Ante el cierre de la Gran V¨ªa

El anuncio de la alcaldesa de que en Navidad va a cerrar al tr¨¢fico de coches la Gran V¨ªa nos lleva a un asunto de capital importancia: el derecho de los ciudadanos a usar sus coches. Un asunto que los fundamentalistas del ecologismo y algunos pol¨ªticos recelosos de la libertad de los individuos plantean como un enfrentamiento entre las personas y los coches. Un planteamiento falaz porque nadie podr¨¢ decir, como es l¨®gico, que prefiere los coches a las personas.

Pero es que los coches no tienen derechos, los que s¨ª tienen derechos son los ciudadanos. Y muchos tienen coche y cuentan con ¨¦l para desarrollar su vida en Madrid.

Sabemos que los derechos de unos ciudadanos terminan cuando lesionan los derechos de otros. As¨ª, el derecho a utilizar el coche tiene que limitarse si hay unos niveles de contaminaci¨®n que perjudican la salud de los dem¨¢s. La Gran V¨ªa, aunque Carmena no lo sepa, fue una soluci¨®n urban¨ªstica muy pensada para mejorar la circulaci¨®n en Madrid. Se pens¨® en el siglo XIX cuando no exist¨ªa el motor de explosi¨®n, y se pens¨® porque ya aquel Madrid de coches de caballos ten¨ªa enormes problemas de tr¨¢fico.

Lo diagnostic¨® Sabatini cuando, en el siglo XVIII, lleg¨® a Madrid en el s¨¦quito de Carlos III, que ven¨ªa de N¨¢poles, modelo de ciudades neocl¨¢sicas, con ejes norte-sur y este-oeste definidos. Madrid, Sabatini lo vio claro, ten¨ªa un eje natural norte-sur, que era el Prado, Recoletos y la Castellana. Pero no ten¨ªa un eje este-oeste. Lo intent¨® con la calle de Alcal¨¢, que pretendi¨® que fuera una ancha avenida desde el palacio de Oriente hasta esa maravillosa Puerta de Alcal¨¢ que erigi¨®, pero el d¨¦dalo de casas que rodeaban el palacio hizo imposible su proyecto.

Pero los urbanistas siguieron dando vueltas a ese eje para mejorar la circulaci¨®n este-oeste, y no pararon hasta dise?ar la Gran V¨ªa, cuya realizaci¨®n fue una obra de titanes, sobre todo de titanes jur¨ªdicos por la cantidad de pleitos con los propietarios e inquilinos de las infinitas casas que tuvieron que derribar para lograr ese eje que agilizara la circulaci¨®n.

Si se cierra la Gran V¨ªa por razones de tipo ideol¨®gico, fundamentalismo medioambiental o de odio a los coches como s¨ªmbolos de riqueza, hay que saber que todo Madrid ser¨¢ un caos circulatorio. Esto quiere decir que Madrid quedar¨¢ imposible para los ciudadanos que quieran usar sus coches. Y el que usa el coche, aparte de tener derecho a hacerlo sin explicar por qu¨¦, lo usa muchas veces porque no tiene m¨¢s remedio para llevar a sus hijos al colegio, para visitar a familiares enfermos, para ir a trabajar o para transportar enseres.

Esperanza Aguirre es portavoz del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid