¦nior: jubilados, amas de casa y solterones, que bailan al ritmo de Boney M, los pasodobles y, como homenaje aut¨®ctono, la voz de Nino Bravo.
Desde Nueva York llega una tropa de drag queens, animada por la artista Susanne Bartsch. Desembarca a principios de los a?os noventa en la noche valenciana y electrizan la pista del baile con sus performances y disfraces transgresores.
El fen¨®meno de la Ruta del Bakalao ha producido ensayos como En Extasi (Ara Llibres) del periodista y escritor valenciano Joan Oleaque; novelas, como Destroy (Llibres de la Drassana), del periodista Carlos Aimeur; blogs especializados o documentales como 72 horas: la ruta a Valencia (Juan Carlos Garc¨ªa y ?scar Mont¨®n).
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