Cautivo y desarmado
Quiz¨¢ la esperanza del PSC est¨¦ en que Patxi L¨®pez sea un candidato temporal, su gran atractivo ante la involuci¨®n de una Susana D¨ªaz camino de una Eva Per¨®n andaluza
Igual que el ¡°ej¨¦rcito rojo¡± seg¨²n los famosos adjetivos del ¨²ltimo parte de guerra franquista: as¨ª se halla el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) ante el proceso congresual que el PSOE dio por abierto el pasado fin de semana. Reh¨¦n de la amenaza que la gestora de Javier Fern¨¢ndez mantiene sobre ¨¦l ¡ªla de excluir a los 17.000 militantes socialistas catalanes de las primarias a la secretar¨ªa general del PSOE¡ª, el partido que encabeza Miquel Iceta se encuentra en la imposibilidad de jugar cualquier papel activo, de tomar cualquier iniciativa, de explicitar cualquier posici¨®n propia en el seno del socialismo espa?ol durante los pr¨®ximos y cruciales meses. M¨¢s que un compromiso de neutralidad o de imparcialidad, el acuerdo que los dirigentes del PSC adoptaron el pasado d¨ªa 10 es una consigna de ¡°?Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!¡±, con la esperanza de que el fuego amigo les cause los m¨ªnimos da?os posibles.
No esperemos pues que, de aqu¨ª a mayo-junio, ning¨²n miembro de la c¨²pula del PSC apele a la condici¨®n soberana de ¨¦ste, o recuerde que PSC y PSOE son dos partidos jur¨ªdicamente distintos, o exprese la menor veleidad de autonom¨ªa pol¨ªtica. La mayor parte de quienes sol¨ªan decir esas cosas ya no cotizan en la calle de Nicaragua, y aquellos que todav¨ªa lo hacen tienen bien claro que no est¨¢ el horno para bollos, ni hay que dar argumentos a los compa?eros que ven al PSC como una quinta columna del secesionismo. Ni siquiera se hablar¨¢ de la Declaraci¨®n de Granada, porque ¡ªseg¨²n advirti¨® el l¨ªder interino¡ª resulta demasiado polis¨¦mica y apostillable.
Lo que mejor ilustra la actitud actual del socialismo catal¨¢n ante Ferraz es la designaci¨®n, para representarlo al fin en el seno de la gestora del PSOE, de Teresa Cunillera i Mestres. Por edad (a punto de cumplir los 66 a?os), por curr¨ªculo (diputada en Madrid o alto cargo del Ejecutivo central sin interrupci¨®n desde 1982 hasta 2015), por perfil (persona de la m¨¢xima confianza pol¨ªtica de Jos¨¦ Borrell en la demarcaci¨®n de Lleida), por talante (encantada de rechazar en el Congreso aquello que sus correligionarios hab¨ªan votado en el Parlament), la se?ora Cunillera ser¨¢, dentro del equipo de Javier Fern¨¢ndez, la expresi¨®n m¨¢s perfecta de un PSC sumiso y domesticado, tan nacional-espa?ol como el Partido Socialista de la Regi¨®n de Murcia, pongo por caso.
Y todo esto, ?para qu¨¦? Es decir, ?en qu¨¦ activo pol¨ªtico piensan invertir Miquel Iceta y su equipo los frutos de este esfuerzo de autocensura, las rentas de haber dejado caer al anteayer idolatrado Pedro S¨¢nchez, el perd¨®n tras la penitencia por haber roto la disciplina parlamentaria y haber dicho no a la investidura de Rajoy? ?Lo invertir¨¢n en Patxi L¨®pez?
Es pronto para decirlo. Pero, puesto que ha sido el primer candidato en saltar a la arena de las primarias, y que la reacci¨®n inicial en las filas del PSC ¡ªreacci¨®n t¨¢cita, se entiende¡ª apunta a una expectaci¨®n positiva, no estar¨¢ de m¨¢s recordar algunas cosas. Patxi L¨®pez es vasco, s¨ª, pero no se ha adscrito nunca a la tradici¨®n vasquista del Partido Socialista de Euskadi (la de los guipuzcoanos Od¨®n Elorza, Gemma Zabaleta, Jes¨²s Eguiguren¡), sino m¨¢s bien a la contraria, la del socialismo espa?olista vizca¨ªno que representa entre otros su fidel¨ªsimo Rodolfo Ares. L¨®pez fue lehendakari entre 2009 y 2012 con los votos del PP y de UPyD, porque los tres partidos compart¨ªan una misma concepci¨®n del Estado, no es preciso aclarar cu¨¢l. Por ¨²ltimo, y en el ejercicio de sus responsabilidades como miembro de la ejecutiva del PSOE desde 2012, L¨®pez ha mostrado un rechazo sin resquicios no ya de la independencia, sino del refer¨¦ndum o de cualquier otra respuesta pol¨ªtica singular al pleito catal¨¢n.
?Significa esto que el exlehendakari es, desde la perspectiva del PSC, un mal candidato? Significa que, en materia territorial, representa el inmovilismo y la continuidad m¨¢s estrictas; que, a sus 57 a?os, tiene m¨¢s pasado que futuro; que resulta dif¨ªcil imaginarlo como el atlante capaz de elevar el PSOE nuevamente al poder dentro de tres a?os. ?Un l¨ªder de transici¨®n? Tal vez. Y puede que este sea, visto desde Nicaragua, su principal atractivo frente a la involuci¨®n meridionalista representada por una Susana D¨ªaz f¨¢cilmente transmutable en Eva Per¨®n andaluza y que, si alcanzase el poder org¨¢nico, no iba a soltarlo en una generaci¨®n.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador
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