Carlos Zan¨®n: ¡°Mi Carvalho sonar¨¢ m¨¢s roquero que bolero¡±
El escritor barcelon¨¦s retomar¨¢ al m¨ªtico detective creado por V¨¢zquez Montalb¨¢n
Pepe Carvalho, quiz¨¢ el detective m¨¢s paradigm¨¢tico e internacional de las letras espa?olas, nacido de la culta melancol¨ªa y la inteligente causticidad de?Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n (1939-2003), regresar¨¢ a las librer¨ªas. Se fue en 2004 (Milenio), huyendo de una acusaci¨®n de asesinato, dando una vuelta al mundo con su inseparable Biscuter, periplo que aprovech¨®, claro, para criticar la globalizaci¨®n. Pero 14 a?os despu¨¦s, a principios de 2018, regresar¨¢ de la mano de uno de los grandes nombres actuales del noire estatal, Carlos Zan¨®n (Yo fui Johnny Thunders, premio internacional Dashiell Hammett 2015), tras un acuerdo entre los herederos de V¨¢zquez Montalb¨¢n y Editorial Planeta.
¡°Si te dejan las llaves de un Ferrari, aunque quiz¨¢ lo devuelvas abollado, tienes que cogerlas: equivocarte es mejor que no intentarlo¡±, asegura a este diario el tambi¨¦n barcelon¨¦s Zan¨®n (1966), con la filosof¨ªa que destilan siempre sus personajes. Y tambi¨¦n con su determinaci¨®n ¨²ltima: ¡°Intentar¨¦ mantener el alma de Carvalho que le impregn¨® su autor, pero el libro quiero que sea m¨ªo¡±. Y para todo ello se apoya en los conocimientos que tiene del g¨¦nero y, claro, del instruido y gourmet personaje, del que ahora se est¨¢ releyendo la casi treintena de t¨ªtulos que conforman la biblioteca carvalhiana, que convirtieron a V¨¢zquez Montalb¨¢n entre los 10 autores espa?oles m¨¢s traducidos del mundo. ¡°En muchos rincones de la serie hay fragmentos que no tienen demasiado sentido para la trama policiaca que investiga Carvalho; recuerdo ahora uno en que est¨¢ enfermo y rememora c¨®mo, de chico, se recuperaba en cama escuchando un serial de radio; eso no nos dice nada del detective, pero s¨ª del escritor: todo personaje es un instrumento del autor para explicarse y para contar un mundo¡±.
Connotado como pocos detectives (es gourmet, quema libros que no le gustan sin contemplaciones, hipercr¨ªtico con la evoluci¨®n sociopol¨ªtica de la ciudad¡), Carvalho envejec¨ªa con su autor. ?La resurrecci¨®n de Zan¨®n, que ayer avanz¨® La Vanguardia, se har¨¢ a partir de flashbacks o lo retomar¨¢ all¨ª donde lo dej¨® V¨¢zquez Montalb¨¢n? ¡°No voy a atarme demasiado si eso ha de dificultar mi narrativa¡±, dice esquivo Zan¨®n, con esa reserva introspectiva que rezuman los protagonistas de su ¨²ltimo libro, Marley estaba muerto. Pero s¨ª desvela que la novela, que ya ha empezado a escribir, ¡°no enlazar¨¢ con Milenio¡± y que ¡°transcurrir¨¢ en Barcelona¡±, ciudad que conoce tan bien como V¨¢zquez Montalb¨¢n. Sobre los tics de Carvalho, ¡°coger¨¦ algunos y me deshar¨¦ de otros¡±. Pero los seguidores del detective no parece que deban sufrir demasiado. ¡°Creo que me han elegido porque yo tambi¨¦n ambiento mi obra en Barcelona, con una mirada determinada sobre la ciudad que no es incondicional, que tiene un punto sentimental porque ve perder escenarios y que est¨¢ plagada de fantasmas¡ pero V¨¢zquez Montalb¨¢n y yo somos de generaciones diferentes¡±, sostiene quien rezuma en sus textos mucho del padre de Carvalho en su atenci¨®n por las clases m¨¢s desfavorecidas y los desajustes del sistema, pero a¨²n m¨¢s, el rigor estil¨ªstico y el aroma de aventis de escritores como Juan Mars¨¦.
