Penes y vulvas
Utilizando ni?os y ni?as, Hazte O¨ªr juega sucio, no es ninguna novedad. Podr¨¢n ganar a¨²n muchas batallas y hacer mucho da?o, pero esa guerra la tienen perdida
Hubo un tiempo en que el PP y sus medios afines, entre los que se hallaban Hazte O¨ªr, consiguieron instalar en el lenguaje habitual la frase yo condeno el terrorismo. Cualquier pol¨ªtico, cargo o periodista deb¨ªa poseer, como salvoconducto, un texto o una declaraci¨®n donde se lo oyese o leyese siendo expl¨ªcito sobre el tema. En el Pa¨ªs Vasco se ilegalizaron peri¨®dicos y partidos con el visto bueno o con la colaboraci¨®n activa de la gran parte de la izquierda espa?ola y una parte de la catalana. Primero se cre¨® el caldo de cultivo adecuado y despu¨¦s se tomaron las medidas que lo sancionaban.
Se trataba de un debate par¨¢sito, oportunista. A muchos de los que aparec¨ªan en televisi¨®n rasg¨¢ndose las vestiduras, las v¨ªctimas les importaban lo justo para poder aprovecharse de ellas. La prueba es el tratamiento que dispensaron, sin ir m¨¢s lejos, a Pilar Manj¨®n y a quienes fueron v¨ªctimas de otra violencia. Da verg¨¹enza recordar la humillaci¨®n a la que sometieron a esta mujer.
Una de las peores consecuencias ha sido que esa forma de actuar, pensar y escribir lleg¨® para quedarse. A veces en forma de protesta en premios televisivos, en la censura en las redes sociales o en la condena de colectivos que se toman por partes como si fuesen todos. La ¨²ltima prueba nos la ha dado el autob¨²s de Hazte O¨ªr, que nos ha examinado a todos, y de qu¨¦ manera. La cosa no pod¨ªa ser m¨¢s rid¨ªcula, un autob¨²s color Ciudadanos, con un lema casi tan inane como su discurso: ¡°los ni?os tienen pene y las ni?as vulva¡±. Este es el nivel y la obsesi¨®n de la derecha m¨¢s retr¨®grada con los genitales y la identidad de los dem¨¢s.
El nivel se repite. Prohibir la circulaci¨®n del autob¨²s es un error, un error que nos describe y que expone nuestras inseguridades y miedos. Hay ni?os y ni?as, y hombres y mujeres cuya identidad supera los esquemas del catolicismo m¨¢s retr¨®grado. Y los hay que son acosados por ello, pero prohibir el autob¨²s es como intentar parar la gotera en el techo y no en el tejado.
Nos podemos golpear el pecho y condenar la transfobia pero el dedo vuelve a se?alar la Luna y, sobretodo, da argumentos para encerrar a cualquier rapero cuyas letras sean susceptibles de una lectura integrista de lo constitucional. O para detener a quienes quemen una bandera, censurar art¨ªculos, ilegalizar partidos o cerrar peri¨®dicos.
Quiero poder silbar al himno nacional, de hecho si quiero un himno nacional es para poder silbarlo. Me fastidia sobremanera cuando eso se hace desde las instancias del poder, desde las instituciones que tienen que velar para que ocurra todo lo contrario, pero de la misma manera que los silbidos no se solucionan aumentando la potencia de los altavoces, no leer los comentarios a mis art¨ªculos no me evita ni que existan ni su contenido. A m¨ª lo que me importa es el comentario del poder.
Utilizando ni?os y ni?as, Hazte O¨ªr juega sucio, pero eso no es ninguna novedad. Si nos vamos atr¨¢s en el tiempo, recordar¨ªamos programas de radio y televisi¨®n en los que se hablaba del aborto y de las m¨¢quinas de destruir fetos. El chantaje emocional e ideol¨®gico estaba servido. Nuestro trabajo es desenmascararlo y desactivarlo, no encerrarlo en un garaje. Uno de los avances que hemos tenido como sociedad ha sido el principio del reconocimiento de los derechos de las personas transg¨¦nero, pero lejos de estar asumido, es un camino que todav¨ªa hay que pavimentar. El propio concepto de diversidad tiene que ser permanentemente reformulado, como el de libertad de expresi¨®n.
Es mucho m¨¢s f¨¢cil ganar a Hazte O¨ªr con argumentos que con la aplicaci¨®n de leyes que, estoy seguro, alguien est¨¢ pensando c¨®mo puede aplicar en contra de manifestantes, canciones, art¨ªculos o cualquier otra forma de libertad de expresi¨®n. Porque si la definici¨®n de la identidad de g¨¦nero depende de lo que consideramos constitucionalmente correcto, a los que creemos que tenemos que superar lo correcto constitucional nos van a pillar por donde quieran.
Avanzamos demasiado lento, podr¨¢n ganar todav¨ªa muchas batallas y har¨¢n mucho da?o, pero esa guerra la tienen perdida. Aunque les pese van a seguir naciendo ni?os con vulva y ni?as con pene y, estoy seguro de ello, van a estar menos obsesionados ellos con sus genitales que quienes necesitan pintarrajear autobuses. Al final, que no sea ese el problema.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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