Macarrones, amor y ¡
'L'hostalera', en versi¨®n de Pau Carri¨®, estimula los sentidos en la puesta en escena
La banda se ha retirado. La sala se apaga, excepto por un foco sobre Laura Aubert y la guitarra que la acompa?a. Los tenedores que maneja el p¨²blico dejan de rastrear el fondo de los platos en busca de macarrones. Aubert canta una melanc¨®lica canci¨®n de (des)amor griega, reclinada sobre la pared, vestida de negro. ¡°Agapi¡± susurra mientras el encanto de Melina Mercouri se apropia del lugar. Se acaricia el silencio y la intimidad de una atm¨®sfera que minutos antes era el de una relajada locanda del Trastevere. Mirandolina se baja de los tacones de manipuladora y descansa de ella misma, del personaje creado por Carlo Goldoni. Un par¨¦ntesis musical y la mejor l¨ªnea que aporta Pau Carri¨® a su versi¨®n de L'hostalera. Un momento teatral preciso, que explica c¨®mo podr¨ªa respirar el personaje sin los hilos de la comedia goldoniana.
Termina la m¨²sica y regresa la dispersi¨®n que caracteriza a este montaje. Algo no funciona cuando la comuni¨®n m¨¢s estrecha se alcanza en el intermedio, con m¨²sica, vino y un plato de pasta. El espect¨¢culo parte de una excelente idea (puesta en escena inmersiva para estimular todos los sentidos, homenajes est¨¦ticos al cine italiano de los a?os sesenta, aunque su desenfadado esp¨ªritu popular sea m¨¢s propio de las pel¨ªculas de Dino Rissi y su trilog¨ªa de Pan, amor y¡); pero falla en la direcci¨®n de actores, en aquello que sustenta una buena comedia: la afinaci¨®n arm¨®nica de las interpretaciones para volar alto.
Goldoni no ofrece ni trama ni subtexto. Propone un juego de poder y enga?os, de ganadores y perdedores, servido por tipos en v¨ªas de ser personajes, sometidos a la premisa superior de bailar al son que toca y contagiar el ritmo. En esta versi¨®n cada actor, cada actriz parecen aislados en su disfraz. Javier Beltr¨¢n est¨¢ magn¨ªfico en su caricatura del marqu¨¦s venido a menos (entre Jim Carrey y Julio Iglesias), pero no tiene a nadie que le siga en la farsa. David Verdaguer¡ªla v¨ªctima propicia¡ª se muestra c¨®modo en su comedia de bulevar, aprovechando adem¨¢s que Rippafratta es primo hermano del Benedick de Much Ado About Nothing que tan bien conoce. Hay un arranque a lo Marcello Mastroianni, pero se cansa pronto de inventar un nuevo retrato. Marc Rodr¨ªguez aporta con gracia a Albafiorita lo aprendido en Crac¨°via. Laura Aubert se ajusta al tono de la comedia costumbrista italiana ¡ªacompa?ada por J¨²lia Barcel¨® y Alba Pujol¡ª sin explotar todos los recursos de seducci¨®n que posee y que rebajan la efectividad del personaje. Y Jordi Oriol se conforma con asumir el rol de comprimario, desdibuj¨¢ndose de una manera que hace a¨²n m¨¢s confusa la resoluci¨®n de la comedia, fiel a los usos del siglo XVIII pero extra?a a la infiltraci¨®n del mal de amor rom¨¢ntico con la que matiza Carri¨® su propuesta dramat¨²rgica.
L'hostalera
De Carlo Goldoni. Direcci¨®n: Pau Carri¨®. Int¨¦rpretes: Laura Aubert, David Verdaguer, J¨´lia Barcel¨®, Javier Beltr¨¢n, Jordi Oriol, Alba Pujol, Marc Rodr¨ªguez.
Biblioteca de Catalunya, 18 de enero.
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