Quartett muestra su demoledora fuerza en el Liceo

"Violenta, sexual, blasfema y sin piedad". As¨ª define el compositor italiano Luca Francesconi su ¨®pera en un acto Quartett, y no se queda corto. Su estreno en Espa?a, el mi¨¦rcoles en el Liceu, revalid¨® el ¨¦xito internacional que esta dura y provocadora ¨®pera, basada en la adaptaci¨®n del dramaturgo Heiner M¨¹ller de Las amistades peligrosas, viene cosechando por donde pasa desde su estreno en 2011 en la Scala de Mil¨¢n. La h¨¢bil partitura, escrita para soprano, bar¨ªtono, una orquesta de c¨¢mara en el foso, una gran orquesta y coro fuera de escena, y electr¨®nica en vivo y pregrabada, sacude al espectador en un formidable montaje de La Fura dels Baus firmado por ?lex Oll¨¦.

Con m¨¢s de 45 funciones en su haber y tres producciones distintas - a partir del ¨¦xito del montaje furero en la Scala, Quartett ha mostrado su fuerza transgresora en Amsterdam, Lille, Lisboa, Londres, Buenos Aires, Malm? y, ahora, Barcelona-, la obra de Luca Francesconi (Mil¨¢n, 1956) es uno de los t¨ªtulos oper¨ªsticos estrenados en el siglo XXI m¨¢s representados en el mundo.

Hay af¨¢n provocador, convicci¨®n en el futuro multimedia de la ¨®pera y voluntad transgresora, empezando por la dureza del libreto, del propio compositor, escrito en ingl¨¦s aunque mantenga el t¨ªtulo alem¨¢n del texto de M¨¹ller, un implacable retrato de la decadencia de una sociedad burguesa que vive fuera de la realidad.

La ¨®pera, en un acto dividido en doce escenas y un ep¨ªlogo, dura poco m¨¢s de ochenta minutos, y concentra la tensi¨®n interpretativa en dos cantantes que, en un singular cambio de roles, se desdoblan para dar vida a los cuatro personajes creados por Pierre Choderlos de Lacros en Las amistades peligrosas: el vizconde de Valmont y la marquesa de Merteuil, antiguos amantes, y las v¨ªctimas de su juego perverso, Madame de Tourvel y C¨¦cile de Volanges, una joven virgen.

Como autor experimentado, con otras ocho ¨®peras en su haber, Francesconi ha perfeccionado los resortes multimedia que le permiten mostrar tres niveles de lectura sonora a los que ?lex Oll¨¦ da un tratamiento teatral admirable. Los personajes viven su descenso al infierno encerrados en una caja-bunker suspendida en medio del escenario. Un v¨ªdeo de ellos mismos observ¨¢ndose abre el espacio a lo que piensan e imaginan, mientras que un tercer nivel sit¨²a al espectador en una ciudad; de hecho, convierte en voyeur a quien los mira.

Desde su estreno, el bar¨ªtono escoc¨¦s Robin Adams y la mezzosoprano tambi¨¦n escocesa Allison Cook han sido los ¨²nicos y excepcionales int¨¦rpretes de la pareja protagonista, personajes que en la pel¨ªcula de Stephen Frears encarnaron John Malkovich y Glenn Close. Superan un reto vocal agotador: la ¨®pera es una sucesi¨®n de mon¨®logos y di¨¢logos -el lenguaje es soez; tambi¨¦n los gestos; el texto no es precisamente un cuento id¨ªlico-, en los que exploran los m¨¢s exigentes registros y t¨¦cnicas vocales, desde el lirismo turbador de tintes expresionistas al jazz, el recitado y, en el caso del bar¨ªtono, el falsete.

Tambi¨¦n la parte instrumental contiene hallazgos en el tratamiento t¨ªmbrico y la fusi¨®n de planos sonoros; la orquesta del foso acompa?a a los cantantes en su bunker, aislados en una prisi¨®n emocional, mientras que las voces pregrabadas nos transmiten los sue?os y pensamientos de los personajes; la tercera capa, con una grabaci¨®n de la orquesta sinf¨®nica y el coro tratada electr¨®nicamente, ofrece una mirada m¨¢s amplia y peligrosamente reconocible en nuestro presente.

Partitura dura, compleja y ¨¢rida, h¨¢bil en la mezcla de t¨¦cnicas y lenguajes musicales diversos, con el sello del IRCAM (Instituto de Investigaci¨®n y Coordinaci¨®n Ac¨²stica de Par¨ªs) en el uso de herramientas digitales que tratan, mueven y distorsionan el sonido orquestal y transforman la materia vocal. No es f¨¢cil la concertaci¨®n, lo que hace a¨²n m¨¢s notable la precisa direcci¨®n musical de Peter Rundel.

Apenas se escucharon en el Liceo algunos pitidos en contra, casi una an¨¦cdota en un mar de aplausos, situaci¨®n poco habitual en un teatro tan poco habituado a la creaci¨®n contempor¨¢nea. Bravo, pues al coliseo de la Rambla, que en la temporada pasada acogi¨® el estreno en Espa?a de la maravillosa Written on skin, de George Benjamin y ahora renueva su apuesta por los autores vivos con esta inquietante y turbadora ¨®pera de Francesconi. Que siga la racha.