Se van los mejores
Carmen se mostraba tenaz en la defensa de sus posiciones, estaba en pol¨ªtica para cambiar las cosas, no para adaptarse d¨®cilmente a lo establecido
Cuando alguien muy conocido fallece inesperadamente suscita un clamor generalizado de elogios y alabanzas. Con la triste p¨¦rdida de Carmen Chac¨®n la regla se ha cumplido con creces. Pero con dos peculiaridades que cabe destacar.
La primera es que este clamor ha rebasado los l¨ªmites de lo que suele ser normal en estos casos. Tanto los amigos y compa?eros de partido, como los adversarios pol¨ªticos de casi cualquier signo, se han expresado con un sentimiento de inusitado afecto hacia su persona, muy visible en la consternaci¨®n que se expresaba en su rostro y en la calidez de sus palabras, dichas con total sinceridad. Quiz¨¢s quienes no la conoc¨ªan sean incapaces de entender esta emoci¨®n, o duden de que todos fueran sinceros al elogiarla, lo cual puede ser cierto en alg¨²n caso. Pero hay varios motivos para comprender esta casi unanimidad, en especial uno: Carmen ten¨ªa una simpat¨ªa fuera de lo com¨²n, era una mujer que se ganaba inmediatamente la amistad y la confianza de quien tuviera delante, sea quien fuera.
En efecto, la energ¨ªa y la contagiosa vitalidad de Carmen demostraban que esa extrema cordialidad no era algo superficial o, peor, una forma de seducir que a veces esconde simple hipocres¨ªa. La simpat¨ªa era para Carmen algo natural, una propensi¨®n a la que no pod¨ªa resistirse, una expresi¨®n de su personalidad m¨¢s ¨ªntima y, seguramente tambi¨¦n, una manera de ser bien educada, algo muy importante que se echa cada vez m¨¢s en falta.
La segunda peculiaridad a destacar es que, en su vida p¨²blica, Carmen no ha sido persona que adoptara posiciones c¨®modas. Muy al contrario, era mujer de principios s¨®lidos, se mostraba tenaz en la defensa de sus posiciones, estaba en pol¨ªtica para cambiar las cosas, no para adaptarse d¨®cilmente a lo establecido. Esto hizo que se enfrentara a muchos enemigos, sufriera ¨¢cidas cr¨ªticas, fuera constantemente denigrada en los medios de comunicaci¨®n. Es el destino de quien es coherente con lo que piensa cuando esa manera de pensar no encaja con las corrientes dominantes.
Esta campa?a hostil era especialmente visible en los medios de comunicaci¨®n de Catalu?a debido a sus posiciones respecto al nacionalismo. Junto con Borrell, Joan Ferran, Manuela de Madre, Zaragoza y pocos m¨¢s, probablemente ha sido la socialista catalana m¨¢s atacada por los nacionalistas. Un repaso a art¨ªculos, comentarios y tertulias, en los peri¨®dicos, radios y televisiones catalanas, lo mostrar¨ªa de forma palpable. Sab¨ªan que era un peligro: una catalana que no se doblegaba ante las continuas consignas ¡°transversales¡± que deben ser cumplidas a rajatabla si no se quiere quedar proscrito y ser tildado de traidor.
Carmen nunca se someti¨® a estas reglas que tantos socialistas catalanes han observado, algunos por complejo, por miedo al qu¨¦ dir¨¢n, otros por convencimiento. Por ello, especialmente en los ¨²ltimos a?os, no s¨®lo era vilipendiada desde el exterior sino tambi¨¦n desde el interior de su partido. Llevaba unos 17 a?os en Madrid, donde realizaba su tarea pol¨ªtica preferente, y contemplaba la situaci¨®n catalana con melancol¨ªa y desaz¨®n crecientes, con un alejamiento afectivo muy visible. Quiz¨¢s su ¨²ltimo acto pol¨ªtico en Catalu?a fue apoyar con su firma la convocatoria de la pasada manifestaci¨®n contra la independencia organizada por Sociedad Civil Catalana, en la que la direcci¨®n del PSC, como tal, no particip¨®. Su distanciamiento con algunos de los suyos en esta materia se hizo evidente una vez m¨¢s. Por ello solo pueden entenderse ciertos elogios por lo que antes hemos dicho: era una persona entra?able, humana, tierna, alegre y leal, desbordaba encanto y seducci¨®n.
Se van los mejores, esto es verdad a veces, en este caso, por ejemplo, sin ninguna duda. Una pol¨ªtica valiente, sin miedo a los riesgos que le ocasionaba su enfermo coraz¨®n, con un demostrado coraje para cumplir con su deber, en Barcelona, en Madrid o en Afganist¨¢n. Una pol¨ªtica con principios, los de la democracia y del socialismo, con pasi¨®n por la libertad y la igualdad, unos valores mucho m¨¢s emotivos que las supuestas identidades colectivas, los nacionalismos reaccionarios que hoy recorren peligrosamente el mundo.
Una pol¨ªtica, al fin, con un gran sentido institucional, con una concepci¨®n s¨®lida del Estado, con un gran respeto por la Constituci¨®n, piedra angular de nuestra democracia. ¡°Capit¨¢n, mande firmes. ?Viva Espa?a! ?Viva el Rey!¡±. Estas palabras, nada ambiguas, dichas por una mujer, primera ministra de Defensa y socialista catalana, pasar¨¢n a la historia. Porque, lamentablemente, antes de hora, Carmen Chac¨®n ya es historia.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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