?luard y Mir¨®, mano a mano
Una exposici¨®n revela el proceso de creaci¨®n, a lo largo de doce a?os, de un libro con versos y dibujos de los dos
En 1929 Gala abandona a su marido, el poeta Paul ?luard y a su hija C¨¦cile, tras conocer a un joven pintor espa?ol llamado Salvador Dal¨ª en un viaje que hizo la pareja a Cadaqu¨¦s. Al a?o siguiente, el marido despechado public¨® A toute ¨¦preuve, un peque?o op¨²sculo, de apenas diez cent¨ªmetros, en el que recog¨ªa los poemas en los que recitaba sus sensaciones tras el abandono. Lo edit¨® las Editions surrealistes de Andr¨¦ Breton y se vendi¨® por un franco. Pero la historia de este peque?o poemario no acab¨® aqu¨ª. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, ?luard y el editor suizo G¨¦rald Cramer decidieron ilustrar esta obra y solicitaron a Mir¨® que lo hiciera, ¡°Estimado Mir¨®, espero que este libro borre el tiempo y la distancia que nos separa¡±, le escribi¨® ?luard en la primera p¨¢gina de uno de los mini ejemplares del libro editado en 1930. La carta dio comienzo a un trabajo que acabar¨ªa diez a?os despu¨¦s con la publicaci¨®n, en 1958, de uno de los libros de artista m¨¢s bellos jam¨¢s editados. La Fundaci¨®n Mir¨® de Barcelona expone el proceso de creaci¨®n de la mano de Christopher Green que ha comisariado la muestra ?luard, Cramer, Mir¨® ¡ª ? toute ¨¦preuve, m¨¢s que un libro, que podr¨¢ verse en la sede de la fundaci¨®n hasta el pr¨®ximo 2 de julio.
¡°Mir¨® no se conform¨® con ilustrar los versos de ?luard, cre¨® un libro nuevo; una escultura policromada¡±, explic¨® Green delante de cinco de las seis maquetas que se realizaron para alumbrar el ejemplar (tres de las cuales se conservan en la fundaci¨®n barcelonesa y otras tres de Ginebra); una treintena de planchas de madera de cerezo, talladas por Mir¨®, de las 200 que se usaron en la estampaci¨®n de las 80 xilograf¨ªas del volumen realizadas a la manera tradicional japonesa; una t¨¦cnica laboriosa y exigente que no hab¨ªa utilizado nunca antes, seg¨²n confes¨® el propio pintor. ¡°Las im¨¢genes no est¨¢n supeditadas al texto, sino que dialogan entre ellas en el mismo plano de igualdad¡±, seg¨²n el comisario. ¡°El texto final es exactamente el mismo que en 1930, solo cambia la estructura de los versos, por lo que la forma de leer el poema es distinta¡±, explic¨® el comisario.
En la exposici¨®n se puede descubrir el proceso creativo, la evoluci¨®n y los cambios sufridos a lo largo de los a?os, a partir de cada una de las maquetas. C¨®mo ?luard distribuy¨® las l¨ªneas de sus poemas sobre la p¨¢gina con el objeto de dejar espacios en blanco para que Mir¨® estampara sus dibujos y c¨®mo texto y dibujo se fueron acomodando para dar resultado al libro que se expone por primera vez en un montaje envolvente en la sala octogonal del edificio creado por Josep Llu¨ªs Sert para la Fundaci¨®n Mir¨®. Las planchas y el resultado estampado permiten ver c¨®mo Mir¨® us¨® hasta siete bojes para imprimir uno de los grabados; unas matrices que son, en s¨ª mismas, esculturas en relieve realizadas con maderas cortadas y talladas. Tambi¨¦n c¨®mo el pintor intervino directamente en el color sobre las p¨¢ginas con los versos ya reestructurados, corrigiendo con trozos de papel, recortados, pegados encima y vueltos a pintar. ¡°El libro por s¨ª solo produce un gran impacto. Mostrarlo junto a las planchas de madera hace emerger su verdadero car¨¢cter escult¨®rico. Como dec¨ªa Mir¨® en una de las cartas a Cramer: un libro tiene que hacerse con la exactitud y precisi¨®n de un mecanismo de relojer¨ªa¡±, asegur¨® el comisario.
?luard no lleg¨® a ver este trabajo concluido. Muri¨® en 1952, cinco a?os antes de que se completara la impresi¨®n. Al final, se imprimieron 130 ejemplares sobre vitela, 24 de ellos numerados del I al XXIV, reservados a los colaboradores. Todos firmados por el artista. Un bello libro y una bonita historia de intenso trabajo compartido.
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