Excelencia multifocal
El madrile?o al que cualquiera confundir¨ªa con un negro de Memphis imparte un recital de buen gusto para el estreno de ¡®Be somebody¡¯
Juan Zelada no es un artista completo. Es, m¨¢s bien, un tipo rutilante. El estreno en la Sala Arena de su estupendo nuevo ¨¢lbum, Be somebody, result¨® en¨¦rgico, convincente, avasallador. No hab¨ªa m¨¢s m¨²sicos sobre el escenario porque casi no cab¨ªan: el madrile?o se rodea de hasta ocho aliados para disputar la batalla en todos los frentes, desde los coros femeninos a la secci¨®n de metales o la bater¨ªa reforzada por percusi¨®n. Pero tambi¨¦n logra desprender chiribitas cuando se circunscribe al formato cl¨¢sico de cuarteto, ocup¨¢ndose alternativamente del ¨®rgano o la guitarra ac¨²stica y haciendo gala siempre de una versatilidad encomiable.
Formado entre Londres y el Liverpool Institute de McCartney, Zelada es un tipo joven, menudo y moreno al que cualquier oyente identificar¨ªa en una audici¨®n a ciegas con alg¨²n experimentado negro de Memphis. Y est¨¢ sabiendo desarrollar un repertorio de construcci¨®n espl¨¦ndida, pop can¨®nico y atemporal que el sello Asylum habr¨ªa aceptado en su cat¨¢logo en los a?os setenta. Pensemos en un Stevie Wonder tamizado por la hondura de Michael Kiwanuka, el soul m¨¢s ligero de James Morrison y la canci¨®n de autor moderna de Jesse Harris. Todo lo que sugiere el risue?o Juan es bueno.
Los pusil¨¢nimes no estaban este jueves invitados a la fiesta. Nuestro protagonista se gusta abriendo con Don¡¯t you hold me down, pieza desbocada en la que la manecilla del metr¨®nomo parece a punto de saltar por los aires. Y, a partir de ah¨ª, la excelencia multifocal: el gospel de Oh mountain, el rap para I¡¯ll be gone, ese puntito jamaicano en Barman, el recuerdo del Prince m¨¢s l¨²brico que se asoma por Burning in the night. El homenaje expl¨ªcito a Bill Withers antes de abordar The blues remain, un gran d¨²o con Ele (Don¡¯t you worry) y Down easy para engrosar la n¨®mina de baladas superlativas. Para la mala educaci¨®n del p¨²blico madrile?o, en cambio, nos hemos quedado sin palabras. La charlataner¨ªa es un bochorno que genera mal rollo, pero algunos siguen abonados a esta modalidad de desprecio.
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