David Caraben: ¡°Con los a?os ganas distancia e iron¨ªa¡±
Mishima publica ¡®Ara i res¡¯, un nuevo disco que relativiza el imaginario de la banda
El paso del tiempo nos acerca inevitablemente al instante en que comienzan a llamarnos mayor. Ni el metro, ni la amable y dolorosa cesi¨®n del asiento son situaciones que se narran en Ara i res, el nuevo disco de Mishima, pero en el sustrato de sus letras, nueve con texto m¨¢s dos instrumentales, podr¨ªan leerse los sentimientos y sensaciones de alguien que ya no ve el amor s¨®lo como fuego y pasi¨®n, separado de esta visi¨®n por a?os y rutinas. ?Se hace mayor David Carab¨¦n?, letrista, cantante y compositor que a sus 45 a?os parece aceptar, un poco con la boca peque?a, los cambios inexorables que aventuran el no lejano inicio del ¨²ltimo tercio de la vida ¡°s¨ª, es cierto que parezco asumir de forma civilizada y adulta el paso del tiempo, y que mi mirada ya no es la misma de anta?o, pero de vez en cuando surge la bestia, ll¨¢mesele guitarra, que parece resistirse a que eso ocurra¡±, reflexiona en la peque?a cocteler¨ªa que en la calle Joan Gamper, nobleza cul¨¦ y familiar obligan, ha abierto junto a un par de socios.
Carab¨¦n, que a lo largo de la conversaci¨®n finta, quiz¨¢s tambi¨¦n a s¨ª mismo, con sus respuestas el paso del tiempo, eso que en el pop se llama madurez, por lo general usado sibilinamente como eufemismo de oxidaci¨®n, quiz¨¢s de aqu¨ª su renuencia a coger el toro por los cuernos, prosigue ¡°no tengo la misma visi¨®n que antes sobre el imaginario habitual en Mishima, de hecho, este disco ser¨ªa la cara opuesta de Set tota la vida. Mientras antes todo era muy dram¨¢tico, muy emocional, muy intenso, ahora, quiz¨¢s a causa de la decadencia f¨ªsica, todo importa menos, te liberas de la obligaci¨®n de sentir todo apasionadamente: con los a?os ganas una cierta distancia, iron¨ªa¡±. Quiz¨¢s por eso el ¨¢lbum es musicalmente despejado, nada riguroso, pop arreglado aqu¨ª con trompeta o trompa, all¨¢ con ecos de canci¨®n italiana, alg¨²n estribillo luminoso, y un par de guitarras enfadadas para un disco siempre estilizado. Marca de la casa.
Poema hecho canci¨®n
Carab¨¦n apunta que ya hab¨ªa escrito canciones en las que el amor no era dogma de fe pasional, pero acepta que esta idea menudea m¨¢s en Ara i res, en canciones como Una sola manera o en Menteix la primavera, donde el amor parece fruto de un error. Incluso en Jimi, una canci¨®n basada en hechos reales, en los inicios de su relaci¨®n con Flora, su mujer, cuyo perro se llamaba precisamente Jimi, hay m¨¢s cotidianeidad que pasi¨®n.
Pero quiz¨¢s la canci¨®n que marca m¨¢s la pauta generacional es Posa¡¯m m¨¦s gin, David!, donde el mismo David, protagonista, recuerda las francachelas de sus padres que viv¨ªa de ni?o y ahora, pasados los a?os, mira con la misma edad que su padres entonces. El ayer. David se resiste: ¡°Mishima tiene varias canciones sobre el alcohol y quer¨ªa escribir una precuela de mi relaci¨®n con ¨¦l, recordar cuando ve¨ªa esa ginebra que se me antojaba un producto fascinante, uno de los misterios que te ofrec¨ªa el mundo, algo a¨²n por descubrir¡±. Pero la canci¨®n rezuma nostalgia, ?no?, ¡°s¨ª, de aquella persona, yo mismo, hechizada ante algo nuevo y desconocido, sensaci¨®n que remite con los a?os¡±. Carab¨¦n apunta que el t¨ªtulo del disco, Ara i res, tomado de un poema de Joan Vinyoli hecho canci¨®n, Tot s¨®n preguntes, abunda en esta idea ¡°ahora est¨¢s vivo y aqu¨ª, pero ya no tienes esa zanahoria ¡ªlo nunca antes vivido¡ª tras la que correr como un bendito, pero al mismo tiempo, la zanahoria ha dejado un hueco que puedes rellenar como desees. En cierto modo eso te hace m¨¢s libre¡±.
Peter Pan puede aletear cuando a veces se habla sobre madurez masculina: ¡°un poco de eso va El tobogan, porque siendo m¨²sico atiendes al ni?o que llevas dentro. Mientras tanto los dem¨¢s intentan persuadirte de que lo abandones, que dejes la m¨²sica y la precariedad. El tobog¨¢n, ese juguete que todo el mundo quiere ocultarte, la m¨²sica en este caso, es lo que t¨² siempre acabas descubriendo¡±, dice Carab¨¦n antes de responder si a¨²n alguien le pide que madure ¡°no abiertamente, pero lo percibo cuando llega la factura imprevista y he de pedir un adelanto al m¨¢nager o un pr¨¦stamo a mi madre. No resulta nada agradable, pero es cierto que mis vocaciones y mi vida me han llevado a ser como un ni?o, lo que tambi¨¦n resulta por otro lado liberador¡±. Sea como fuere, David ya tiene 45 a?os¡. ?hay fotos de familia por la casa, las t¨ªpicas de los hijos como beb¨¦s?... ¡°No, ninguna, tenemos la casa como si acab¨¢semos de haber llegado, no hay cuadros en las paredes, mis libros est¨¢n desperdigados, todo tiene aire de provisionalidad¡±. As¨ª debe ser, sin duda, pero dif¨ªcil no pensar que la provisionalidad, con su huella en la decoraci¨®n, es un paradigma de la sociedad y de esa vida que Mishima viene reflejando en sus discos desde los inicios del siglo.
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