Un templo al vinilo en la estaci¨®n del Norte
Gangas y joyas en la 23? Fira del Disc de Barcelona
Una vez m¨¢s la estaci¨®n del Norte se ha convertido en centro de peregrinaci¨®n de todos los amantes del vinilo. Durante todo el fin de semana el antiguo nudo ferroviario acoge la 23? Fira Internacional del Disc de Barcelona. Unos 150 expositores (la mitad extranjeros) ofrecen sus productos musicales a un p¨²blico sumamente variado en edades y procedencias pero unido por ese amor, a?ejo o reciente, por el vinilo, porque realmente es el vinilo, y pr¨¢cticamente solo el vinilo, el que reina en la Fira.
Este a?o tambi¨¦n se ha cumplido el ritual y hora y media antes de abrir, un grupo de ansiosos visitantes ya estaba tomando el sol en las escalinatas frente a la sencilla banderola que, sin alardes, anuncia la Fira. Ya se sabe que los primeros minutos son los mejores. En el interior el visitante tampoco encuentra nada espectacular excepto docenas de expositores llenos a rebosar de discos de vinilo.
Verdaderas gangas a tres euros procedentes de Alemania o a cuatro euros de los Estados Unidos, la ¨²nica condici¨®n para encontrarlas es abrirse paso a codazos y sumergirse con paciencia en las enormes cubetas en las que se mezclan estilos y ¨¦pocas. Justo al lado joyas de colecci¨®n, bien protegidas en sus fundas de pl¨¢stico, a precios que pueden llegar a los 300 euros. L¨®gicamente las cubetas a tres euros est¨¢n mucho m¨¢s frecuentadas. Y las paradas de vendedores extranjeros tambi¨¦n. "La gente busca lo que no puede encontrar en las tiendas", explica Joan Carles Vilella, director del certamen.
"Aqu¨ª ves los discos, los tocas. Por Internet nunca sabes lo que est¨¢s comprando y cuando llega a veces te llevas una sorpresa"
Tanto los compradores locales como los vendedores for¨¢neos se muestran contentos. Los de Velvet vienen todos los a?os desde Estados Unidos, para ellos la primavera significa un tour por las ferias europeas: la semana pasada Bilbao, esta Barcelona, la pr¨®xima Madrid y despu¨¦s diversas capitales europeas; la gira compensa el viaje. Otros llegan de m¨¢s cerca, Bruno lo hace desde Perpi?¨¢n y no ha faltado a ninguna desde los tiempos en los que la organizaba Catalunya R¨¤dio: "Hace dos d¨¦cadas se vend¨ªa m¨¢s pero sigue valiendo la pena". Opina igual Gilles, que viene desde Pau, o su vecino Gildean, de ceca de Perpi?¨¢n, que es el segundo a?o que acude: "El a?o pasado compens¨® el viaje, claro que entre lo que vend¨ª y lo que compr¨¦, no gan¨¦ nada". Gildean no tiene tienda: "Esta es mi colecci¨®n personal y con lo que vendo compro cosas nuevas". Al cabo de un rato se le pod¨ªa ver junto al expositor de un colega alem¨¢n con una veintena de elep¨¦s en las manos y expresi¨®n de resignaci¨®n.
El ambiente en en la feria es animado. En un extremo suena el rock contundente del trio Golden Grahams y en el otro los gritos de entusiasmo de los jugadores de baloncesto (solo les separa una fina red de la feria). Y entre el p¨²blico todo tipo de habituales, incluidos Flowers vendiendo calendarios y los grupitos de enterados que ya no compran discos porque los tienes todos (?qu¨¦ hacen all¨ª?).
Buscando entre vinilos pueden encontrarse algunos ced¨¦s, sobre todo piratas, fundas de pl¨¢stico para guardar vinilos o cajas para almacenarlos, libros (pocos) y revistas (menos) "Hace diez a?os", explica Vilella. "en la feria hab¨ªa un 90 % de ced¨¦s y un 10 % de vinilos. Actualmente las cifras han dado la vuelta y el 90 % son vinilos. Y no solo aqu¨ª sino en todo el mundo".
Esta feria no es la ¨²nica que se celebra en Barcelona. Tambi¨¦n dos veces al a?o las Cocheras de Sants a cogen otra, la Firadisc, "m¨¢s casolana, sin expositores extranjeros", seg¨²n su director ?ngel Querol. No hay competencia entre ambas: Vilella monta su parada en las Cocheras y Querol tiene la suya en la estaci¨®n del Norte. "Aqu¨ª ves los discos, los tocas. Por Internet nunca sabes lo que est¨¢s comprando y cuando llega a veces te llevas una sorpresa", coinciden.
El auge del vinilo es una constante en los dos cert¨¢menes. "Y todav¨ªa subir¨¢ m¨¢s, es una moda, es tendencia", explica Querol. "Todo lo que es vintage, segunda mano, significa una alternativa a la generalizaci¨®n global. Hay gente que tiene 150.000 canciones en el ordenador pero en realidad no tiene nada. En cambio el vinilo es una terapia: cogerlo, limpiarlo, ponerlo,... Hace diez a?os la gente tiraba los vinilos porque no los quer¨ªa nadie, ahora est¨¢n tirando los ced¨¦s. Los j¨®venes est¨¢n comprando elep¨¦s como un rasgo diferenciador".
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