Por Santa Cecilia, de Viena a Berl¨ªn

La Sociedad Filarm¨®nica de A Coru?a ha programado un concierto de c¨¢mara del Cuarteto Contraste para la festividad de Santa Cecilia, patrona de la m¨²sica con m¨²sica de Beethoven y Mendelssohn. Un viaje sonoro de la Viena de Beethoven al Leipzig de Felix Mendelssohn que se celebr¨® el pasado martes en el Teatro Rosal¨ªa de A Coru?a. En programa, el Cuarteto n? 8 en la menor, op 59.n? 2 del de Bonn, en la primera parte; para la segunda, el Cuarteto n? 8 en mi menor, op. 13 del hamburgu¨¦s. Este cuarteto est¨¢ escrito en la ¨¦poca berlinesa del redescubridor de La pasi¨®n seg¨²n San Mateo de J.S. Bach, cuando este perseveraba en el empe?o de representar en p¨²blico este gran oratorio.

En el concierto se volvi¨® a mostrar la calidad de los m¨²sicos de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia (OSG), tambi¨¦n cuando hacen m¨²sica de c¨¢mara. El Cuarteto Contraste, est¨¢ formado por Ludwig D¨¹richen y Daniel Chirilov, violines; Eugenia Petrova, viola, y Russlana Prokopenko, violonchelo. Las dos ¨²ltimas son solistas de sus respectivas secciones en la OSG; D¨¹richen es ayuda de concertino. Chirilov -en la actualidad m¨²sico de la Sinf¨®nica de Madrid, orquesta titular del Teatro Real- form¨® tambi¨¦n parte de la OSG.

El Beethoven de Contraste comenz¨® con una fuerza exenta de ese excceso de dureza, con el que tantos atacan la obra de Beethoven, y un canto de gran vuelo expresivo en el primer viol¨ªn de D¨¹richen. El canto de este, secundado por el chelo de Prokopenko, alcanz¨® una buena dosis de esa cierta dulzura que, a veces escondida, se gasta Beethoven y que en el Molto adagio alcanz¨® una emotividad de esas que por momentos hacen suspender la respiraci¨®n.

Las caracter¨ªsticas oleadas beethovenianas de fuerza aparecieron en la secci¨®n de ritmo punteado de este movimiento y alcanzaron la gracia en el Allegretto, cuyo precioso contrapunto hicieron brillar en toda su extensi¨®n. Las adecuadas proporciones de fuerza, precisi¨®n y expresividad llenaron su interpretaci¨®n del Presto final.

La introducci¨®n en Adagio de la op. 13 de Mendelssohn marc¨® el empaste y el hermoso timbre del que los componentes del Cuarteto Contraste impregnaron toda la obra mientras que la fuerza con la que empieza el Allegro vivace marc¨® su continuaci¨®n. El Adagio non lento estuvo lleno de una preciosa densidad t¨ªmbrica y arm¨®nica; la frase inicial de la viola de Petrova estuvo llena de una ternura que sell¨® el car¨¢cter del tema fugado para el resto de los int¨¦rpretes.

El canto del viol¨ªn de Chirilov, siempre lleno de romanticismo, caracteriz¨® el Intermezzo que en la secci¨®n Allegretto con moto tuvo una nerviosa alegr¨ªa. La vuelta al tempo inicial del movimiento resalt¨® su lirismo; m¨¢s incluso que durante su exposici¨®n inicial. Y el romanticismo en estado puro domin¨® el Presto ¨C adagio come primo final desde los tr¨¦molos que acompa?an el canto del primer viol¨ªn hasta su reposado final.

El cuarteto respondi¨® a la ovaci¨®n del p¨²blico del Rosal¨ªa con una interpretaci¨®n de Oblivion, de Astor Piazzolla, tambi¨¦n llena de romanticismo. Su versi¨®n impresion¨® fuertemente a los filarm¨®nicos coru?eses, que respondieron al regalo con un aplauso de calidez aumentada.