Las 13 razones de Woodman

Las fotograf¨ªas de Francesca Woodman tienen algo de fotograma de pel¨ªcula de terror contempor¨¢neo. En espacios siniestros, destartalados, abandonados, irrumpe el cuerpo de Woodman, a veces desnudo, a veces fantasmag¨®ricamente difuso, recogido por encuadres esquivos. Es lo inquietante, lo terror¨ªfico que debe albergar la inaccesible mente de un suicida: Woodman se arroj¨® al vac¨ªo interestelar, en 1981, desde la ventana de su loft en el Lower East Side neoyorquino. No era su primer intento. Solo ten¨ªa 22 a?os, pero esa breve existencia le bast¨® para dejar su huella en la historia de la fotograf¨ªa.

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El arte inmortal y suicida de Francesca Woodman

Francesca Woodman, el riesgo de ser una artista

Woodman tiene el desgarro de las poetas suicidas, como Sylvia Plath o Anne Sexton, el misterio de aquellos que hicieron en su primera juventud todo lo que ten¨ªan y que hacer un luego se escondieron de las musas, como Rimbaud. Como una chispa, Woodman brill¨® y se apag¨®, estuvo y ya no, y precisamente las fotograf¨ªas que se exponen en la galer¨ªa Bernal Espacio (Lope de Vega, 17) desde ma?ana hasta el 31 de mayo lo hacen bajo el t¨ªtulo Ausencia / presencia. Para algunos, el drama aceptado, la soledad c¨®smica, la evanescencia de la artista en sus im¨¢genes es una clara anticipaci¨®n de su voluntario final.

Woodman, en estas im¨¢genes tomadas entre 1972 y su muerte, se retrata delante de paredes desconchadas, en esquinas sucias, sabanas viejas, escombros, abandono, en el territorio de lo tenebroso, casi siempre en blanco y negro y siempre en la periferia de s¨ª misma, desnuda, borrosa, cortada, es decir, ausente y presente al mismo tiempo. En un espacio extra?o, fuera del tiempo, impregnada en una angustia existencial de s¨®tano oscuro y corte on¨ªrico, Woodman semeja una rom¨¢ntica y decadente doncella prerrafaelita perdida en el capitalismo avanzado. "Estoy tan cansada como vosotros de mirarme", dej¨® escrito en una de sus cartas.