El corredor mediterr¨¢neo: un proyecto europeo gestionado por Espa?a

Se suele incurrir en dos errores muy comunes cuando se habla del corredor mediterr¨¢neo. En primer lugar, circunscribirnos a la infraestructura de manera exclusiva y, en segundo lugar, referirnos al mismo como un proyecto interno espa?ol. Que el Corredor Mediterr¨¢neo tiene que ver con las v¨ªas es innegable. Sin ancho internacional no hay Corredor, pero no todo son v¨ªas. Por otra parte, creo que en el Ministerio de Fomento no se es muy consciente que este proyecto ha escapado ya del ¨¢mbito espa?ol para situarse en una escala europea, de dise?o de la red continental de comunicaciones con la que la Uni¨®n Europea ha decidido dotarse para el a?o 2030.

M¨¢s all¨¢ del debate sobre las v¨ªas y las inversiones, deber¨ªamos evaluar el Corredor Mediterr¨¢neo como un instrumento de movilidad en relaci¨®n a los servicios que ofrece. Esta es una de las claves de la operaci¨®n. La gran pregunta no es por tanto cu¨¢nto se ha invertido (que tambi¨¦n), sino c¨®mo y d¨®nde se ha invertido y si ello ha contribuido, o no, a promover una mejor movilidad de personas y mercanc¨ªas como servicio. Si la respuesta a la primera pregunta (cu¨¢nto se invierte) entra de lleno en la leg¨ªtima discusi¨®n pol¨ªtica, que no reh¨²yo, las otras dos (c¨®mo y d¨®nde) afectan a una dimensi¨®n m¨¢s t¨¦cnica. Hoy, la gran aglomeraci¨®n humana del litoral mediterr¨¢neo del Estado, ?dispone de servicios de movilidad interna y externa eficaces y a la altura de su dinamismo demogr¨¢fico y urbano? Hoy, las empresas del eje mediterr¨¢neo -espina dorsal de la recuperaci¨®n econ¨®mica espa?ola-, ?disponen de los servicios necesarios para exportar y para competir en el mercado europeo? Hoy, los puertos del Mediterr¨¢neo ¨Cque concentran buena parte de la carga export/import espa?ola-, cuentan con los servicios de conexi¨®n intermodal apropiados a su dimensi¨®n log¨ªstica? La respuesta a todas estas preguntas es no. Es preciso entender la infraestructura como asociada a la movilidad y ¨¦sta como un servicio y ello nos lleva a hacer un juicio negativo de la situaci¨®n del Corredor Mediterr¨¢neo en 2017. ?C¨®mo es posible que en esta columna vertebral de la conexi¨®n de Espa?a con el resto de Europa haya todav¨ªa un tramo de ferrocarril en v¨ªa ¨²nica en obras desde hace 17 a?os y que la segunda y tercera ciudad de Espa?a est¨¦n pagando esta consecuencia? ?C¨®mo es posible que en una de las dos entradas y salidas de Espa?a hacia el resto de Europa no haya una autov¨ªa libre de peaje como en el resto del estado? ?C¨®mo es que, en toda la orla mediterr¨¢nea, no hay una cadena enlazada de potentes n¨²cleos log¨ªsticos intermodales en ese balc¨®n hacia el mundo que es el litoral portuario mediterr¨¢neo? ?C¨®mo es que la mayor¨ªa de puertos del Mediterr¨¢neo no tienen conexi¨®n ferroviaria de ancho internacional? ?C¨®mo es que una empresa no puede montar su mercanc¨ªa en Murcia o en Alicante o en Valencia y que ese tren llegue directamente al coraz¨®n de Europa?

