El nov¨ªsimo PSC
Iceta ha conseguido evitar que Ferraz resucitase la Federaci¨®n Catalana del PSOE..., al precio de convertir 'de facto' al PSC en la federaci¨®n obediente y sucursalizada
Fue en 1987. El PSC se hallaba en la fase ¨¢lgida de su dominio municipal, contribu¨ªa con 21 diputados a la confortable mayor¨ªa absoluta del PSOE y ten¨ªa un ministro de peso en el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Sin embargo, en la Generalitat reinaba Pujol, y el rodillo parlamentario de CiU dict¨® la ley de Ordenaci¨®n Territorial de Catalu?a (LOTC), que disolv¨ªa la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona, percibida por los convergentes como un amenazador contrapoder.
El alcalde Maragall, herido en sus aspiraciones supramunicipales, propuso a la ejecutiva del PSC presentar, a trav¨¦s del PSOE, un recurso de inconstitucionalidad contra la LOTC. Pero el grueso de la direcci¨®n del partido, y singularmente su primer secretario, Raimon Obiols, decidieron no hacerlo. Ten¨ªan a¨²n en mente el papel¨®n de la Lliga contra la Llei de Contractes de Conreu de 1934 ¡ªun partido catalanista impugnando una ley catalana ante el Tribunal de Garant¨ªas Constitucionales republicano¡ª y creyeron que la posici¨®n central del Partit dels Socialistes en Catalu?a era incompatible con querer tumbar ante un tribunal de Madrid una ley democr¨¢ticamente aprobada en Barcelona.
Es obvio que aquel PSC de los a?os ochenta ya no existe. Tuvimos una evidencia contundente de ello el 4 de noviembre de 2015, cuando el primer secretario Iceta pos¨® junto a In¨¦s Arrimadas y Xavier Garc¨ªa Albiol a la entrada del Tribunal Constitucional, antes de acudir los tres juntos a presentar sus impugnaciones contra el derecho del Parlamento catal¨¢n a debatir y votar una ¡°declaraci¨®n de desconexi¨®n¡± respecto de Espa?a.
Por si a¨²n quedaban dudas, el mismo Iceta lo ratific¨® el pasado fin de semana: si los Presupuestos de la Generalitat para 2017 contienen ¡°cualquier menci¨®n a la consulta¡± ¡ªuna consulta o refer¨¦ndum, por cierto, que el propio PSC llevaba en su programa electoral de 2012¡ª, el partido pedir¨¢ a los ¡°compa?eros del PSOE¡± que presenten recurso de inconstitucionalidad ante el TC. Han volado definitivamente los viejos tab¨²es.
Y volaron porque, a lo largo del ¨²ltimo bienio, y sobre todo del ¨²ltimo semestre, la naturaleza pol¨ªtica de la sigla surgida de la triple fusi¨®n de 1978 ha sufrido un cambio radical. S¨ª, de acuerdo, la te¨®rica soberan¨ªa del PSC tuvo siempre (desde la LOAPA) una praxis problem¨¢tica; y el grupo parlamentario propio se evapor¨® en 1982 para no volver; y el PSOE gobernante (desde Tom¨¢s de la Quadra a Maleni) atendi¨® muy mal los intereses espec¨ªficos de su ¡°partido hermano¡±... Pero ni Felipe ni Zapatero en el c¨¦nit de sus respectivas fortunas pol¨ªticas humillaron al PSC como lo ha hecho la gestora presidida por Javier Fern¨¢ndez, con la sumisa colaboraci¨®n de un Miquel Iceta dispuesto a todo antes que caer de la cuca?a.
Fervoroso marxista-grouchista (¡°estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros¡±), Iceta pas¨® del ¡°Pedro, ?mantente firme! ?L¨ªbranos de Rajoy y del PP! ?Por Dios! ?L¨ªbranos de ellos!?Aguanta! ?Resiste las presiones!¡± (24 de septiembre), de bendecir el no es no de los siete diputados del PSC (29 de octubre), a capitular sin condiciones ante las amenazas de los gestores interinos de Ferraz.
No puede describirse de otro modo el acuerdo rubricado el 7 de marzo, cuyo punto tercero establece: ¡°Corresponde al PSOE la definici¨®n de la posici¨®n pol¨ªtica de los socialistas en los asuntos de naturaleza y relevancia constitucional, as¨ª como en aquellos la aplicaci¨®n de los cuales exceda del ¨¢mbito territorial de Catalu?a¡±. Con esta letra y el esp¨ªritu que la impregna, la futura pol¨ªtica de pactos del PSC queda completamente maniatada.
El articulismo patri¨®tico madrile?o celebra el pacto Iceta-Fern¨¢ndez y lo describe como ¡°una renovaci¨®n del socialismo catal¨¢n, depurado de incrustaciones mucho m¨¢s identitarias que socialdem¨®cratas¡±, aunque le quede alg¨²n recelo sobre el futuro: ¡°El PSC, en el nuevo marco de relaci¨®n con el PSOE, no puede volver a las ambig¨¹edades¡±. El problema que tal vez desde la Puerta del Sol no se perciba es que, sin las ambig¨¹edades y las incrustaciones identitarias que cimentaron sus grandes ¨¦xitos, el PSC ya no es el PSC de los ¡°treinta gloriosos¡± (1978-2008), sino una fuerza menor que se mueve en el 15% de los votos, apenas el ala izquierda del frente unionista que completan C¡¯s y PP.
La direcci¨®n del PSC ha conseguido evitar que Ferraz resucitase la Federaci¨®n Catalana del PSOE..., al precio de convertir de facto al PSC en esa federaci¨®n auton¨®mica, obediente y sucursalizada.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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