El comisario Camarasa se jubila
El director de BCNegra y exlibrero anuncia su retirada y el Consistorio le propone para la Medalla al M¨¦rito Cultural de la ciudad
Pues no, Cosecha roja no iba de colectivizaciones ni de la batalla de los braceros andaluces, por m¨¢s que la edici¨®n de Alianza llevara pr¨®logo del exiliado poeta Luis Cernuda. En cualquier caso, con la novela de Dashiell Hammett, en esa Barcelona de 1969, Paco Camarasa (Valencia, 1950) entr¨® por azar en un g¨¦nero del que hoy es de los que m¨¢s sabe en Espa?a, para el que acu?¨® (o, al menos, fue quien m¨¢s lo difundi¨®) el concepto de ¡°negrocriminal¡± para englobar todas las tendencias, el que cre¨® la primera librer¨ªa especializada de Barcelona en ello (Negra y Criminal, en la Barceloneta, en 2002, con su compa?era Montse Clav¨¦), el que dinamiza ocho clubs de lectura sobre el tema y el que desde hace 12 a?os ha dirigido, como comisario, el festival de novela policiaca BCNegra que promueve el Ayuntamiento, que ha puesto a la capital catalana en el mapa del g¨¦nero en Europa. Eso ¨²ltimo ser¨¢ hasta la edici¨®n que termina esta semana, puesto que ha anunciado que abandona el cargo.
¡°Ha coincidido que he cerrado la librer¨ªa [en octubre de 2015], que he escrito un libro [Sangre en las estanter¨ªas, rigurosa gu¨ªa reci¨¦n publicada por Destino] y que estaba un poco cansado, a lo que se ha a?adido los problemas de salud¡±, dice Camarasa, que lucha contra una enfermedad que le est¨¢ dejando como aquel estudiante de Econ¨®micas que fue en la Valencia de 1971, tras ser torturado 19 d¨ªas en la Jefatura de Polic¨ªa por militancia comunista. O sea, que sabe lo que es resistir. El todav¨ªa comisario de la BCNegra ha anunciado su jubilaci¨®n acompa?ado de los seis concejales de Cultura que han desfilado en este periodo y en el mismo Espacio 4 del Palau de La Virreina, sede del Instituto de Cultura del Consistorio (ICUB) donde hace 12 a?os arranc¨® el festival con casi cuatro gatos ¨C¡°una historia de amor a lo Casablanca entre los barceloneses y la novela negra¡±, lo define siempre tan cin¨¦filo y fiel al g¨¦nero--, pero que ahora ya llena teatros y convoca a casi 10.000 personas. Hoy estaba concurrida, pero de periodistas, la plana mayor de la maquinaria administrativa del propio ICUB (que mont¨® un espacio negrocriminal con gabardina y saxo incluidos y entre los que a m¨¢s de uno se le escapaban las l¨¢grimas) y de los equipos de promoci¨®n de las principales editoriales del g¨¦nero.
Modesto y gratuitamente encogido, en la entra?able mezcla de encuentro entre amigos, homenaje y rueda de prensa, Camarasa (Valencia, 1950) ha dicho que hab¨ªa que ¡°dejar paso a gente mejor que yo porque soy un desastre organizativo y que, adem¨¢s, pueda traer nuevas ideas y a autores como Fred Vargas y Jo Nesbo, que se me han escapado estos a?os¡±, ha apuntado, sin querer recordar que ¨¦l mismo fue el art¨ªfice de visitas tan primordiales como imposibles como en su momento fueron las de Henning Mankell o Andrea Camilleri o quien consigui¨® reproducir un crimen en directo en la comisaria de la Guardia Urbana de La Rambla. Todo en un ambiente de ¡°gran libertad administrativa, absoluta¡ Bueno, s¨®lo se me ped¨ªa que no hubiera alcohol y armas en los temas promocionales y claro, un festival de novela negra sin eso¡¡±, ironiza Camarasa. S¨®lo se atribuye ¡°conocer ciertas man¨ªas de los autores¡±, que, dice, le han evitado poner en una misma mesa redonda a los italianos Giorgio Faletti y Massimo Carlotto ¡°si no quer¨ªamos salir en la p¨¢gina de sucesos¡± y que le permitir¨ªa tomar ciertas medidas preventivas si James Ellroy fuera llevado al Sal¨® de Cent de la ciudad, como se hace con todos los premiados en el festival: ¡°Digamos que es un poco imprevisible¡±, ha definido al autor de L. A. Confidential.
El librero, que de peque?o ¡°era m¨¢s de tebeos que de Sherlock Holmes¡±, recuerda los prejuicios que se encontr¨® como estudiante de Econ¨®micas en la universidad al leer novela negra, considerada, al ser puro ocio, como algo que no estaba a la altura de la intelectualidad necesariamente comprometida, obligada por ello a leer otras cosas. ¡°Era entretenimiento y por ello no era importante; eso, por suerte, lo rompi¨® Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n con su detective Pepe Carvalho¡±. Ese ¡°acortar distancias entre la alta y la baja cultura¡± es lo que, precisamente, le ha elogiado Ferran Mascarell, concejal con el que arranc¨® la primera BCNegra, en el marco del A?o del Libro y la Lectura que organiz¨® en 2005 el Consistorio, y que le design¨® como comisario ante su insistencia en que aquella iniciativa tuviera continuidad. Carles Mart¨ª, concejal que ocup¨® el puesto de Mascarell, ha subrayado la faceta del librero, mientras que Jordi Mart¨ª, tercero en la cronolog¨ªa municipal, ha elogiado que ¡°como buen personaje de serie negra, ha sido capaz de generar una atm¨®sfera que ser¨¢ dif¨ªcil de sustituir¡±.
Los exregidores Jaume Ciurana y Jaume Asens, ante un cada vez m¨¢s apabullado homenajeado, afirmaron, respectivamente, que hab¨ªa convertido Barcelona ¡°en un club de lectura gigante de novela negra¡± y que su librer¨ªa ¡°fue un centro cultural, ya patrimonio de la memoria sentimental de la ciudad¡±. A Collboni, actual responsable de la cultura de la capital catalana, le toco repartir, am¨¦n de elogios, obsequios y sorpresas: un libro salido de la imprenta municipal (Barcelona, ciudad de libros, de la historiadora Isabel Segura), una estilogr¨¢fica y el anuncio, ¡°aunque algunos grupos de la oposici¨®n no lo saben a¨²n, pero no creo que me lo tumben¡±, de la propuesta de que reciba la Medalla del M¨¦rito Cultural de la Ciudad de Barcelona.
Camarasa enarcaba una ceja y entrecerraba el otro ojo, un poco como a veces hac¨ªa el televisivo teniente Colombo, un poco esc¨¦ptico y duro, pose que le ha permitido disimular su emoci¨®n. Ha salido en su ayuda una ceremonia que ¨¦l institucionaliz¨® todos los s¨¢bados por la ma?ana en su librer¨ªa: unos mejillones con vino blanco. El comisario Camarasa ha hecho escuela.
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