Bendita tradici¨®n
Ren¨¦ Jacobs dirige en el Palau 'La Pasi¨®n seg¨²n San Mateo' en homenaje al nacimiento de LLuis Millet
La tradici¨®n multiplica la oferta de Pasiones en Semana Santa ¡ª raro es el auditorio que no programa alguno de los grandes oratorios sobre la pasi¨®n de Jesucristo en estas fechas-, y en este repertorio la joya de la corona es la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo de Johann Sebastian Bach. Su primera audici¨®n en Espa?a tuvo lugar el 27 de febrero de 1921 en el Palau, bajo la direcci¨®n de Llu¨ªs Millet, fundador del Orfe¨® Catal¨¤: fiel a esa bendita tradici¨®n, el templo modernista ha dedicado a Millet, en conmemoraci¨®n del 150 aniversario de su nacimiento, una memorable versi¨®n dirigida por Ren¨¦ Jacobs.
Todo est¨¢ en Bach, s¨ªntesis de las tradiciones que alimentaron el esplendor barroco y, a su vez, fuente en la que beben, en mayor o menor medida, todas las m¨²sicas del porvenir. Revelar la ciencia y el esp¨ªritu bachiano exige int¨¦rpretes sabios capaces de mostrar la perfecci¨®n y grandeza de una arquitectura sonora ¡ªla melod¨ªa, el r¨ªtmo, el contrapunto, el equilibrio¡ª al servicio de la expresi¨®n. Y eso es, ni m¨¢s ni menos, lo que hizo Jacobs.
El veterano director belga, pionero del movimiento historicista, busca la perfecci¨®n no por af¨¢n de virtuosismo, sino para transmitir la emoci¨®n bachiana desde la austeridad y el equilibrio. Cuanto menos sobrecarga dram¨¢tica se imprime al discurso musical, mejor se vive la expresividad de una m¨²sica que soporta mal los excesos.
Con Jacobs siempre gana la pureza sonora. Conoce y aprovecha bien la ac¨²stica de la sala modernista para crear una atm¨®sfera propicia al disfrute de los matices del fraseo y la articulaci¨®n. Y hace maravillas gracias a la transparencia del sonido de la Akademie f¨¹r Alte Musik Berlin, conjunto de instrumentos hist¨®ricos fundado en 1982 en el Berl¨ªn oriental, y el RIAS Kammerchor, que naci¨® en 1948 como coro de la radio del sector americano de Berl¨ªn.
Desde la absoluta complicidad con el magisterio est¨ªlistico de Jacobs, asombraron la calidad, claridad y perfecta afinaci¨®n de las voces del coro ¡ªbien conjuntadas en un arco din¨¢mico que transita sin fisuras desde los matices delicados a la plenitud sonora¡ª, y el virtuosismo y sensibilidad de una orquesta de colores, acentos y fraseo muy bellos.
Sin alcanzar ese nivel de excelencia, funcion¨® bien el equipo de solistas vocales, encabezado por el tenor Julian Pr¨¦gardien, un correcto Evangelista, con algunos apuros, y el bar¨ªtono Johannes Weisser, que ofreci¨® un Jes¨²s de sobrios matices.
El atractivo color del contratenor Benno Schachtner y la notable y c¨¢lida voz del bajo Jonathan de la Paz Zaens fueron agradables sorpresas de un reparto que cont¨® con la solvencia y musicalidad de la contralto Kristina Hammarstr?m, la sopranos Sunhae Im y Anja Petersen, y el joven tenor Minsub Hong.
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