El Sant Jordi en domingo bate todos los r¨¦cords
Euforia del sector del libro en una jornada festiva y soleada en la que ¡®Patria¡¯, de Fernando Aramburu, se convierte en el t¨ªtulo m¨¢s vendido en castellano
¡°?Y si Sant Jordi siempre fuera en domingo?¡±. La boutade de un directivo de una gran editorial no lo es en absoluto: la Diada del Libro y de la Rosa, que el Gobierno catal¨¢n se comprometi¨® el pasado viernes a pedir a la Unesco que la declare Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, venci¨® ayer con ¨¦xito impensable la ¨²ltima prueba: celebrarse en d¨ªa festivo y mantener su ADN de gran fiesta c¨ªvico-cultural de Catalu?a. Es m¨¢s, a falta de las cifras oficiales que se conocer¨¢n el jueves, las ventas se estiman superiores a las registradas cuando ha ca¨ªdo en una jornada laboral estos ¨²ltimos a?os, sobrepasando as¨ª los 22 millones de euros. Y en ese contexto, Fernando Aramburu, con Patria (Tusquets), flamante Premio de la Cr¨ªtica, se convirti¨® en el libro m¨¢s solicitado en castellano, mientras la novela de Xavier Bosch Nosaltres dos (Columna), lo fue en catal¨¢n.
¡°Esto es un milagro: en un pa¨ªs as¨ª, que el libro tenga este protagonismo...; en otros lugares matar¨ªan por importar esto... Prisi¨®n preventiva para quien diga algo contra esta fiesta¡±, sentenciaba Javier Cercas, otro de los solicitados por El monarca de las sombras.
La euforia ven¨ªa intuy¨¦ndose porque el primer efecto de la Diada en domingo fue que las librer¨ªas detectaron un incremento de las ventas toda la semana, fen¨®meno que se acentu¨® el viernes y el s¨¢bado: los que iban a realizar el ¨¦xodo urbano cl¨¢sico del fin de semana y los que, a la vista de las aglomeraciones de las ¨²ltimas ediciones, no pueden mirar libros con calma, hicieron los deberes por adelantado.
Los m¨¢s vendidos
Ficci¨®n en castellano. Patria, de Fernando Aramburu (Tusquets Editores); Tierra de Campos, de David Trueba (Editorial Anagrama); El monarca de las sombras, de Javier Cercas (Literatura Random House).
Ficci¨®n en catal¨¢n. Nosaltres dos, de Xavier Bosch (Columna); Rosa de cendra, de Pilar Rahola (Columna); Un home cau, de Jordi Bast¨¦ y Marc Artigau (Rosa dels Vents).
No ficci¨®n en castellano.50 palos, de Pau Don¨¦s (Planeta); Hijos del Nilo, de Xavier Aldekoa (Pen¨ªnsula); La magia del orden, de Marie Kondo (Aguilar).
No ficci¨®n en catal¨¢n. La vida que aprenc, de Carles Capdevila (Arcadia); Taula i Barra, de Quim Monz¨® (Libros de Vanguardia); Nom¨¦s seran quatre gotes, de M¨°nica Usart (Bridge).
Todos ellos fueron sustituidos por ciudadanos de la periferia de Barcelona e, incluso, del resto de Catalu?a, como qued¨® demostrado con el colapso del centro de la capital catalana (La Rambla, Plaza de Catalu?a y Paseo de Gr¨¤cia), pero ya m¨¢s temprano que en un d¨ªa laborable, desde las 10 de la ma?ana.
Marea de lectores
El ritual pasa por acudir a la Diada en Barcelona y en su centro, que el Consistorio declar¨® este domingo de comercios abiertos. La procedencia for¨¢nea de buena parte de los paseantes qued¨® ratificada por una inusual actividad en las casetas al mediod¨ªa: m¨¢s de 70 personas, a las tres de la tarde, hac¨ªan cola, por ejemplo, para que Federico Moccia firmara sus libros y no quedaba caseta sin movimiento o hasta alguna aglomeraci¨®n, como las que se formaron en los restaurantes y bares del centro. ¡°Es una marea que te inunda y pasa por encima. Hay momentos que me agobia dejarme lectores sin firmar. Pero tiene que ser as¨ª, como est¨¢ es perfecto: es un tsunami que te pasa por encima, una paliza emocional de donde luego bebes; te alimenta y te da energ¨ªa¡±, aseguraba Dolores Redondo en su ya quinta presencia en la Diada, ahora por Todo esto te dar¨¦, premio Planeta.
¡°Por muchos Sant Jordi que lleve siempre me parece asombroso el gent¨ªo en las calles y las colas por las firmas¡±, dec¨ªa el flamante galardonado con el Cervantes Eduardo Mendoza, que firmaba libros de toda su trayectoria y, hasta que se agotaron, del ¨²ltimo, Las barbas del profeta. ¡°Las colas de lectores son m¨¢s importantes que los premios¡±, quiso dejar claro.
¡°Con serenidad, como lo vivimos todo y, a ratos, emocionado, porque uno no es de hielo¡±, encaj¨® la jornada Aramburu, que se estrenaba por Sant Jordi y que lo hizo en loor de multitudes. Su historia sobre dos familias enfrentadas por el conflicto vasco tiene, am¨¦n de su traducci¨®n econ¨®mica, su carga sociopol¨ªtica simb¨®lica, que se plasm¨® con la visita, en un hecho inaudito, de la c¨²pula del grupo Planeta: su presidente, Josep Creuheras, y del consejero delegado, Jos¨¦ Manuel Lara Garc¨ªa.
La celebraci¨®n del partido entre el Real Madrid y el FC Barcelona provoc¨® que hacia las 20.00, el sufl¨¦ ciudadano fuera descendiendo. La jornada, en cualquier caso, ya hab¨ªa dejado sentado que el centro de la ciudad segu¨ªa siendo lugar de peregrinaje obligado, a pesar de los esfuerzos de descentralizaci¨®n promovidos por el Consistorio para expandir las 3.888 paradas de rosas y los 918 puestos de libros por zonas como el paseo de Sant Joan y otros distritos como Gracia o Poblenou.
¡°Me temo que la metodolog¨ªa que es la idiosincrasia de Sant Jordi no la hace exportable, al menos a EE UU¡±, aseguraba ayer en su debut la escritora Siri Hustvedt, esposa de Paul Auster. <NO1>Pero tambi¨¦n bailan un excelente flamenco los japoneses y, como se vio ayer, aqu¨ª se consumen muchas hamburguesas.
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