El mito y la envidia

Fue alimentada de una manera desmedida por la interesante pel¨ªcula Amadeus, y desde entonces muchos creyeron que aquella rivalidad entre el joven Mozart y el curtido Salieri fue tal cual retrata el filme. La musicolog¨ªa la desminti¨® con avales, pero el mito sigui¨® grabado a fuego en el imaginario colectivo como una verdad adquirida que, quiz¨¢, gustaba m¨¢s que la realidad. Sobre aquella rivalidad escribi¨® Pushkin y, poco tiempo despu¨¦s, el ruso Rimski-K¨®rsakov decidi¨® componer sobre aquel texto una ¨®pera l¨ªrica en un acto y dos escenas. Esa propuesta llega el s¨¢bado a la Fundaci¨®n Juan March, dentro de su ciclo de teatro musical de c¨¢mara.

Es esta una obra basada en el poder de la envidia, los celos que en cierto modo elev¨® a obra de arte Shakespeare en las p¨¢ginas de su Otello. La envidia es un motor que saca lo peor de Salieri en esta obra y lo lleva hasta el asesinato, cuando arroja en la copa del genio de Salzburgo un veneno mortal. Mozart muere mientras interpreta para Salieri su prodigioso R¨¦quiem, mientras este llora de emoci¨®n y sufre los remordimientos. ?Puede un genio ser un homicida? ?Puede un verdadero genio matar?

Rita Cosentino centra en la envidia toda la fuerza para levantar este Mozart y Salieri, en el que todo es m¨ªnimo y a la par grandioso. La directora se basa en un peque?o comentario de un peri¨®dico que dice que Salieri silb¨® desde el p¨²blico el estreno del Don Giovanni de Mozart, larg¨¢ndose luego con rapidez de la sala. Aquel momento supuestamente real de envidia y desprecio basta para construir un monumento a lo peor del ser humano, los celos ante un talento casi divino, con el que no se puede competir. Aqu¨ª hay m¨²sica, pero tambi¨¦n filosof¨ªa en torno al arte y a la creaci¨®n. En esta ocasi¨®n, el bajo Ivo St¨¢nchez interpretar¨¢ a Salieri, mientras el tenor Pablo Garc¨ªa-L¨®pez har¨¢ lo propio con Mozart.