La (re)municipalizaci¨®n como oportunidad
Desde el Chile de Pinochet hasta el Reino Unido de Thatcher, las privatizaciones se presentaron como la ¨²nica alternativa posible a una gesti¨®n p¨²blica burocr¨¢tica e ineficiente
La llegada de nuevos gobiernos a diversos ayuntamientos de Catalu?a y del Estado est¨¢ generando un interesante debate sobre la remunicipalizaci¨®n de servicios hasta ahora externalizados. En realidad, hace tiempo que esta propuesta est¨¢ cogiendo fuerza en diferentes ciudades europeas y del mundo. Y lo est¨¢ haciendo por una raz¨®n sencilla: el descr¨¦dito de muchas experiencias privatizadoras llevadas a cabo en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Durante los a?os 80 del siglo pasado, la defensa de las privatizaciones de servicios se convirti¨® en una suerte de dogma indiscutible en diferentes rincones del planeta. Desde el Chile de Pinochet hasta el Reino Unido de Thatcher, las privatizaciones se presentaron como la ¨²nica alternativa posible a una gesti¨®n p¨²blica burocr¨¢tica e ineficiente. Tambi¨¦n la Uni¨®n Europea las promocion¨® con determinaci¨®n, como garant¨ªa de mayor competencia y de otros beneficios como el abaratamiento de las tarifas.
Cuatro d¨¦cadas m¨¢s tarde, no hay evidencia emp¨ªrica que permita hacer un balance positivo. Por el contrario: lejos de asegurar un mercado m¨¢s plural, muchas privatizaciones dieron pie a f¨¦rreos monopolios u oligopolios que han cerrado el paso a peque?as y medianas empresas. A pesar de los cuantiosos gastos invertidos en publicidad, la desinversi¨®n privada fue frecuente, al tiempo que los beneficios y salarios de los miembros de los nuevos consejos de administraci¨®n crecieron de manera significativa.
En el plano discursivo, las privatizaciones deb¨ªan llevar una gesti¨®n m¨¢s transparente. En la pr¨¢ctica, muchos de los partenariados p¨²blico-privados establecidos para gestionar servicios b¨¢sicos, acabaron en sonados casos de corrupci¨®n. En Espa?a, la Comisi¨®n de los Mercados y la Competencia fij¨® en 48.000 millones de euros el coste de la corrupci¨®n en procesos de externalizaci¨®n de servicios durante 2015. Muy a menudo, esta situaci¨®n contrasta con el deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores de los servicios contratados o subcontratados, as¨ª como con el aumento desorbitado de sus tarifas.
Las ciudades tampoco han permanecido ajenas al fracaso de muchos procesos de externalizaciones. En Barcelona, con la gesti¨®n de los servicios en manos de grandes operadores privados, las tarifas de la energ¨ªa han pasado a ser las segundas m¨¢s caras de Europa. Las del agua o de los servicios funerarios, por su parte, se han convertido en las m¨¢s altas de Espa?a.
En este marco, no sorprende que la recuperaci¨®n de la gesti¨®n p¨²blica haya pasado a ser, en muchas ciudades de todo el mundo, una estrategia clave para mejorar y para abaratar algunos servicios. En Paris, la remunicipalizaci¨®n del agua ha supuesto una disminuci¨®n de un 8% en el precio de las tarifas. Y lo mismo ha ocurrido en el Reino Unido, Alemania o Canad¨¢, en ¨¢mbitos como los servicios sanitarios, la electricidad o la recogida de basura. Esto explica tambi¨¦n que una ciudad como M¨²nich se haya planteado como objetivo la creaci¨®n de un servicio p¨²blico de energ¨ªas 100% renovables para 2025.
Evidentemente, no se trata de demonizar el sector privado. Tampoco de volver al pasado o de cambiar un dogmatismo por otro. Cada sector es diferente. Y las formas de gesti¨®n capaces de garantizar servicios m¨¢s accesibles, transparentes y participativos, son diversas. La gesti¨®n p¨²blica directa, por ejemplo, puede desempe?ar un papel decisivo en ¨¢mbitos como el agua, la energ¨ªa, los servicios funerarios o el control de datos estrat¨¦gicas. En otros campos, en cambio, tiene sentido explorar nuevas formas de colaboraci¨®n p¨²blico-privadas o p¨²blico-comunitarias, con mejores mecanismos de control democr¨¢tico y seguimiento. O simplemente se deber¨ªan aprovechar experiencias exitosas de gesti¨®n compartida entre la administraci¨®n y el tercer sector, como ya ocurre en Barcelona con algunos servicios sociales.
Nada de esto es sencillo. Muchas privatizaciones se blindaron jur¨ªdicamente de manera deliberada, por lo que su reversi¨®n es un camino sinuoso, lleno de baches. Asimismo, cuestiones centrales como la tutela de los trabajadores implicados se enfrentan a dificultades legales no siempre f¨¢ciles de superar.
Pero la dificultad no puede implicar resignaci¨®n. Como muestran las tendencias internacionales m¨¢s recientes, la defensa de lo com¨²n, de aquello que es todos, exige ser rebeldes. Pero rebeldes competentes. Esto significa batallar por conquistar marcos normativos m¨¢s garantistas. Y significa, tambi¨¦n, aprovechar los resquicios que ofrece la legislaci¨®n vigente para mostrar que, a pesar de los obst¨¢culos, siempre hay alternativas.
Gerardo Pisarello es primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.
Eloi Badia es concejal de Presidencia, Agua y Energ¨ªa.
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