Madres e hijos de la Maternidad de Elna, en televisi¨®n
Conxita Vila, una mujer republicana que pari¨® en el centro franc¨¦s en 1941, explica su experiencia que se recoger¨¢ en la 'Llum d'Elna', de estreno inminente
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
Conxita Vila lleg¨® a la Maternidad de Elna en agosto de 1941 y pari¨® a un ni?o, Antoni, el 27 de septiembre. Fue una de las madres de Elna, la maternidad que fund¨® la enfermera suiza Elisabeth Eidenbenz y que dio cobijo a centenares de mujeres republicanas refugiadas en Francia tras huir de la Guerra Civil. Una historia sobre la que Distinto Films y TV3 han producido la pel¨ªcula La llum d'Elna, dirigida por Silvia Quer, que se estrenar¨¢ en las pr¨®ximas semanas en el canal catal¨¢n y en Canal Sur simult¨¢neamente. Conxita es una de las mujeres que explicar¨¢ su experiencia en un mensaje que se emitir¨¢ con la proyecci¨®n de la cinta ¡ªuna historia de ficci¨®n protagonizada por No¨¦mie Schmidt¡ª y en la que han participado como extras siete de los 597 ni?os que nacieron en la Maternidad hasta 1944, cuando la cerraron los nazis. Conxita tiene 100 a?os y se acuerda perfectamente de lo que vivi¨®. Ella, a diferencia de la mayor¨ªa de las mujeres que parieron en Elna, no estaba en el campo de refugiados de Argeliers.
Republicana, lleg¨® a Francia porque decidi¨® huir de Espa?a con su prometido, Salvador, un comisario pol¨ªtico del PSUC. ¡°Le dijeron que huyera porque si le pillaban... Y yo no me lo pens¨¦, me fui con ¨¦l. Llegamos en coche hasta Cantallops y desde all¨ª por la monta?a pasamos a Francia¡±, explica desde su casa de Castell d'Aro. Empez¨® entonces un periplo que le llev¨® primero a un centro de refugiados en Orleans, cerca de Par¨ªs: ¡°Luego regresamos al sur porque ten¨ªamos unos amigos que nos ayudaron, vivimos en un pueblo cercano a los Pirineos. Salvador trabaj¨® como tonelero. Pas¨¢bamos mucho miedo por si nos descubr¨ªan y cuando me qued¨¦ embarazada una amiga me cont¨® que hab¨ªa una maternidad que atend¨ªa muy bien y que no necesitaba papeles. Yo estuve casi un mes y medio en el castillo¡ªque es como era conocido el gran caser¨®n de Elna¡ª. El testimonio de Conxita tambi¨¦n es uno de los que recogi¨® Assumpta Montell¨¤ en su libro La maternitat d'Elna.
¡°Fui muy bien tratada y acogida aunque me sorprendi¨® que me dijeran que como estaba muy bien ten¨ªa que fregar escaleras. Claro que all¨ª todas colabor¨¢bamos en todo lo que hab¨ªa que hacer en la casa. Otras bordaban, o cos¨ªan, o ayudaban a planchar¡±, a?ade. ¡°Era una vida tranquila, com¨ªamos bien, mucho mejor que fuera donde hab¨ªa que hacer colas de horas y horas para cuatro hojas de coliflor. Ten¨ªamos mucha fruta en el campo. Y muchas veces Elisabeth ¡ªla directora a la que recuerda como una chica joven pero muy seria¡ª tocaba la guitarra para alegrar el ambiente¡±, comenta. Ten¨ªa entonces 23 a?os y confiesa que cuando escuchaba m¨²sica se pon¨ªa a bailar: ¡°me sent¨ªa como antes de la guerra¡±. Dice que se hizo muy amiga de otra joven madre, Pilar Cabr¨¦, y que con el resto de las mujeres que esperaban parir o ya lo hab¨ªan hecho la relaci¨®n era cordial pero sin entrar en demasiados detalles: ¡°Las mujeres que ven¨ªan de los campos no explicaban demasiado, hab¨ªan sufrido tanto que callaban. Lo que s¨ª recuerdo es que a ellas procuraban tenerlas el m¨¢ximo tiempo posible, supongo que para retrasar el regreso a los campos¡±. Ella se fue a los 8 d¨ªas de parir con su hijo, Antoni, a la casa donde estaban refugiados con su marido. A finales de los 60 regres¨® a Catalu?a tras la muerte de Salvador.
Casi 80 a?os despu¨¦s, aquellas circunstancias que vivieron mujeres que llegaron en situaciones extremas a la Maternidad de Elna se est¨¢ repitiendo en Europa, en los campos de refugiados que acogen a 60.000 personas en Grecia. ¡°Muchas no saben que est¨¢n embarazadas y explican que desde hace un tiempo no tienen la regla. La mayor¨ªa viajan acompa?adas con alg¨²n familiar pero tambi¨¦n hay que viajan solas¡±, explica Ivonne Aixal¨¤, una catalana de Lleida que es comadrona en el campo de Skaramagas, muy cerca de Atenas, y en el que viven cerca de 3.000 refugiados. Forma parte del equipo de la Cruz Roja espa?ola que junto con la productora Distinto Films han puesto en marcha la campa?a Donem Llum (www.donemllum.cat) para que Europa no d¨¦ la espalda a lo que est¨¢ pasando.
En un a?o, de marzo de 2016 a este, en el campo Skaramagas han parido 50 mujeres y otras 55 est¨¢n embarazadas. La mayor¨ªa son Sirias y tambi¨¦n hay mujeres afganas y de Irak. Todas han llegado por mar, en pateras. ¡°Llevamos el seguimiento de los embarazos, hacemos los controles, si es una gestaci¨®n de riesgo se les deriva al sistema p¨²blico de sanidad griego y tambi¨¦n informamos y organizamos charlas de todo lo relacionado con la salud de la mujer, del embarazo y tambi¨¦n de los m¨¦todos de anticoncepci¨®n¡±, explica Aixal¨¢.

Tambi¨¦n hacen la preparaci¨®n para el parto y, sobre todo, les explicamos c¨®mo ir¨¢ todo en los hospitales, donde son trasladadas cuando llega el momento: ¡°Puede parecer extra?o pero por encima de las diferencias culturales y religiosas, las madres son las madres y todas tienen mucho inter¨¦s en informarse y no se cortan nada. Eso si, mientras no haya ning¨²n hombre¡±. A diferencia de la Maternidad de Elna, en el campo de Skaramagas las mujeres que paren se quedan all¨ª y, adem¨¢s, de forma indefinida. ¡°Ese es uno de los problemas, la ansiedad e inseguridad de cu¨¢l ser¨¢ su futuro¡±, comenta la comadrona. Precisamente por esa realidad ¡ªviven en contenedores de unos 24 metros cuadrados dos familias¡ª hay mujeres que viven el embarazo con disgusto: ¡°En cambio hay gestaciones que se han desarrollado en el campo porque buscan una raz¨®n para vivir¡±.
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