En esa l¨ªnea, opina Zan¨®n que en la saga Carvalho ¡°hay cosas de la ciudad y de la novela negra de los a?os 70 y 80 que hoy no tienen sentido: Carvalho ha de resolver cr¨ªmenes en el siglo XXI; ¨¦l no conoc¨ªa internet y su red de confidentes es, hoy, muy incre¨ªble¡±, fija recordando al limpiabotas Bromuro. Tambi¨¦n cree que la relaci¨®n con Charo es dif¨ªcil de sostener: ¡°En los a?os 70, que Carvalho tuviera como pareja sentimental a una prostituta ten¨ªa una carga y un sentido; hoy se ve m¨¢s raro¡±. Por ello, descarta que aparezca una hija de Charo, cuya existencia ¨¦sta le habr¨ªa ocultado, tal y como escribi¨® Zan¨®n sobre c¨®mo ve¨ªa hoy el personaje de V¨¢zquez Montalb¨¢n en un art¨ªculo el pasado julio; en ¨¦l, significativamente, defend¨ªa que Carvalho tirar¨ªa a su chimenea la trilog¨ªa Millenium de Stieg Larsson, pero no as¨ª su continuaci¨®n, realizada por David Lagercrantz.
En la propuesta de Zan¨®n, Carvalho estar¨¢ m¨¢s o menos decepcionado con el rumbo de la Barcelona y la Espa?a actual, ¡°pero seguramente ver¨ªa con buenos ojos la llegada de la pol¨ªtica a la calle y algunos de los presupuestos de la alcaldesa Ada Colau¡±, lanza quien ley¨® su primer libro de la serie en el instituto, prestado por un amigo de Secundaria: Los mares del Sur, t¨ªtulo que hoy sigue recomendando junto a Los p¨¢jaros de Bangkok. Con los a?os conocer¨ªa a V¨¢zquez Montalb¨¢n en persona, con el que contact¨® en 1989 para que le presentara, sin ¨¦xito, El sabor de tu boca borracha, su primer libro de poes¨ªa, g¨¦nero que Zan¨®n a¨²n practica, como demostrar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 24 la aparici¨®n de su poemario Banco de sangre (Espasa). Zan¨®n, adem¨¢s, tiene lista ya nueva novela, Taxi, ¡°la historia de un taxista que sigue una particular ruta, como Ulises, pero que se va deteniendo en mujeres en vez de en islas; no es negra, pero dir¨¢n que lo es¡±. La intenci¨®n de Zan¨®n es que la salida de esta obra, que a¨²n no tiene editor, no se pegue demasiado con su novela carvalhiana, que podr¨ªa presentarse en el marco del festival literario BCNegra de Barcelona del a?o pr¨®ximo, donde se concede precisamente el premio Carvalho.
Ese evento, pero el de este a?o, es el que aprovechar¨¢ Planeta dentro de dos semanas para el relanzamiento que el sello quiere hacer de todas las novelas de Carvalho, en formato bolsillo. Y que arranca ya con Tatuaje, La soledad del m¨¢nager, Los Mares del Sur y Asesinato en el comit¨¦ central. S¨®lo citarlos, impresiona. Gran responsabilidad para Zan¨®n incrustarse ah¨ª: ¡°Una novela es una ¨®pera, has de sentir c¨®mo suena y el conjunto ha de tener mensaje, misi¨®n, no un simple hacer por hacer¡±. ?Y c¨®mo suena el Carvalho que ya tiene arrancado? ¡°Ser¨¢ un Carvalho m¨¢s roquero que bolero¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.