Del kiwi a la quinoa en 50 a?os
Cinco neveras en los jardines del Palau Robert muestran c¨®mo hemos pasado de comer sobre todo productos frescos a los precocinados y congelados
Cinco neveras llenas de alimentos se han instalado en los jardines del Palau Robert para mostrar c¨®mo hemos comido en el ¨²ltimo medio siglo. Con esta exposici¨®n, Mercabarna y la Fundaci¨®n Al¨ªcia invitan a reflexionar sobre nuestra alimentaci¨®n e insistir en uno de los lemas que m¨¢s se oyen en los ¨²ltimos a?os para reivindicar un consumo m¨¢s consciente y saludable: somos lo que comemos. La nevera de la d¨¦cada de los setenta estaba llena de productos frescos y de proximidad, mientras que el frigor¨ªfico del 2010 est¨¢ repleto de platos cocinados, congelados, alimentos procesados y de diferentes pa¨ªses.
Del 8 al 12 de mayo, la exposici¨®n ¡¯50 a?os de evoluci¨®n de la alimentaci¨®n en Catalu?a¡¯ estar¨¢ en el Palau Robert y despu¨¦s ir¨¢ en itinerancia por diferentes mercados de los municipios catalanes. La muestra, basada en un estudio que Mercabarna ha encargado en la Fundaci¨®n Al¨ªcia, refleja los cambios alimentarios desde los a?os setenta hasta la actualidad, y tambi¨¦n reserva una nevera para el futuro, que se plantea como un gran reto: la gesti¨®n consciente de la comida.
La primera nevera es la m¨¢s diferente de la actual, corresponde a una cocina est¨¢ndar de los setenta, un momento de transformaci¨®n social y econ¨®mica, de incorporaci¨®n de las mujeres al mercado laboral y de llegada de inmigraci¨®n espa?ola. Las familias destinaban un 38% de su presupuesto a la alimentaci¨®n, y sobre todo com¨ªan productos frescos. Las frutas y verduras alargaban la temporada gracias a las mejoras agr¨ªcolas y log¨ªsticas, y empezaron a llegar los primeros productos ex¨®ticos como los kiwis de Nueva Zelanda, las pi?as frescas de las Azores o los aguacates de Am¨¦rica. El consumo de carne se dispar¨® y el pollo se convirti¨® en una vianda habitual.
En los ochenta se normaliza la importaci¨®n y exportaci¨®n de productos a nivel internacional y lo que antes era ex¨®tico pasa a ser habitual, y se acaba con la estacionalidad de frutas y verduras, porque cuando aqu¨ª no hay se importan de otros lugares. La variedad de pescado disminuye, se prefiere f¨¢cil de limpiar y sin espinas. Productos que antes eran m¨¢s exclusivos se popularizan como el salm¨®n ahumado o el foie de pato. Entran en casa los productos light, sin az¨²car o bajos en calor¨ªas. A la vez, empieza la promoci¨®n de la dieta mediterr¨¢nea, porque ya se observa una tendencia a la baja.
En los noventa, las recomendaciones alimentarias ganan peso a favor de la salud, la ciencia investiga los beneficios de los alimentos y empieza el culto al cuerpo. Mejora la calidad y la seguridad de los alimentos, pero se incrementa la variedad de productos precocinados y congelados, porque se destina poco tiempo a la cocina. La inmigraci¨®n de otros pa¨ªses tambi¨¦n favorece la llegada de frutas ex¨®ticas como las papayas o los mangos. Mientras que en 1992 solo un 14% de los hogares ten¨ªan microondas, la alta cocina catalana empezaba a destacar por su innovaci¨®n y a tener renombre internacional.
El auge econ¨®mico del inicio del nuevo milenio y la entrada en funcionamiento del euro disparan los precios en general, tambi¨¦n de los alimentos. Las dietas extremas y el objetivo de estar delgado hacen crecer los casos de trastornos alimentarios. La crisis de 2008 propicia que el precio pase a ser uno de los principales motivos de compra y crecen las marcas blancas y los supermercados econ¨®micos. Mientras el consumo de carne llega a su tope, de 119 kilos por persona y a?o, el consumo de legumbres cae en picado, de 20 a 12 gramos por persona y d¨ªa. Congelados y precocinados se normalizan como productos de consumo habitual y se popularizan las cocinas ¨¦tnicas y productos como la yuca. Adem¨¢s, antioxidantes, b¨ªfidus y Omega-3 se a?aden a los alimentos.
En la d¨¦cada actual, se destina menos del 15% del gasto dom¨¦stico a la alimentaci¨®n, el m¨¢s bajo de la historia, pero se recupera el comercio familiar y de barrio. Entramos en la ¨¦poca de los superalimentos, como la col kale o la quinoa, y el fen¨®meno foodie llena las redes sociales de im¨¢genes suculentas. Las tendencias gastron¨®micas hablan de ceviche o ramen. Surgen todo tipo de dietas, desde la detox a la paleodieta, y los consumidores se dispersan entre veganos, crudiveganos o flexiterianos. Adem¨¢s, se valoran m¨¢s los alimentos de proximidad y ecol¨®gicos, baja el consumo de carne y a la vez se consolidan productos precocinados como los caldos o las croquetas.
El huevo, dise?o inteligente
Si hay un alimento en la nevera de 2017 que sigue igual que en la nevera de los a?os setenta es el huevo. Seg¨²n Toni Massan¨¦s, director de la Fundaci¨®n Al¨ªcia, ¡°es muy perfecto, un dise?o inteligente¡± de la naturaleza. No se puede conseguir un envase mejor que el huevo, se?ala, y, de hecho, no hay que ponerlo a la nevera, como tiene por costumbre la mayor¨ªa de gente.
Las tendencias actuales y de futuro
La ¨²ltima nevera de la exposici¨®n habla del futuro, pero todav¨ªa no est¨¢ llena. De hecho, nada m¨¢s abrirla el espectador se ve reflejado. ¡°El futuro est¨¢ en nuestras manos¡±, dice Massan¨¨s, que reivindica un consumidor ¡°m¨¢s consciente¡± porque ¡°el futuro de la comida¡± est¨¢ en juego. Seg¨²n Massan¨¨s, la alimentaci¨®n tiene que tender hacia la salud, la sostenibilidad y el placer.
Lo que ya se ve en el estudio del Observatorio de Tendencias de Mercabarna ¡®Las cuatro tendencias actuales y futuras de la alimentaci¨®n¡¯ es que hay una preocupaci¨®n por la salud y el bienestar personal que ha puesto de moda los alimentos vegetales y ha hecho aumentar el consumo de productos sin gluten, lactosa o conservantes artificiales. Tambi¨¦n ha propiciado la llegada del fen¨®meno flexiteriano, de consumidores que reducen el consumo de carne para potenciar las verduras y las legumbres, y se percibe una tendencia creciente a reducir el az¨²car.
Seg¨²n el estudio, ha crecido el inter¨¦s por los productos naturales, de proximidad y ecol¨®gicos. De hecho, casi el 70% de los espa?oles tiene preferencia por productos locales y de proximidad y se preocupa por las condiciones de cr¨ªa de los animales que consume. A la vez, han aumentado los productos de cuarta y quinta gama, aquellos que est¨¢n procesados para que sean m¨¢s funcionales, como las ensaladas de bolsa o las carnes procesadas. La salud y el bienestar son importantes, pero los consumidores tambi¨¦n quieren que la comida les d¨¦ placer y buscan nuevas experiencias culinarias.
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