La guerra medieval como deporte
La Monumental de Barcelona acoge el campeonato del mundo de lucha del medievo, a espadazo limpio
?Clash!, ?cling!, ?clang!, ?patapaf! Ya sab¨ªamos que la Edad Media era una ¨¦poca dura pero lo que se est¨¢n propinando estos caballeros es de ag¨¢rrate. R¨ªete t¨² de R¨¦ginald Front-de-Boeuf y Bois Guilbert. Dos tipos enormes recubiertos de armadura se han golpeado espada contra maza hasta la abolladura y ahora, desembarazados de armas y escudos, forcejean como dos monta?as de acero tratando de derribarse el uno al otro. Es como ver la escena final de Ivanhoe en directo. El sudor y un jadeo puntuado de maldiciones guturales brotan de las celadas bajadas. Uno de los combatientes, el de la sobreveste azul que luc¨ªa en el escudo una salamandra le est¨¢ dando patadas al otro. Al final caen los dos con estr¨¦pito, como si se desmoronara una gran pila de latas. Alrededor, la lucha se ha generalizado, una gran y fragorosa mel¨¦, un verdadero Agincourt, y me tengo que apartar cuando otro individuo que luce un yelmo rematado por una larga pluma y lleva sobre la armadura una cota de malla igualita que la de Chysagon de la Cruz (Charlton Heston) en El se?or de la guerra, hace un molinete con su hacha de combate. El ruido es ensordecedor.
Estamos en la mism¨ªsima arena (privilegio de este enviado especial al medioevo) de la plaza de toros Monumental de Barcelona en una de las fases eliminatorias (?) de la modalidad de cinco contra cinco ¨Cla de 21 contra 21 ni les cuento- del campeonato mundial de la Batalla de las Naciones (Battle of Nations), el principal evento de este curioso deporte-espect¨¢culo que es la lucha medieval. El encuentro lo organiza la Historical Medieval Battle International Association (HMBIA) que preside el ucraniano Anton Trubnikov. Las armaduras pesan entre 20 y 30 kilos y la cosa en esta modalidad consiste en derribar a tu oponente, en combate individual o en masse. Pero hay unas reglas muy estrictas, categor¨ªas (incluso de mujeres) y ¨¢rbitros internacionales (con jub¨®n amarillo), y no vale hacer da?o malintencionado. Aqu¨ª no se masacra al equipo contrario como en Acre o Hattin. Todas las armas est¨¢n embotadas.
Los bares de alrededor est¨¢n invadidos por gente con diferentes atav¨ªos de la ¨¦poca: los participantes y sus equipos de apoyo y seguidores. Parece que est¨¦s en la Tercera Cruzada. Solo faltan Saladino y Ken Follet.
La cita, en la que participan m¨¢s de 30 pa¨ªses y dura hasta el lunes, ha convertido no solo la plaza de toros sino sus aleda?os en una extensi¨®n de la ¨¦poca de las catedrales. Los bares de alrededor est¨¢n invadidos por gente con diferentes atav¨ªos de la ¨¦poca: los participantes y sus equipos de apoyo y seguidores. Parece que est¨¦s en la Tercera Cruzada. Solo faltan Saladino y Ken Follet. Son una multitud de varios millares (solo los combatientes ya suman 800) entusiasta y pintoresca que vive este deporte de (mucho) contacto con intensidad acorde con el estruendo. Lo que hay pocos es espectadores (la entrada de adulto cuesta 20 euros en taquilla, infantil la mitad), y es una pena porque realmente es todo un espect¨¢culo ver no ¨²nicamente las luchas sino la atm¨®sfera de todo esto.
Hablo con uno de los guerreros del equipo brasile?o, que no eran favoritos (los mejores son los pa¨ªses del Este), cuyos componentes yacen reventados y desparramados junto a las piezas de sus armaduras. ¡°Hemos perdido todos los combates, con Italia, Reino Unido y los polacos, que son especialmente duros¡±, dice tras quitarse el jub¨®n, lo que permite observar sobre su pecho un colgante con el martillo de Thor. El caballero se llama Rodrigo ?lvarez Est¨¦vez y es de Sao Paolo pero de or¨ªgenes castellanos como prueban su apellido y su devoci¨®n por el Cid. Luce unas aparatosas vendas en el hombro y bastantes morados. ¡°Por los golpes de espada¡±. Sin embargo, afirma que ha sido ¡°una gran experiencia, mi primera vez en la batalla, estoy cansado pero me siento realizado, un sue?o hecho realidad¡±.
Los equipos son caros pero sucede como en la propia Edad Media: hay quien lleva una gran armadura estilo el Pr¨ªncipe Negro y quien no puede coste¨¢rsela y debe contentarse con algo m¨¢s de estar por casa.
El responsable de todo esto, Anton Trubnikov, que reivindica que la Edad Media era vistosa y colorista y no la ¨¦poca sucia y deprimente que muchas veces se ha pretendido, explica que lo esencial de este deporte ¡°es que a la gente le gusta probarse y la vida moderna deja pocas oportunidades para hacerlo¡±. Recalca que se trata de una competici¨®n amateur y amistosa y que los combatientes son gente completamente normal que llevan vidas profesionales y familiares corrientes, pese a que luego se enfunden en sus armaduras y se propinen mandobles. La aspiraci¨®n de la HMBIA es convertir la lucha medieval en deporte ol¨ªmpico. Las justas a caballo son otra cosa y la asociaci¨®n no las organiza. ¡°Entran en otra categor¨ªa, son actividades muy caras y peligrosas, aqu¨ª no empleamos ning¨²n tipo de animales¡±.
¡°Se producen muchas lesiones, sobre todo tenemos luxaciones por giros bruscos con la armadura y fracturas de dedos¡±
En cuanto a la severidad de los combates, ¡°es duro s¨ª, y puedes perder hasta cinco kilos, pero est¨¢ todo muy regulado y controlado para la m¨¢xima seguridad¡±, recalca. ¡°En porcentaje de lesiones estamos al nivel del hockey sobre hielo¡±.
Me encuentro a Vicente, un miembro del equipo espa?ol que parece que venga de una batalla particularmente mala con los sarracenos. Apenas puede hablar y tiene la sobreveste hecha jirones. ¡°Una coalici¨®n de ucranianos y suizos nos ha hecho polvo, he tenido un traspi¨¦ y me he ca¨ªdo¡±. Le doy una palmada animosa en la espalda y resuena met¨¢lico.
En la enfermer¨ªa, un gigante revestido de carmes¨ª se ha hecho da?o en un dedo, que le sangra, y recibe asistencia, con su maza al lado. ¡°Se producen muchas lesiones, sobre todo tenemos luxaciones por giros bruscos con la armadura¡±, me explica Jos¨¦ Mallol, coordinador de las ambulancias. ¡°Ha venido mucho lesionado en los combates masivos; llevamos ya 25 en este rato. Hemos tenido que trasladar a alguno con fractura que hab¨ªa que operar. Suturas en cambio menos de las que pens¨¢bamos. Van muy protegidos, con rellenos que absorben el golpe. S¨ª, es una experiencia m¨¦dica curiosa¡±. Dentro, en la arena, la batalla contin¨²a...
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