Un pa?uelo de m¨²sica

Si hay una escena de desolaci¨®n en la m¨²sica religiosa que por su sencillez y recogimiento ha seducido a los compositores, esa es la de la madre del Mes¨ªas sola ante la cruz de la que pende el cuerpo muerto de su hijo. Una vez expirado el ¨²ltimo aliento, rasgado el velo del templo y convertido el cielo en un atronador eclipse, la madre queda sola al pie de la cruz. La turba de seguidores est¨¢ escondida, los disc¨ªpulos temerosos se afanan en desvincularse del reo por miedo a seguir su mismo camino y ella, en el silencio, no encuentra consuelo para sus l¨¢grimas.

Sobre esa escena versa el concierto que los hermanos asturianos de la familia Zapico que integran Forma Antiqva han preparado para el mi¨¦rcoles en el Auditorio Nacional dentro del ciclo de La Filarm¨®nica. La m¨²sica se convierte en el decorado perfecto para la escena y en el ¨²nico consuelo para la soledad, como lo fue para Beethoven en los ¨²ltimos d¨ªas o para Shostak¨®vich en su persecuci¨®n por el r¨¦gimen sovi¨¦tico. El Stabat Mater de Vivaldi es el eje central de este recital, en el que el contratenor Carlos Mena y el clavecinista Aar¨®n Zapico ejercer¨¢n de solistas. Sigue a esta pieza tan oscura como esperanzada el m¨¢s inusual Pianto de la Madonna de Sances, una peque?a joya rescatada de los abundantes repertorios sacros.

Las dos piezas que enmarcan el men¨² de la noche merecen menci¨®n especial. Si hay que buscar un consuelo para una escena tan doliente, nadie mejor que H?ndel para desplegar su imperio de armon¨ªas vibrantes. Del alem¨¢n se escuchar¨¢n en el concierto su fastuosa M¨²sica para los reales fuegos de artificio y una selecci¨®n de su hipn¨®tica M¨²sica acu¨¢tica. Para cerrar, qu¨¦ mejor que volver al compositor m¨¢s grande que haya dado nuestro pa¨ªs, Tom¨¢s Luis de Victoria. Del abulense, el conjunto interpretar¨¢ Ne timeas Maria, un peque?o tesoro