El Supremo avala una moci¨®n de censura frustrada en Hoyo de Manzanares por los titubeos de una concejal
La edil vot¨® en 2008 en contra de echar al alcalde, de un partido rival, aunque rectific¨® inmediatamente
Cuando, en 2008, a la concejal de Hoyo de Manzanares Mar¨ªa del Carmen Mart¨ªnez le preguntaron en el Pleno si estaba a favor de echar al alcalde, de un partido rival, ella dijo que no. Rectific¨® de inmediato y pidi¨® perd¨®n, pero el secretario no lo tuvo en cuenta y la moci¨®n fracas¨®. Ahora, el Tribunal Supremo acaba de zanjar el asunto: el secretario hizo lo correcto al que quedarse con el ¡°no¡± porque entre este y la rectificaci¨®n pudo haber presiones de su jefe de filas.
El Partido Independiente Popular de Hoyo de Manzanares (PIPH), el PSOE e IU se pusieron de acuerdo en enero de 2008 para unir sus votos y sacar del puesto al entonces alcalde de este municipio de 8.000 habitantes en la sierra noroeste de Madrid: Jos¨¦ Antonio Antol¨ªnez, del PP. Pero la moci¨®n de censura fracas¨®, porque a pesar de los intentos de Mar¨ªa del Carmen Mart¨ªnez, del PIPH, de corregir su primera respuesta (tambi¨¦n lo hizo despu¨¦s del Pleno), el secretario de Ayuntamiento no lo tom¨® en cuenta y la oposici¨®n se qued¨® a un voto de echar a Antol¨ªnez.
El PSOE denunci¨® esta decisi¨®n y un juzgado de lo contencioso administrativo de Madrid les dio un a?o despu¨¦s la raz¨®n: se hab¨ªan ¡°vulnerado los derechos fundamentales de la concejal al contar su voto como negativo¡±, dijo aquella sentencia. La rectificaci¨®n de Mart¨ªnez fue inmediata, incluso antes de la votaci¨®n del siguiente edil, por lo que ¡°la l¨®gica hace pensar que el voto de la concejal ser¨ªa favorable a la moci¨®n de censura¡±, a?ad¨ªa el fallo.
M¨¢s tarde, sin embargo, a finales de 2009, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dijo lo contrario, es decir, que la respuesta buena era la primera, el rechazo de la moci¨®n. ?Por qu¨¦? Porque la rectificaci¨®n se produjo despu¨¦s de una intromisi¨®n. En la grabaci¨®n de aquel Pleno, que escuch¨® el tribunal, se oye a la concejala decir ¡°no¡± y, a continuaci¨®n, la voz de otra persona, al parecer la del presidente y portavoz de su partido, Jos¨¦ Ram¨®n Regueras, saliendo al paso: ¡°Ha dicho s¨ª¡±. Y es entonces cuando, claramente nerviosa, Mart¨ªnez cambia su contestaci¨®n: ¡°Uy, perd¨®n s¨ª, s¨ª, s¨ª, s¨ª, perd¨®n¡±.
Irrupci¨®n indebida
¡°Esa irrupci¨®n, indebida, es la que, a juicio de esta sala y secci¨®n, invalida la rectificaci¨®n¡±, dice la sentencia que ahora respalda el Tribunal Supremo. Y a?ade: ¡°Errores ¡ªo no¡ª como el de autos, no es el primero, ni ser¨¢ el ¨²ltimo, que en las votaciones se producen y que han de ser asumidos en aras, precisamente, de la seguridad jur¨ªdica en las votaciones¡±.
En todo caso, el Alto Tribunal desestima el recurso contra aquella sentencia, principalmente, porque ¡°el procedimiento de revisi¨®n¡± ¡ªel que han utilizado los recurrentes para intentar rectificar la sentencia del Superior de Justicia¡ª ¡°no permite su transformaci¨®n en una nueva instancia, ni ser utilizado para corregir los defectos formales o de fondo que puedan alegarse¡±, dice el fallo del Supremo, fechado el pasado 17 de enero. Por eso, invalida los intentos de presentar nuevas grabaciones de aquel Pleno ¡ªque tratan de demostrar que la concejala no pudo o¨ªr la correcci¨®n de su jefe de filas¡ª o documentos que muestran diferencias de transcripci¨®n entre un acta oficial y otra oficiosa.
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