Adi¨®s a Pere T¨¤pias, la sonrisa de ¡®la nova can?¨®¡¯
El cantautor y gastr¨®nomo de 70 a?os sufr¨ªa una enfermedad hep¨¢tica que lo ten¨ªa ingresado en las ¨²ltimas fechas
La pasada noche en un hospital de Sant Pere de Ribes, cercano a su Vilanova i la Geltr¨² natal, falleci¨® a los 70 a?os el cantautor y gastr¨®nomo Pere T¨¤pias. Llevaba tiempo alejado de los escenarios, centrado m¨¢s en los micr¨®fonos radiof¨®nicos, las recetas gastron¨®micas y, sobre todo, la charla amena, que eran su plato fuerte, pero los m¨¢s veteranos seguidores de la nova can?¨® no hab¨ªan olvidado su buen humor (mordaz e ir¨®nico), su enorme bigote y su perpetua gorra de marinero. Tres elementos que caracterizaron una de las parcelas m¨¢s divertidas y desinhibidas de un movimiento musical/cultural que en sus inicios se basaba en una estricta formalidad de tintes acad¨¦micos. T¨¤pias hu¨ªa deliberadamente de la extendida presentaci¨®n de cada concierto como una charla universitaria y buscaba en sus oyentes la sonrisa inteligente sin caer nunca en lo grotesco o amarillo.
Su primer disco en 1968 fue directamente catalogado como "de mal gusto", aquella Tia Maria que codonys collia, y, en aquel momento, ese fue el secreto de su enorme aceptaci¨®n por un p¨²blico que necesitaba olvidar preocupaciones. A¨²n as¨ª, hab¨ªa muchos sue?os rotos en aquella exaltaci¨®n de la motocicleta ("Ai! Quan engego la moto, quin orgasme sideral"), mucha iron¨ªa c¨ªnica en aquel duelo a muerte de Johnny Castells en plena Diagonal ("perdionavides d'unes S.A. que, per variar, tenen per costum l'especular") o mucha cr¨ªtica social en la frustraci¨®n de Moreno de la Fe que quer¨ªa ser torero p¨¢ comerse medio mundo, p¨¢ comerse el mundo entero ("Ni Moreno ni n¨¢, que aquesta terra ¨¦s aspre com la que vas deixar"). Y a la sociedad catalana de los a?os setenta del pasado siglo le vino muy bien ese toque de descaro controlado (La Trinca ser¨ªa la tambi¨¦n necesaria versi¨®n descontrolada).
Un descaro que alcanz¨® su m¨¢ximo hist¨®rico en tierras de Canet de Mar cuando Pere T¨¤pies actu¨® pr¨¢cticamente en todas las ediciones de las Sis Hores de Can?¨® (?m¨¢s de 50.000 asisten en 1976!).
Pere T¨¤pies hab¨ªa nacido el 19 de mayo de 1946 en Vilanova i la Geltr¨² siendo bautizado como Joan Collell. Todav¨ªa con ese nombre estudi¨® derecho en Barcelona y ejerci¨® como abogado en Tarragona pero en su interior la canci¨®n tiraba m¨¢s que la toga y en 1968 trat¨® de incorporarse a Els Setge Jutges. Pas¨® su examen en la m¨ªtica Cova del Drac y suspendi¨®. El otro candidato de esa noche, Llu¨ªs Llach, ocup¨® la ¨²nica plaza vacante, la diecis¨¦is.
A pesar de esa negativa de la plana intelectual de la can?¨®, y ya como Pere T¨¤pies (nombre de su abuelo ya que lo de Collell era dif¨ªcil de pronunciar), edit¨® su primer disco (en una discogr¨¢fica tambi¨¦n ajena al movimiento de la nova can?¨®) y comenz¨® una carrera personal que tanto le deb¨ªa a la canci¨®n a la francesa como a los trabajos de los mejores humoristas del momento.
A pesar de que sus canciones m¨¢s aceptadas se zambulleron siempre en el humor y la s¨¢tira, no todo fue broma en su carrera. T¨¤pias tambi¨¦n intent¨® el salt¨® a la canci¨®n seria de connotaciones po¨¦ticas y demostr¨® que pod¨ªa hacerlo: su Passeig del Carme (dedicada al paseo del mismo nombre de su Vilanova natal) es una muestra inequ¨ªvoca pero ya ten¨ªa una etiqueta clavada y el Pere T¨¤pies po¨¦tico no consigui¨® el impacto popular que su obra merec¨ªa.
Hacia la mitad de los a?os ochenta la m¨²sica comenz¨® a dejar paso a sus otras actividades. El panorama musical hab¨ªa cambiado notablemente y parec¨ªa urgente enterrar toda huella de la nova can?¨® (en realidad de todos los cantautores que hab¨ªan trabajado durante el franquismo). T¨¤pias comenz¨® su periplo radiof¨®nico y televisivo dirigiendo su actividad hacia otra de sus pasiones: la gastronom¨ªa. Y como especialista en el buen comer (m¨¢s que en el buen cocinar), en especial la comida tradicional y popular, vivi¨® sus ¨²ltimos a?os profesionales todo y que siempre se colaba alguna canci¨®n en sus programas. Incluso en 2001 intent¨® un regreso a los escenarios con el disco Les meves can?ons pero la cosa no pas¨® de an¨¦cdota.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.