Y esto nos lleva a un segundo problema: la perspectiva europea. Llegar¨¢ un d¨ªa, perm¨ªtanme la profec¨ªa, en el que la Uni¨®n Europea alertar¨¢ al gobierno del Reino de Espa?a sobre la marcha del Corredor Mediterr¨¢neo, porque ¨¦ste no es ya un corredor ¡°espa?ol¡±. Es un corredor europeo ¡°gestionado¡± por el Ministerio de Fomento, lo que es muy distinto. Entender el mapa de las conexiones europeas como un agregado de proyectos nacionales es un error. Europa defini¨® en 2011 nueve grandes ¡°caminos¡± multimodales en Europa (tren, carretera, avi¨®n, barco¡­) y uno de ellos es el Corredor Mediterr¨¢neo entre Algeciras y Hungr¨ªa. Guste m¨¢s o menos al Ministerio de Fomento esta es una realidad a la que debe dar respuesta y no puede hacer de su capa un sayo. Por ello, nos parece desleal, s¨ª, desleal con las autonom¨ªas del litoral mediterr¨¢neo, que ampar¨¢ndose en el doble dise?o del Corredor Mediterr¨¢neo (un tramo interior Algeciras-Sevilla-Madrid y otro propiamente mediterr¨¢neo, litoral, entre Almer¨ªa y la frontera francesa) se destinen fondos a hacer del Gran Madrid el n¨²cleo mejor dotado de Espa?a desde el punto de vista de los servicios de movilidad de personas y mercanc¨ªas con operaciones, perm¨ªtanme la iron¨ªa, tan ¡°mediterr¨¢neas¡± como la conexi¨®n con Coslada o Torrej¨®n, el t¨²nel pasante Atocha-Chamart¨ªn o el nuevo acceso de Alta Velocidad desde esta ¨²ltima estaci¨®n al aeropuerto Adolfo Su¨¢rez-Barajas, que ya me dir¨¢ el lector cu¨¢l es su dimensi¨®n cualitativa asociada al desarrollo del Corredor Mediterr¨¢neo. Esta deslealtad es doble, porque viene adem¨¢s rubricada por el hecho de que, en su condici¨®n de eje interior tanto del Corredor Mediterr¨¢neo como del Atl¨¢ntico, el tramo Algeciras-Madrid es financiado por ambos fondos de manera indistinta, caso ¨²nico en Espa?a. Si el Ministerio de Fomento quiere desarrollar el Gran Madrid h¨¢galo, pero explique por qu¨¦ razones lo hace en detrimento de desarrollar servicios de movilidad asociada al tr¨¢fico de personas y mercanc¨ªas de una regi¨®n urbana de quince millones de habitantes (la litoral mediterr¨¢nea), que exporta quince millones al a?o de productos hortofrut¨ªcolas al a?o (exclusivamente en cami¨®n por no disponer de v¨ªas f¨¦rreas para hacerlo y, por tanto, pagando peajes) y cuyos puertos (los principales de Espa?a) todav¨ªa no tienen las conexiones multimodales necesarias. Y explique tambi¨¦n por qu¨¦ hace del Gran Madrid y de sus conexiones con Algeciras (una agenda oculta cada vez m¨¢s evidente) un gran proyecto de estado cuando Espa?a como pa¨ªs deber¨ªa abordar un nuevo modelo con perspectiva europea y no radial. Ese es el futuro: la movilidad como servicio en el mapa europeo.

Entender el Corredor Mediterr¨¢neo como una infraestructura multimodal es necesario. Hasta hoy es un agregado de proyectos desconectados cuya utilidad, justamente por esta desconexi¨®n, es reducida. A estas alturas todav¨ªa no sabemos nada oficialmente de los planes de Fomento para un tramo esencial como el Tarragona-Castell¨®n por ejemplo, sin el cual nada es posible mover con eficiencia entre Almer¨ªa, Murcia o Alicante y Girona. Pero es preciso avanzar y entender el Corredor Mediterr¨¢neo en su dimensi¨®n de movilidad como servicio. Y como servicio dentro de un esquema europeo y, por qu¨¦ no, europe¨ªsta. Abordado as¨ª, su inter¨¦s estrat¨¦gico crece, se convierte en un corredor multimodal que abre Espa?a al mundo, reafirma la vocaci¨®n europea del estado, ayuda a construir m¨¢s Europa, beneficia a la poblaci¨®n y a la actividad productiva y no va contra nadie. Y no lo hace porque ya no se trata de discutir sobre si m¨¢s o menos inversiones, sino sobre si las inversiones est¨¢n a la altura del grado de demanda y si lo ejecutado es un instrumento a disposici¨®n de la movilidad como servicio de personas y empresas.

Les aseguro que, desde esta perspectiva, el Corredor Mediterr¨¢neo ser¨ªa una realidad rentable, ¨²til y eficiente, tres adjetivos que, desgraciadamente, est¨¢n muy alejados de los juicios que se pueden realizar hoy en d¨ªa sobre el modelo de infraestructuras de Espa?a.

Secretari Auton¨°mic d¡¯Habitatge, Obres P¨²bliques i Vertebraci¨® del Territori